Disconformes se manifestaron ayer los agricultores de la Provincia de Biobío con el resultado del concurso público de fomento al riego en la Región del Biobío N° 102-2018 denominado "Obras Civiles CNR-Gore Biobío".

Esto porque consideran que fue desequilibrada la asignación de recursos a las diversas cuencas de la zona eventualmente sujetas al beneficio.

"Los ríos priorizados son prácticamente todos de la Provincia de Ñuble, actual Región de Ñuble y el único río priorizado para la Provincia de Biobío prácticamente no tiene usuarios que puedan postular a estos recursos", según planteó José Miguel Stegmeier, presidente de la Sociedad Agrícola del Biobío (Socabío).

Agregó que le llamaba la atención que en un concurso para el año 2018 se considere preferente a otra región, que es la de Ñuble, para concursar por ellos. "Manifiestamente las bases del concurso permiten que esto sea así", apuntó.

Además la sociedad afirmó que le parece inadecuado que no se haya consultado con las asociaciones de regantes de la provincia la necesidad de priorizar más cuencas de esa zona en este concurso, más aún en circunstancias de que "estábamos esperando por casi cuatro años que desde el Gore se asignaran fondos para este tipo de inversiones y teniendo además la debida consideración de que nuestra zona es una de las que cuenta con más ríos de los cuales se obtiene agua para riego".

El gremio sostuvo que lamenta esta decisión, ya que el Gore debiera haber evaluado mejor y con mayor justicia la orientación y equilibrio para la asignación de estos recursos. "También nos llama la atención que nuestros consejeros regionales correspondientes a la Provincia del Biobío no se hayan percatado de esta situación, aprobando estos recursos con marcadas preferencias a la Región de Ñuble", remarcó. Por lo que ha trascendido los ríos priorizados son el Chillán, el Ñuble, el Itata y el Perquilauquén, también el Cayucupil de Cañete y sólo uno de Antuco en Biobío.

En la época de la posverdad hay caricaturas que, de tanto repetirse, empiezan a instalarse como hechos indubitables, como la idea de que las empresas chilenas son "extractivistas (sic), anticuadas y rentistas".

Una aerolínea, una viña y un productor de berries chilenos están entre los mayores del mundo en sus respectivas industrias. Son ingeniería y constructoras chilenas las que han permitido el desarrollo de infraestructura de punta para enfrentar terremotos. Son empresas chilenas las mejor preparadas para responder a la demanda por cobre y litio que requiere la electro-movilidad y el almacenaje de energía. Son chilenas también las empresas más competitivas a nivel mundial en celulosa y madera; o las que han liderado el retail en Latinoamérica, compitiendo incluso con el todopoderoso Amazon.

Los caricaturistas menosprecian estos logros argumentando que se deberían a la gratuita disposición de recursos naturales y el pago de bajos sueldos. Subestiman que para transformar los recursos naturales se requiere de empresas que tomen riesgos e innoven. Ignoran que solo 3 países de Latinoamérica tienen salarios mínimos superiores al que se paga en Chile, y que éste es poco representativo en las grandes empresas. Algunos afirman que la empresa chilena habría crecido en base a colusiones, abusos e influencia indebida en la política. Pero exagerar las imperfecciones propias de todo mercado como si fueran la regla general, y contrastarlo con un Estado tan idealizado como utópico, es derechamente mala fe.

A diferencia de la caricatura, la crítica ayuda a identificar y enfrentar desafíos pendientes, como son aumentar la inversión en I+D+i y el valor agregado de nuestras exportaciones, en los que el sector privado tiene un rol fundamental.

Debemos dejar de lado los voluntarismos, nostalgias y caricaturas. Los tiempos actuales no están para ministerios de planificación que proyectan matrices productivas o tecnologías ganadoras con recursos públicos. Sí están para un gobierno que articule a los mundos claves para enfrentar estos desafíos: el académico, el científico, el empresarial y el público. También están para desafiarnos como empresas a conectarnos de mejor forma con lo que está pasando fuera del perímetro de nuestras industrias a través, por ejemplo, de plataformas de innovación abierta.

presidente de la Sofofa

Como todos los días, Álvaro Sáez estaba retirando a su hijo del jardín cuando vio algo que su juicio le pareció "terrible". Observó a una apoderada quería convencer a su hijo para que la acompañara motivándolo con una bebida de fantasía gasificada.

"Me parecía terrible darle tantos químicos a un menor y busqué alternativas en los supermercados y no encontré nada. Entonces decidí producir una bebida sana, sin preservantes ni aditivos". Fue así como nació la idea de crear algo que cambiara la forma de hidratarse.

