Damián Alcázar busca cómo aportar al cine del continente
Tras dos intentos fallidos, la producción del Festival Internacional de Cine de Lebu logró contar con la presencia del actor mexicano Damián Alcázar, como jurado de esta XVIII versión, que mañana llega a su punto final.
"Cuando me invitaron anteriormente siempre estaba trabajando, pero ahora que tuve el espacio no dudé en venir", dice el protagonista de la tercera temporada de la serie "Narcos", producida por Netflix, que se estrenó en septiembre del año pasado.
Luego de exponer la vida y muerte de Pablo Escobar en las dos primeras temporadas, la producción actualmente se centra en cómo el Cartel de Cali le dio continuidad al tráfico de cocaína con Gilberto Rodríguez Orejuela a la cabeza, interpretado por Alcázar.
En ese sentido, señala que se trata de un proyecto estadounidense que evidencia el narcotráfico existente en Latinoamérica, destapando así cualquier tabú que surja tras abordar esta ilegalidad. "Por ejemplo, en mi país el tema de la droga es muy sensible".
Pero más allá de sus papeles, repartidos en diferentes puntos de la industria, existe un hombre comprometido con la cultura.
"Vine a este Festival, porque me gusta. Me agrada lo que implica traer cortometrajes a la gente de estos lugares que está tan apartada del centro de la cultura. Creo que es el acierto que más me sorprende", señala el también protagonista de "La ley de Herodes", dirigida por Luis Estrada en 1999.
Su mira sobre el encuentro lebulense no implica más que aprobación. "Primero es un evento de cortometrajes, que le da cabida a muchos cineastas y muchos jóvenes, que son los que van a hacer el cine mayormente chileno (...) Ellos van a prender a las nuevas generaciones, ya que les van a hacer saber que hay un lenguaje formidable que se llama cine y que consiste en contar historias. Entonces, es para aplaudir a Claudia Pino (directora de CineLebu) y a la gente a su alrededor, que ha hecho posible todo esto. El arte, principalmente, sensibiliza a la gente", apunta, quien partió en la actuación en 1985.
En su rol de jurado señala que hace su mejor esfuerzo para dilucidar qué películas y por qué motivos le parecen dignas de señalar.
"Todas tienen algo siempre y eso es muy difícil. He sido jurado en muchas ocasiones y es difícil elegir. Cuando tú abres una puerta tienes que dejar cerradas las otras, pero si te asomas y ves lo que implica cada una de esas alternativas, tienes opción de elegir dónde entrar", sostiene.
APORTE AL CINE
El también actor de "El crimen del padre Amaro" (2002) no está en la zona por casualidad. Desinteresadamente decidió venir hasta la provincia de Arauco, para aportar y promover el desarrollo de la industria en Latinoamérica.
"Cualquier apoyo al cine es bien recibido. Y un festival de este tipo siempre es una fiesta para nosotros los actores, porque queremos que la gente vea nuestro trabajo. Lo hacemos para ellos, para los habitantes no sólo de una ciudad, sino de todo el mundo. También para quienes están por venir, porque el cine se queda y es importante darle todo el respaldo y la energía", enfatiza.
- Siempre hay mucho talento. Soy un actor latinoamericano y siempre que hago una película o una serie, me doy cuenta de lo grande que son los actores que conozco en cada país. Siempre se van a hacer buenas cosas.
- Lo grave es la exhibición. Es un asunto aparentemente del mundo de los negocios. Se lo hemos dejado a este sistema neoliberal que es bastante caníbal. Entonces, se pierde la posibilidad de mostrar lo artístico, lo humanista y la creatividad que es lo importante. Si no tiende a ser comercial, se pierde.
- Deberíamos tener un corredor de cine. Santiago debería tener 20 salas donde se vean producciones chilenas y de calidad de todo el mundo. Si quieres 150 para ver cine comercial norteamericano, pues de haber de todo. Pero de todo, sin dejárselo a los empresarios ni negociantes, a ellos les interesa ganar dinero, no mostrar cultura.