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Disfagia en pacientes con antecedentes neurológicos

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En nuestro país tenemos cifras significativas de diversas enfermedades que afectan a nuestro cerebro, entre ellas se encuentran los accidentes cerebro- vasculares, la enfermedad de Parkinson, el Alzheimer, las demencias y los traumatismos encefalocraneanos, por mencionar algunas. Estas patologías, en muchas ocasiones, generan disfagia, es decir, producen una dificultad para tragar.

Nuestro cerebro comanda todas nuestras funciones y el acto de tragar, también llamada deglución, no es la excepción a esta regla. Este tipo de pacientes comienzan con dificultades en el proceso de alimentación, observando "atoros" o tos al momento o después de tragar; también presentan dificultades en los movimientos de la lengua, en el selle de los labios, en la masticación y en la salivación, entre otros.

En Chile la patología más prevalente es el accidente cerebro vascular y genera dificultades deglutorias leves, moderadas y severas. En las primeras mencionadas, por lo general, se requiere espesar los líquidos o fragmentarlos. Las siguientes etapas ya comienzan con modificación de consistencias de alimentos, restricciones y/o modificaciones con los líquidos o uso de maniobras deglutorias, entre otros. Las más severas necesitan de algún tipo de alimentación alternativa como es el uso de sondas transitorias o permanentes.

Es por esto la necesidad de la intervención en la disfagia, ya que altera la calidad de vida, el desempeño en el ámbito social, el régimen de alimentación, los aspectos emocionales y motivacionales así como también generan alteraciones nutricionales y respiratorias como ocurre en el caso de las neumonías aspirativas.

Como fonoaudióloga dedicada al área sugiero estar pendiente del proceso de alimentación de nuestros familiares o pacientes que presenten este tipo de antecedentes por todo lo mencionado y porque, como se dijo, puede impactar negativamente en su calidad de vida.

académica de

Fonoaudiología, USS

Enseñan estrategias de ahorro de recursos entre escolares

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Saber administrar adecuadamente los recursos económicos que una persona o familia recibe mes a mes, permite mantener un equilibrio entre los ingresos y gastos, idealmente generando posibilidades de poder ahorrar.

Justamente, lograr lo anterior es el principal foco de la educación financiera. Y si bien a los adultos esto permite a adoptar ciertas conductas o transformar otras para lograr solventar los distintos costos que acarrea el mantenimiento del hogar, hijos y deudas sin que se genere un balance negativo, al pensar en los niños se puede transformar en una toda una inversión para que se desenvuelvan a futuro.

Con ese espíritu se realizaron talleres educativos a escolares, tanto de las regiones del Maule como del Biobío, contó Andrés Giron, gerente regional del Banco CrediChile, Zona Sur, organismo que impulsó la iniciativa. A través de charlas, comentó, se buscó fomentar desde edades tempranas el hábito de ahorrar, reconociendo el valor del dinero y cuidándolo, de la mano de concientizar sobre la diferencia entre "querer" adquirir algo y "necesitarlo". Así, por ejemplo, alumnos se les enseñó que si reciben mesada o dinero como regalo, o realizan alguna labor con remuneración como son los trabajos part-time en verano, es importante que vayan resguardando un monto. Es que el ahorro podría ser de gran utilidad frente a una necesidad e incluso transformarse en el capital para cumplir un sueño en el largo plazo como viajar. Esto, además, puede ligarse a sensibilizar respecto a cuidar recursos tan importantes como el agua y la electricidad, beneficiando la economía familiar y al medioambiente.

Los talleres se realizaron en siete establecimientos educacionales, alcanzando a un total de 400 alumnos, y la idea es que se pueda replicar en otros colegios.