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Cesfam de Los Ángeles suma equipo moderno

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La Unidad de Atención Primaria Oftalmológica (Uapo) del cesfam Dos de Septiembre de Los Ángeles sumó un moderno equipo para Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), herramienta que permitirá precisar el diagnóstico del glaucoma y otras patologías visuales que afectan a la retina y al nervio óptico.

Loreto Pizarro, tecnólogo médico y jefa de la Uapo Dos de Septiembre, contó que con este equipamiento también atenderán a los usuarios de los cesfam Sur, Entre Ríos y Rural de Santa Fe, dada la mayor presencia de esta enfermedad registrada en los últimos años.

"Al andar, nos dimos cuenta que el glaucoma es una enfermedad que está con mucha lista de espera en el hospital", mencionó la profesional.

GRAN AVANCE

"Este es uno de los equipos 'top de línea del mercado, que es la mejor tecnología que tienen porque es el único equipo que tiene una micra (millonésima parte de un metro) de reproducibilidad. ¿Qué quiere decir eso?, que es extremadamente exacta en la medición de las patologías que está detectando en los pacientes. Y esto, obviamente, en esta unidad, va a ayudar básicamente a descongestionar todas las listas de espera que se tienen en oftalmología", sumó Pizarro.

La unidad acoge mensualmente a unas 350 personas por distintas enfermedades oftalmológicas, al igual que las UAPO del Cesfam Nororiente y Nuevo Horizonte, ésta última ya poseedora de un equipo OCT.

El equipo costó cerca de 90 millones de pesos y fue adquirido con fondos municipales.

Hospital de Arauco cierra primer año de cámara hiperbárica con 74 atenciones

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La cámara hiperbárica del Hospital San Vicente de Arauco cumplió un año desde su instalación. Aunque inicialmente se adquirió para atender problemas de los buzos, con el correr de los meses se expandieron las prestaciones a otras patologías y fue así como el saldo de estos doce meses de funcionamiento es 74 usuarios de las provincias de Arauco y Concepción atendidos.

La idea de incluir a la medicina hiperbárica se inició en diciembre de 2016 a raíz de la problemática que existía con los buzos mariscadores, quienes a raíz de esa labor desarrollaban enfermedades por descompresión, que en casos graves genera síntomas neurológicos que van desde un leve entumecimiento a parálisis e incluso la muerte.

"Cada cierto tiempos recibíamos buzos graves. De hecho, en los ocho años que llevó acá he visto fallecer a dos por enfermedad por descompresión", contó el médico general y encargado de la unidad de Medicina Hiperbárica, Julio Cruz Bastías.

Antes de comenzar a atender pacientes con este equipo, el recinto derivaba cada año a 20 usuarios, aproximadamente, que padecían el mal al Hospital Naval de Talcahuano. Este era el único recinto en la Región que contaba con esa tecnología.

El costo del tratamiento alcanzaba los $380 mil por paciente.

MÁS PRESTACIONES

Aunque la inclusión del programa de medicina hiperbárica apuntaba a atender a los pacientes que sufrían la enfermedad por descompresión, el equipo médico de la unidad visualizó que la unidad podía ayudar en la atención de otras patologías, como la intoxicación por monóxido de carbono y tratamiento de heridas en pacientes diabéticos o con insuficiencia venosa, entre otros, que tienen dificultades para evolucionar favorablemente.

"El primer año de funcionamiento se atendieron 37 buzos con enfermedad por descompresión, seis pacientes con intoxicación con monóxido de carbono, además de cuatro con sordera súbita y alrededor de 27 pacientes con heridas", contó el facultativo.

El programa ha permitido reducir la posibilidad de amputación a una persona con pie diabético o que pacientes con sordera súbita tengan más opciones de recuperar su audición o que lo mejoren lo suficiente como para usar un audífono, evitando la discapacidad.

Ante estos buenos resultados, la idea es seguir avanzando en esta área, para que el Hospital de Arauco se transforme en referente de esta área en la Región.

Cruz expuso que uno de los objetivos a largo plazo -y que iría de la mano con el proyecto de reposición del recinto asistencial- es la idea de hacer crecer físicamente la unidad para poder atender a más pacientes.

"Se está considerando que en el nuevo hospital se compre una cámara hiperbárica más grande. Ésta se podría ocupar para pacientes programados y la que tenemos actualmente, para las urgencias que aparecen espontáneamente", dijo.

Eso sí, aclaró que esto es sólo una idea y aún no sabe si se considerará en el nuevo establecimiento.

Asimismo, con el fin de contribuir en la difusión de la especialidad, hoy se realizarán las "Primeras Jornadas en Medicina Hiperbárica y Subacuática" en la Provincia de Arauco. Termina mañana.

En dicha cita se contará con la presencia de la directora del Centro de Medicina Hiperbárica de Buenos Aires, Nina Subbotina, y de especialistas nacionales del área.

"El evento responde al compromiso por la innovación y difusión de los aprendizajes generados a partir del funcionamiento de la unidad de nuestro hospital, especialmente, dado la labor de excelencia desarrollada por el equipo a cargo", planteó la directora del Hospital de Arauco, Roxana Morales.

¿CÓMO FUNCIONA?

Específicamente, la cámara hiperbárica opera como recipiente que se hermetiza para luego aumentar la presión en su interior. En ese ambiente al paciente se le administra, a través de una mascarilla, oxigeno puro al 100%. Con ese procedimiento se logra que el oxígeno que recibe el paciente sea en una cantidad mayor a la habitual (20 veces más), lo que permite que llegue a lugares donde antes no lo hacía.

"De esa forma se pueden curar las heridas, se pueden echar a andar los mecanismos reparatorios que antes, por falta de oxígeno, no se podía. También estimula la formación de nuevos vasos sanguíneos, la movilización de células madres y la formación de colágeno. Hace andar una serie de mecanismos que permiten la reparación de un daño establecido o que se está estableciendo", explicó el encargado de la Unidad de Medicina Hiperbárica.

Una sesión para un paciente que llegue de urgencia por una enfermedad por descompensación o por intoxicación por monóxido de carbono puede durar hasta cinco horas. En el caso de una atención para tratar heridas, la sesión tiene que durar más de una hora y 45 minutos. Se requieren 20 sesiones para que tengan un resultado positivo.

El equipo significó una inversión de $300 millones.