En febrero de 2005 entró en vigencia el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control del Tabaco. Una estrategia que nació al asumirse el tabaquismo como una epidemia globalizada, que actualmente cobra la vida de 7 millones de personas al año, y por ende con una urgente necesidad de combatirla.
Este instrumento, transformado en un ampliamente difundido tratado internacional que también firmó Chile, reúne la evidencia científica sobre medidas efectivas contra el consumo de tabaco, de las que se relevan cinco como elementales. "Una es el aumento de los impuestos. También están los ambientes libres de humo, las imágenes en las cajetillas, las medidas en relación a la publicidad y ayudar a los fumadores a dejar de fumar", detalló el doctor Armando Peruga, investigador y ex asesor de la OMS, donde trabajó durante 25 años en su programa mundial para control del tabaco.
El experto fue parte del trabajo de recopilación de datos que se cristalizó en el mandato y pese a que ya no es parte del organismo internacional, su lucha contra el tabaquismo no ha cesado y hoy, de hecho, la vive con ímpetu desde Chile, pues hace dos años trabaja como investigador en el Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Universidad del Desarrollo de Santiago. Sus esfuerzos están focalizados en el abordaje de la problemática en Chile, desde el prisma de un conocer de ésta a nivel global, expertise con la que ofreció una charla en la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción hace algunos días.
Reconoció que "Chile ha bajado la prevalencia de consumo de tabaco", sin embargo, también sostuvo que "esta disminución está siendo a una velocidad que no es suficiente para alcanzar los compromisos que ha adquirido a nivel mundial de reducir la prevalencia de fumadores en un 30% al 2025". Uno de sus desafíos es colaborar a acelerar ese proceso, dedicándose tiempo completo a la investigación para aportar en las mejoras que se deben hacer a la legislación vigente o nuevas políticas públicas.
VARIADOS EFECTOS
Una de las estrategias que va bien encaminada, pero que debería fortalecerse, principalmente en cuanto a la adecuada fiscalización para que se respete, es la de ambientes libres de humo, planteó.
Como política pública la destacó como una que funciona muy bien, tanto previniendo como reduciendo el consumo de tabaco. "Lo que indica la investigación es que hay una mitad del efecto que va a gente que deja de fumar y otra mitad que reduce su consumo. Esto se explica porque entre 60 y 70% de los fumadores quiere dejar de fumar y cuando les das incentivos, como el espacio libre de humo, se enganchan", afirmó.
Hay otro efecto completo y que es que el no fumador no está expuesto al humo del tabaco. "Hay que recordar que la motivación fundamental de los espacios libres de humo es proteger a los no fumadores de la exposición al humo de tabaco ajeno, que produce 600 mil muertes al año en todo el mundo y cerca de 2 mil en Chile", aseguró.
Pero lo anterior no es lo único que valoró de esta medida, pues éstas conllevan un efecto secundario, que aunque no se busca, es positivo y que también se ha demostrado en Chile. "En las casas se fuma menos, porque hay una concientización de los fumadores respecto a que se está poniendo en peligro la salud de su cónyuge, hijos, familia. La gente es razonable y opta por salir a fumar al jardín, patio o balcón, por ejemplo", sostuvo.
ENFERMEDAD TRANSMITIDA
Frente a enfermedades transmisibles y no transmisibles, Armando Peruga dijo que "el tabaquismo se podría definir como una transmitida por la publicidad, promoción y por el patrocinio que hacen las empresas tabaqueras".
En este aspecto en Chile se han tomado medidas claras, dándose grandes pasos, pero todavía se podría hacer mucho, reflexionó, pues aunque está prohibida aún se cuela desde otros países por canales como los portales de internet y redes sociales. "Además, hay otras formas que no están prohibidas, por ejemplo la exhibición de la venta de tabaco, muy bonita, con pantallas y colores, y curiosamente a la altura de las golosinas. Eso no es casual, esa exhibición es una forma de promoción y apunta fundamentalmente a niños y niñas", recalcó. ¿Por qué?, según sostuvo, "el tabaco es el único producto legal que usado tal como indican sus fabricantes, mata a la mitad de sus usuarios a largo plazo. Eso, desde el punto de vista de la industria genera un problema y es que tiene que reponer a esa mitad de gente que mata, y lo hacen atrayendo desde los años en los que pueden llegar a la mente de los jóvenes que tienen menos criterio".
MEJORAS Y DESAFÍOS
Relacionada con esta temática están los empaquetados neutros, en el que desaparecen todos los elementos de marca y países como Australia han implementado, y que podrían ser muy efectivas en Chile, pues el investigador realizó un estudio que incluyó a jóvenes de octavo básico a cuarto medio, cuyos resultados, contó "demuestran que esas cajetillas, a cerca de un 60% de los chicos, si no fuman, le disuadirían las ganas de fumar, y si fuman, les ayudarían a dejar de fumar mucho más que las cajetillas normales, pues las encuentran mucho más atractivas". Algo similar sucedió con grupos focales en la que participaron niñas y niños de 10 años.
Muy de la mano de lo anterior y que es una de las primordiales mejoras que se deben hacer en Chile, pues es la que definió como la principal y más efectiva medida, es en relación a los impuestos. Su efecto es evidente, ya que mientras más caro es un producto, menos personas lo compran. "Chile ha mejorado, pero de los 149 países de los que se tienen datos, Chile ocupa el puesto 127, o sea, hay 126 que van mejor".
Por último, aunque no menos importante, destacó que poco se hace en Chile para ayudar a los fumadores a dejar de fumar, siendo ese, en su opinión, uno de los más grandes pero, probablemente, transformadores desafíos a alcanzar para mejorar la salud de la población y erradicar así un problema que cobra una vida cada hora en nuestro país.