Siendo en sus inicios la parte más importante del Festival de Viña del Mar, en el tiempo las competencias han perdido visualización, dando más espacio a los - aveces- extensos shows de artistas internacionales, otorgando reducidos minutos para que la gente conozca las propuestas folclóricas e internacional.
Este año, por ejemplo, las competencias se han realizado pasada la medianoche, dando oportunidad de presentar sólo tres canciones por categoría. Todo esto, luego de que un número musical y otro de humor ocuparan el horario prime de la programación.
De ahí surge una inquietud sobre la importancia dada a este espacio dentro del Festival, el cual muchas veces ha sido un trampolín en la carrera de distintos artistas. "La competencia se realiza, porque la instancia tiene ese nombre nada más. Al público le interesa sólo el show, y no hay respeto por los países que participan en las competencias", comenta Marco Sáez, folclorista local.
"A mi parecer, no tiene una competencia de calidad a diferencia de otros países. En ellos aparecen canciones que tienen mucho más contenido, melodías maravillosas, temáticas profundas, que son un verdadero aporte a la cultura de nuestro país", agrega el músico coronelino.
Una opinión similar es la de la cantante penquista Liliana Riquelme. "Creo que desde hace años se ha visto una desmejorada competencia, por lo que naturalmente hemos perdido el interés (...) Los medios, simplemente, han hecho eco de aquello", afirma.
Pese a ello y a la larga duración del evento, gran parte del público asistente se queda hasta el final, por lo que presencian las competencias que representan tanto a Chile como al resto de los países en participación.
"El público parece estar atento. Incluso, me pareció escuchar que pifiaban la baja calificación de Bolivia que, dicho sea de paso, me pareció la muestra más acorde a lo que se espera de una categoría folclórica", sostuvo.
Le llamó la atención que en el resto ni en las letras, ni en los ritmos ni en la instrumentación tuviera predominancia el folclore.
"Se supone que es justamente eso de lo que se trata", continúa la artista, considerado una destacada figura dentro del folclore en nuestro país.
NUESTRA REPRESENTANTES
La presencia femenina destacó este año, teniendo a dos mujeres representado al país en ambas categorías. En el folclore es Astrid Veas, quien interpretó la canción "Mundo al revés", en la segunda noche del certamen.
"No es una mala interpretación, considerando que es un festival en que la puesta en escena es muy importante", destaca Liliana Riquelme. "Pero en cuanto composición estaba bien pobre. Una letra desprolija e ingenua, una línea melódica poco trabajada y, además, extrañé la propuesta folclórica del tema", concluye Riquelme.
Daniela González, del proyecto solista Dulce y Agraz, por lo que ha visto a lo largo de los años, siente que la importancia del folclore chileno en la competencia ha ido decayendo. "Es una pena, porque éste era el único instrumento masivo de los artistas para rescatar eso, siendo reemplazado por temas malos en cuanto a producción y a lo identitario de la música chilena", argumenta.
Así mismo, la categoría internacional no estuvo libre de polémicas este año. Esto a causa de la alta presencia de música urbana con fuertes influencias de reggaetón y cumbia, caracterizando este estilo a 5 de las 6 presentaciones.
Aquello dio espacio a otro debate, cuestionando cuáles deberían ser las delimitaciones para seleccionar una canción que represente a su país de origen y sea reflejo de los elementos culturales. "En el fondo, vas a presentar una canción de Chile con recursos musicales que son de países gringos, por lo que siento que con eso se disfraza la intención. Por último, si va a ser una competencia internacional de música contemporánea, que se diga, pero siento que no están bien delimitadas esas direcciones", afirma González.
El caso de Gabigar es fiel reflejo de lo mencionado, ya que pese a que "Cobarde" fue la única canción alejada de los ritmos urbanos, está fuertemente influenciada por sonidos más pop. Con una instrumentalización más acústica, la representante chilena obtuvo una nota de 6 en la primera noche.