Secciones

Cuidado con las altas temperaturas

E-mail Compartir

El verano se caracteriza por las altas temperaturas ambientales y la poca humedad, tiempo de vacaciones en playas, piscinas y paseos familiares a lo largo de todo nuestro país.

Muchas veces nos preocupamos de prepararnos para el verano consumiendo alimentación saludable con varios meses de anticipación, sin embargo, olvidamos cuidar que nuestra alimentación sea sana e inocua.

Según la Organización Mundial de la Salud, la temperatura es uno de los factores críticos para el desarrollo de microorganismos como las bacterias, virus y parásitos en los alimentos. Estos podrían llegar a provocar intoxicaciones o infecciones alimentarias con síntomas como la fiebre, los vómitos y la diarrea, provocando graves enfermedades en personas vulnerables como niños, adultos mayores y embarazadas que, por lo general, son los más afectados.

Por lo tanto, para que la alimentación sea completamente saludable, también debe ser inocua, es decir, que no cause daño a quien la consuma.

En este sentido, la época estival es riesgosa, ya que las personas tienden a transportar, elaborar y distribuir alimentos sin el cuidado adecuado de las temperaturas, el correcto lavado de manos ni la disposición de agua. Entonces, es muy probable la ocurrencia de enfermedades trasmitidas por los alimentos.

Por lo misma razón, se sugiere que los alimentos que necesiten refrigeración como productos lácteos o cárnicos, no sean transportados o almacenados a temperatura ambiente.

Además, se debe cuidar que las carnes sean cocinadas muy bien antes de consumirlas, logrando un mínimo de 65ºC en el interior del producto lo que se consigue cumpliendo con los tiempos de cocción que cada alimento necesita. Se debe evitar el consumo de huevo crudo, por ejemplo, como mayonesa casera y merengue; además, es preciso preferir aquellos alimentos considerados como no perecibles (conservas) o leches larga vida (UHT) que se pueden transportar y consumir a temperatura ambiente siempre y cuando el envase se mantenga cerrado, pues una vez abierto, debe ser almacenado en refrigeración.

Los alimentos ya cocinados, como arroz, ensaladas de papas, carnes, entre otros, se pueden guardar en refrigeración y protegidos en envases dispuestos para esto. Si no hay disponibilidad de refrigerador, los alimentos preparados se deben consumir inmediatamente y además se debería eliminar lo que no se consumió.

Para pasar unas vacaciones sin contratiempos, es mejor prevenir y cuidar la salud de toda la familia.