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Río Biobío posee altos niveles de microplásticos en sus aguas

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La presencia de plásticos en el mar es una temática que ha sido tratada como prioritaria en las políticas públicas impulsadas durante los últimos años, ya que según las estimaciones de la fundación Ellen MacArthur, Chile puede arrojar en un año hasta 25 mil toneladas de este material al océano.

Dicho fenómeno no sólo ha motivado la realización de más estudios sobre esta materia por parte de la comunidad científica, sino que también la elaboración de un actual proyecto de ley, el que pretende prohibir la entrega de bolsas plásticas en al menos 102 comunas costeras.

Sin embargo, los esfuerzos podrían no ser suficientes. De acuerdo a los datos entregados por el primer muestreo realizado a las aguas provenientes del Río Biobío, éste poseería en su cauce una alta concentración de microplásticos, medida que en algunas zonas superaría los 100 partículas por metro cúbico.

Por ello, para Mauricio Urbina, quien es docente del Departamento de Zoología de la Universidad de Concepción (UdeC) y uno de los investigadores a cargo de la iniciativa, dichos números no deben ser tomados a la ligera, ya que tendrían una relación directa con la actividad humana. Al respecto, el académico explicó que "a nivel mundial, nunca antes se había levantado un estudio a nivel de cuencas, y que considerara todos los afluentes de una corriente, por lo que esto nos permite generar una línea de base. Hay que ver cómo persiste esto en el tiempo".

Niveles preocupantes

El revolucionario estudio, el que fue galardonado en octubre pasado en el marco del XIV Congreso de la Sociedad Chilena de Limnología, fue ideado por Mauricio Urbina junto a Francisco Correa, ambos académicos pertenecen a la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC. En su metodología, los científicos definieron que la mejor forma de llevar a cabo la medición era a través de la disposición de 19 estaciones de monitoreo, las que serían examinadas al menos dos veces al año.

La primera de dichas revisiones culminó en octubre pasado, y los resultados indican que el Río Biobío posee una concentración promedio de microplásticos de al menos 38 partículas por metro cuadrado de agua. Por lo mismo, Camila Riffo, estudiante de cuarto año de la carrera de Biología y una de las analistas de la primera etapa del proyecto, relató que a pesar de que está claro que las concentraciones de microplásticos suelen aumentar en las zonas costeras de los territorios, los niveles observados en las zonas cordilleranas del río son igual de preocupantes.

Lo anterior, debido a que el mismo estudio develó que comunas como Alto Biobío o Ralco poseen casi 20 fibras de este material por cada metro cúbico, número que es significativamente mayor a lo observado en países como Estados Unidos, donde las acumulaciones no superan las 5 unidades. Sobre este punto, Riffo recalcó que "sería interesante ahondar más en el tema, ya que estas partículas traen químicos sumamente tóxicos en su composición. La gente no considera que como son de pequeño tamaño, pueden pasar a través de los filtros de agua potable y terminar llegando a nosotros, aunque no lo sepamos".

En esa misma línea, Mauricio Urbina añadió que dichas acumulaciones podrían aumentar aún más en las épocas estivales, debido al aumento de la actividad antropogénica. Por ello, el especialista recomendó que las personas no sólo deberían evitar el uso de bolsas elaboradas en base a este material, sino que también el consumir productos que posean envolturas desechables.

"Lo que ocurre, aunque la gente no lo sepa, es que los animales también se ven afectados cuando tratan de ingerir plásticos, y éstos, por su forma y tamaño, terminan obstruyendo su sistema digestivo, lo que les ocasiona la muerte. Si los afectados logran sobrevivir, hay que considerar que éstos ya gastaron una buena parte de su energía en el proceso, y que además obtuvieron cero nutrientes a cambio, lo que limita severamente sus capacidades", advirtió el docente.

En ese sentido, el especialista agregó que las muestras que obtendrán durante la temporada estival permitirán determinar con mayor precisión la magnitud del problema, y aconsejar a las autoridades respecto de qué medidas tomar.

Siete señales que llaman a sospechar presencia de diabetes

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La gran incidencia del sobrepeso y la obesidad fue uno de los datos más alarmantes de la más reciente Encuesta Nacional de Salud (ENS) condiciones que están íntimamente ligadas como factor de riesgo de la diabetes. Ésta también con enorme prevalencia.

Sobre este vínculo, la nutrióloga Javiera Salvador, explica que "una de las hipótesis es que el tejido graso, sobre todo el que se localiza en el abdomen, produce sustancias inflamatorias (adipoquinas), que inicialmente sólo producen resistencia a la insulina, pero que a la larga (no existe un número de años establecido) dañan el páncreas con lo que se genera menor producción de insulina y se desencadena la diabetes".

La también académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Andrés Bello, afirma que esto no significa que todas las personas con exceso de peso u obesas serán diabéticas, pero que la posibilidad es más alta que la población normopeso y, sobre todo, en cierto grupo. "Hay algunos pacientes con obesidad que tienen más riesgo, por ejemplo, los que tienen más de 50 años, con antecedentes familiares de diabetes o los obesos mórbidos", apunta.

CONTROL Y SIGNOS

Otro de los datos alarmantes de la ENS es que 12,3% de la población chilena se encuentra en sospecha de diabetes mellitus, cifra mayor en mujeres que en hombres (14% y 10,6% respectivamente). A esto se debe sumar que, dado a que la diabetes no da síntomas o estos son muy inespecíficos o atribuibles a otras causas, la mitad de quienes la padecen no lo sabría, según plantea Salvador. "La única forma de diagnosticar diabetes hoy es a través de un examen de sangre. Entonces, si las personas no se hacen exámenes preventivos de manera regular (una vez al año al menos), difícilmente sabrá si es diabética. Y se estima que cada vez que se diagnostica diabetes a una persona, ésta lleva al menos 5 años con la enfermedad y no lo sabía", sostiene.

Por lo expuesto, uno de los llamados es a la responsabilidad y acudir a chequeos médicos periódicos. Además, la nutrióloga aclara que existen señales que pueden alertar sobre diabetes, entre las que destaca siete. Aumento del apetito, sed, incremento en la frecuencia con que se orina, pérdida inexplicable de peso, visión borrosa, infecciones genitales y/o urinarias, además de sensación de cansancio, fatiga y/o sueño, principalmente después de las comidas, son los signos a los que se debe poner atención para diagnosticar a tiempo.