"La rueda de la maravilla" puede ser peligrosa
Desde la ficción cinematográfica, Woody Allen siempre ha contado algo de él, de instantes de una vida que a los 82 años aún entrega momentos para la pantalla. Puede que en "La rueda de la maravilla" (2017), el hijo de Kate Winslet, un pequeño pirómano fanático del cine de unos 12 años, tenga algo de este realizador nacido en Brooklyn, Nueva York, en 1935.
Y, sin duda, el pequeño Allen, junto a su protectora madre hayan ido a los juegos de Coney Island en los 50, donde se ambienta este relato de amor fugaz y decidor.
Kate Winslet, en gran actuación, es Ginny, centro de un melodrama de factura teatral, que huele al Elia Kazan de "Un tranvía llamado deseo" (1951). Pero acá la historia se "escribe" desde un triángulo amoroso a dos bandas: el de ella con su marido y amante, y el que se forma -sin querer- con la hija de Humpty (Jim Belushi), marido de Ginny, y el amante de ésta (Mickey interpretado por Justin Timberlake).
Así Allen amasa una cinta cuyos hechos transitan hacia una tragedia griega inexorable. Es ésta la que se palpa en momentos intensos, que no sueltan al espectador. Lo llevan por el lado oscuro de relaciones, que sacan a flote las caras desconocidas de los involucrados. Es lo que late en estas atmósferas cerradas, y por momentos claustrofóbicas, las mismas que conectan al director con uno de sus referentes: Ingmar Bergman.
La esposa de este operador del carrusel de la histórica playa mueve los hilos de la trama, cual presencia "bergmaniana" de carácter femenino, cuyas represiones y frustraciones construyen el intenso drama. Humpty (impecable Jim Belushi) trabaja a diario para darle un mejor futuro a su hija (Juno Temple), en un momento donde la mujer como presencia social comienza a tomar otras maneras, en el cenit del llamado "American way of life".
La armonía, en sutiles quiebre fílmicos, pareciera no dejar de romperse nunca. Lleva a la cinta por un torbellino de sensaciones, donde "la rueda" de sus propias vidas ya no tienen vuelta atrás.
Guía esta "rueda" la hija de Humpty. Escapando de un mafioso saca a flote lo mejor y peor de su padre, madrastra, "novio" y, también, del espectador. Éste siente como se le va metiendo este drama en las venas de su mirada.