Esa fue la forma en como nació "Santa Agua", un bebestible que busca ser una alternativa sana y natural al momento de elegir un líquido embotellado. Este nuevo producto, cuyo origen está en Santa Juana, se prepara con agua filtrada y con hierbas medicinales de la zona.

Los responsables de este emprendimiento son Álvaro, egresado de Derecho, pero amante de los negocios, junto a su socio y amigo Pablo Cordobés, ingeniero en administración de empresas, quienes decidieron jugársela innovando y rescatando raíces culturales, pues el agua de hierba se bebe por sus cualidades medicinales y generalmente se sirve caliente, pero ahora está embotellada y fría, ideal para refrescarse.

Ambos unieron sus experiencias y sueños e iniciaron un largo proceso de investigación, estudio y experimentación. Sáez señaló que "cada variedad significa 4 meses de trabajo, en donde se hacen las pruebas de sabor, duración, exámenes toxicológicos, evaluación de nutricionista e ingeniero de alimentos. Por eso nuestro abanico de sabores es poco aún, actualmente tenemos dos, menta y boldo".

PRUEBA Y ERROR

El trabajo no ha estado exento de percances, como lo sucedido con la variedad cedrón, pues esta especie depende de la estación, ya que se da sólo durante un mes y medio al año y eso lo hace inviable comercialmente.

También probaron con la manzanilla, que tiene un sabor exquisito, aunque a los pocos días fermenta y la idea es no adicionar preservantes, detallaron los emprendedores, quienes agregaron que ya descartaron la melisa, pues su sabor es muy tenue y queda como agua endulzada, no resalta esta hierba al probarla.

En estos momentos Pablo y Álvaro están en plenas pruebas con el poleo, el cual podría salir al mercado en dos meses más. También esperan ofrecer otras sorpresas en el mediano plazo.

"Santa Agua" se ofrece en botellas de medio litro, que dependiendo del local se ofrece entre $700 a $850, en tanto el envase de litro y medio puede adquirirse en el mercado por $1.100 a $1.200 pesos. "Evaluamos la competencia y nuestros precios están bajos y además ofrecemos una excelente calidad, porque nosotros no sólo vendemos agua, queremos cambiar las costumbres actuales y volver a lo natural, queremos hacerle la guerra a las bebidas de fantasía, a los líquidos llenos de aditivos, azúcar y químicos" argumentó Sáez.

La producción se está llevando adelante en el primer piso de la casa de los padres de Álvaro en Santa Juana, donde tienen instalados los estanques, la planta de tratamiento del agua y las hierbas. El proceso es artesanal y los trabajadores son las familias de los dos, quienes producen 800 litros diarios, pero que pueden llegar a generar hasta 1.500 litros laborando a full.

En cuanto a las hierbas, éstas son orgánicas y usan 90 kilos mensuales y más del 90% de éstas las compran a agricultores de la comuna y el resto en Florida y Nacimiento.

La idea de estos empresarios es tener una planta industrial en Santa Juana, generar empleo, dar oportunidades a las personas de la comuna con un producto propio que pueda conocerse nacional e internacionalmente. "En esa línea acabamos de recibir un pedido de Hawai y de Nueva Zelanda". detalló Álvaro Sáez.

PROYECCIONES

Menos de dos semanas tiene en el mercado "Santa Agua" y en marzo esta idea será postulada a distintos proyectos, pues todo ha sido financiado con recursos propios y gracias a algunos ahorros, "porque primero debíamos generar las condiciones para poder postular, teníamos que tener un proceso de rodaje, ver que esto fuera viable, que las personas le dieran una buena recepción a nuestro producto. Ahora estamos asistiendo a reuniones de negocio, piensa que iniciamos para Semana de Santa Juana con un puesto en la feria costumbrista y todo ha sido muy rápido" dijo Sáez.

"Santa Agua" recién comienza a distribuirse y ya se comercializa en distintos puntos de Santa Juana, como Supermercados la Góndola, Unihue, panadería Strudell y botillería el Perla Negra. En Chiguayante se puede comprar en Supermercado Mónica, también está presente en la Vega Monumental, en el local La Cava, en la localidad de Dichato está disponible en la farmacia BioSalud y en la panadería y pastelería La Canasta.

En todo caso, Álvaro adelantó que están en conversaciones para entrar a otras cadenas de grandes supermercados. "El concepto de vida sana ya está instalado y nosotros venimos a dar una respuesta a algo que en el mercado no existía, que era una alternativa de una bebida que fuese sana, refrescante y que evocara los sabores que conocíamos de niños, a las aguas que hacían las abuelas, que eran mucho más naturales", cerró.