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Escultores critican falta de preocupación por sus obras

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Tras los daños que sufrió la escultura de Rebeca Matte en Santiago por una maquinaria que realizaba trabajos relacionados con la Formula E, se volvió a reabrir el debate sobre la importancia del arte en el espacio público. Una discusión que llegó hasta la capital penquista, de la mano de Federico Assler, Humberto Soto y Vicente Gajardo.

Estos artistas, quienes también han visto afectado su trabajo en Concepción, sólo encuentran a un responsable: las autoridades.

Es una situación que se repite constantemente: graffitis, traslados sin autorización, intervenciones en las mismas piezas artísticas y hasta pintar las obras con colores ajenos a los predispuestos, son algunas de las dificultades a las que se han debido enfrentar los distintos escultores del país.

Una escena que no se aleja de Concepción y hasta el momento ya tiene a varios afectados. Uno de ellos es Federico Assler (87).

El santiaguino con 60 años de experiencia, tiene tres construcciones instaladas en el Gran Concepción: frontis del Edificio Monseñor Ricardo Ezzati de la UCSC (2014), "Ferrum y Flora" (1999), en el Parque de las Esculturas al borde del río Biobío y el hito ubicado en sector Playa Blanca de Coronel (2017). Estas últimas dos, han sufrido notorios daños.

El artista que visitó la capital penquista el pasado 11 de enero, por su participación en el concurso de esculturas organizado por la Universidad de Concepción, aprovechó la oportunidad para ver el estado de sus creaciones. Un recorrido que lo dejó molesto con las autoridades.

"Fui a visitar la escultura que coloqué en Coronel, para el hito que marca la mitad del país. Cuando la vi, me sorprendió mucho. Había una reja que cerraba toda la obra y cortaba la interacción de la pieza con la gente. Además, ya no estaba el pasto que había (…) lamento la poca preocupación por mi trabajo y el entorno. No hay respeto", dijo el ex integrante del grupo rectángulo (1955).

NO HAY RESPETO

En esa misma línea, los escultores Humberto Soto (86) y Vicente Gajardo (64), también se han visto vulnerados ante esta decadente escena.

Ambos artistas sufrieron por las malas decisiones de las autoridades penquistas, quienes determinaron pintar sus obras.

La más polémica es la creación de Gajardo. Ésta pieza que se realizó en conjunto con alumnos de arquitectura de la Universidad del Biobío en 1996, consiste en una estructura de granito negro ubicada en el Parque Ecuador y que fue situada para generar un aporte patrimonial al sector. Sin embargo, después de 20 años, esta materialidad es modificada tras pintarse de color verde y provocando la molestia del autor.

"Me dolió mucho ver ese grado de inconciencia y que se pierda la preocupación cuando hay que hacer algún tratamiento a las esculturas (…) ella es parte de la ciudad y que la hayan pintado verde, el mismo color que lo basureros, es indigno", expresó el tomecino.

Ante esa resolución, el licenciado en arte de la Universidad de Concepción, entregó una carta al alcalde Álvaro Ortiz para exigir explicaciones y que se restaure su pieza. El edil respondió y le solicitó un presupuesto para tal arreglo, el cual Gajardo entregó. A dos años del escrito, todavía la autoridad no se ha pronunciado sobre esa reparación.

Otra obra afectada, es el trabajo de Humberto Soto. El licenciado de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, contó que hace varios años emplazó en el Parque de las Esculturas de la costanera del Biobío, una creación cargada de simbolismo y abstracción. Sin embargo, con los años, ha sufrido constantes rallados y graffitis, los cuales se han buscado eliminar con pintura. Una solución que ha perjudicado completamente su pieza artística.

"Es inevitable que no la rayen, porque es algo que constantemente ocurrirá. Pero cuando la pintaron de un color rosa para poder eliminar los daños, me molesté mucho. Ante eso, llamé a la municipalidad y la arreglaron. Por último, ahora tiene un color similar a la terracota (…) uno al final se resigna", dijo Soto.

NADIE RESPONDE

Varias personas han cuestionado el poco respeto que tienen las artes en el país y estos referentes, no son la excepción.

El escultor Humberto Soto, quien vivió durante 15 años en Caracas, Venezuela, explicó que durante esa estadía pudo observar la protección que se le daba a las obras en el espacio público y le sorprende que en países como Chile, no pase lo mismo.

Es importante entregar una educación de calidad y enseñar a las personas desde pequeñas, lo relevante que es cuidar las obras en el espacio público y en general el arte. Lo primordial es enseñar desde el aula.

En esa misma sintonía, Vicente Gajardo, agregó que "hay poca sensibilidad por parte de las autoridades y tampoco existe una buena restauración para las piezas patrimoniales. Además, falta cultura por parte de las personas en los cargos públicos y también de la ciudadanía. Todavía no existe el concepto de valorar y respetar el arte en Chile. Nadie responde", finalizó Vicente Gajardo.