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La tecnología y el emprendimiento en post de la educación

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La educación escolar es una etapa en la cual se adquieren y se afianzan conocimientos teóricos asociados a materias y una curricular poco flexible en la forma de enseñanza que los docentes pueden aplicar en las aulas de clases.

El aprovechamiento del entusiasmo y el querer hacer cosas en esta etapa de los niños y jóvenes, no es correctamente dirigida con una educación demasiada estructurada y destinada a un pensamiento empresarial.

Cabe destacar que aun siendo el sistema educacional muy poco flexible, hay colegios que han instaurado una estructura de educación a través de proyectos, la cual afianza y saca a relucir el potencial creativo y habilidades blandas en los alumnos sin dejar de acceder en cabalidad a los contenidos que un ramo necesita, instaurando en los pupilos las aptitudes de innovación y consigo una nueva cultura educacional como es la del "ser emprendedor".

El emprendedor o el ser del emprendedor es una forma de vida en la cual no se piensa en el futuro, sino, cómo se puede crear un mejor futuro. Se crea una perfil propositivo, el que, cabe la redundancia, propone soluciones a las problemáticas que encuentra o detecta; es la primera piedra y es el horizonte donde como sociedad podemos apuntar e ir cambiando, con un paradigma de educación emprendedora.

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Sólo queda decir que, todo comienza por el paso que de cada establecimiento o en colaboración, en materia de detección de talentos y actividades extra programáticas que vengan en refuerzo de éstas. También cabe decir que los rectores y directores de los establecimientos escolares deben producir las instancias para un cambio de pensamiento en los docentes y alumnos, aplicando el emprendimiento como método de aprendizaje dinámico y la tecnología como la infraestructura para esto.

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Respetar porción de fruta ayuda a hacer de los zumos una opción más saludable

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El rol que frutas y verduras tienen en una dieta sana y equilibrada no es un tema que se pueda discutir, pues reconocido es el gran aporte nutricional de su composición, los que les posicionan como alimentos que además de contribuir con el funcionamiento del organismo, también generan distintos efectos positivos para la salud como la prevención de enfermedades.

De esto dan cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que llama a incluir dos porciones de fruta y tres de verdura cada día, combinando distintos colores, y que sustentan las guías alimentarias para la población en Chile y el mundo.

Es que esta cantidad permite obtener el aporte necesario de nutrientes como fibra, vitaminas, minerales y compuestos bioactivos, y ver favorecida la salud, sostiene la nutricionista Patricia Santander, coordinadora de Gastronomía y Gestión de Alimentos de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo de Concepción.

Ayudar a mantener un peso saludable, favorecer el crecimiento y desarrollo adecuado de los niños, fortalecer las defensas para prevenir afecciones como los resfríos, contribuir a la disminución de colesterol, regular la glicemia y evitar la constipación por el aporte de fibra, y prevenir enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardiovasculares y envejecimiento, son sólo algunos de los beneficios que detalla la profesional.

De hecho, advierte que "se ha demostrado a través de evidencia científica que el bajo consumo de frutas y verduras está relacionado con el aumento de enfermedades cardiovasculares y cáncer".

UNA OPCIÓN

Distintas son las formas de incluir frutas y verduras. Ensaladas, sopas, preparaciones calientes, helados; solas o acompañadas, son formas de disfrutarlas e ir innovando en la dieta.

En ese sentido, la directora de Nutrición y Dietética de la citada casa de estudios, Victoria Halabí, explica que siempre lo ideal será comer frutas y verduras en su estado natural y lo mínimamente manipuladas, porque esto garantiza obtener todo su aporte de nutrientes, los que se pierden con la cocción o exposición a altas temperaturas, y también al pelarlas.

No obstante, en su opinión es también una buena alternativa para incluir estos alimentos en la dieta y variar también su consumo, el preparar jugos, los que durante la época estival son especialmente amados. La razón es que tienen un bajo aporte calórico, pero grande de agua y nutrientes que podrían ser beneficiosos, destacándose bastante las frutas de estación (ver recuadros).

IG: CUIDADO Y DISMINUCIÓN

Eso sí, Halabí se detiene en un punto y es que los zumos de fruta tienen un mayor índice glicémico (IG) que ésta, por lo que hay que ser precavido con su consumo.

Cuando el IG aumenta en la sangre, gatilla un alza en la insulina plasmática y esto desencadena sensación de apetito. "Esta conducta repetitiva en el tiempo estimula el consumo desordenado de alimentos, favoreciendo la acumulación de grasa corporal, la aparición de obesidad y enfermedades asociadas como resistencia a la insulina, diabetes, dislipidemias e hígado graso", advierte.

El mayor cuidado lo deben tener los diabéticos e insulino resistentes, quienes deben evitar consumir este tipo de bebidas. "Les aumenta mucho la glicemia", apunta la nutricionista.

Son distintas las razones que explican que el IG de los jugos naturales sea más elevado, pues este factor se incrementa con la madurez de la fruta, también con su procesamiento y sobre todo cuando la ingesta de éstas supera lo recomendado y, además, se les añade azúcar. Todos factores que suelen combinarse y potenciarse en la elaboración de este tipo de bebidas, pues muchas veces se utilizan varias porciones de frutas y se les agrega dulzor.

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Al respecto, plantea que aquellas personas que optan por consumir batidos en reemplazo de alguna comida, esto se puede hacer sólo esporádicamente. "Y sólo si se le agregue leche descremada, yogurt y/o clara de huevo, y alguna fibra como linaza o chía molida. Para que además de los carbohidratos, proteínas y fibra, aporte algo de ácidos grasos", finaliza.

"Teletrabajo" podría mejorar la productividad

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Así como las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) han transformado la forma en que las personas se relacionan entre sí y acceden al mundo, también lo han hecho en el ámbito laboral. Un ejemplo es la inclusión de la modalidad de "teletrabajo", que se refiere al desempeño a distancias de ciertas tareas, muchas veces desarrollada desde las casas, explica Carla Guillén, consultor de Recursos Humanos de la empresa de reclutamiento Michael Page.

La modalidad, precisa, es una tendencia en Estados Unidos y países europeos, pero en Chile está tímidamente avanzando. "Si bien algunas empresas ya están implementándolo, aún hay mucho por hacer, tanto por parte de los empleadores como de los empleados como por ejemplo, definir métricas, fomentar la autogestión, generar las confianzas y mantener los compromisos asumidos", dice.

Según datos de Michel Page, en nuestro país son las empresas del rubro de servicios las que más cuentan con esta modalidad, pues el 30% las estaría aplicando.

Su irrupción y desarrollo se relaciona con que tiene múltiples beneficios para colaboradores y compañías, plantea.

Entre ellos menciona que podrían llegar a reducir hasta en 40% los costos operativos, según qué tan expandido esté el "teletrabajo". Se podría ahorrar en locación, traslados y alimentación, por lo que el bolsillo de los empleados también podría verse favorecido.

Además, incrementa la productividad, debido a que el trabajador puede concentrarse mejor en su labor individual y está menos expuestos a situaciones que producen estrés y cansancio, como la congestión y pérdida de horas en largos trayectos para llegar al trabajo o su casa. Es por ello que impacta positivamente en su estado emocional y esto fortalece el sentido de pertenencia a la compañía, el compromiso y, por ende, su desempeño.

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