Especialistas piden que se deje de pensar a la madera como un material de segunda clase
En Chile en general y en Biobío en particular el uso de la madera para construcción tiene un gran potencial, pero se requiere enfrentar algunos desafíos como optimizar y regular la cadena productiva. Además es necesario modificar la norma, todo ello para dejar de considerar este noble material como una opción de segunda clase.
Durante dos días en la Universidad San Sebastián se desarrolló el seminario "Diseño estructural en madera: sistema marco plataforma, conectores & fijadores", convocado por la empresa estadounidense Simpson Strong-Tie y la carrera Ingeniería Civil de esta casa de estudios.
Según explicó Rody Toro, director de la carrera sebastiana, se trató del "primer seminario de este tipo realizado en la Región del Biobío, donde expertos de Estados Unidos enseñaron las técnicas más modernas en reparación y fortalecimiento de estructuras y el diseño estructural en madera".
Cristian Bravo, gerente general de Simpson Strong-Tie Chile, contextualizó la actividad. "La empresa nació en California, Estados Unidos, en 1950, dando solución a problemas asociados a la construcción de la madera. Se empezó a desarrollar todo un sistema de soluciones, siempre pensando en un edificio completo, de manera integral", explicó.
"Este es el segundo seminario de esta naturaleza en Chile y el primero en regiones, escogimos a la Región del Biobío por tratarse de una zona de extenso potencial", agregó.
Desafío con las pymes
Rody Toro destacó el potencial que tiene la madera. Sin embargo, enfatizó que se requiere mejorar y regular completamente la cadena productiva. "Es necesario integrar a los pequeños y medianos aserraderos, que no tienen la tecnología desarrollada, por ejemplo para el secado eficiente de la madera o la impregnación para protegerla".
El ingeniero civil indicó que se debe "generar una normativa para el rotulado, que permita insertarla como material estructural a nivel mundial y además generar una normativa de construcción y sísmica robusta que considere las propiedades de la madera en el diseño. También se requiere la tecnificación de los procesos para generar, por ejemplo, paneles de manera continua".
En cuanto a la normativa, sostuvo que en países donde dan valor agregado a la madera, especialmente para la construcción, "existen normas que regulan el mercado, desde normas y estándares de calidad de la madera, hasta normas sísmicas y de construcción asociadas a ésta".
Dijo que en Chile, por ejemplo, la clasificación estructural de la madera es visual, "siendo un método muy sesgado, pues dependiendo de lo que el evaluador observe se establece el grado estructural de la madera".
Por otro lado, la norma sísmica chilena, no tiene las consideraciones específicas para el uso de la madera, lo que impide el desarrollo pleno de ésta.
Avances
A pesar de que aún quedan tareas pendientes, Rody Toro planteó que se están dando los primeros pasos para darle valor agregado. Destacó iniciativas del gobierno y el desarrollo de estudios entre universidades, privados y el Estado que "permitirán generar los estándares, normativa y regulación necesarias para poner a Chile competitivamente en el mercado mundial de la madera en usos distintos a la celulosa y el papel".
Si bien falta que las pymes, como pequeños y medianos aserraderos, den el "salto" a la tecnificación lo que representa una alta inversión, hoy se avanza gracias a políticas públicas que incentivan su uso. "Un ejemplo es el desarrollo de una Estrategia Nacional de Construcción Sustentable, una iniciativa público-privada que busca el desarrollo de la construcción sustentable en Chile desde una mirada integral".
Toro indicó que en esta materia la madera es un material privilegiado, ya que al compararlo con otros requiere mucho menos energía para su producción y además retiene CO2, principal gas del efecto invernadero.
"La madera es totalmente renovable, y tiene un tremendo beneficio ambiental, ya que un bosque joven produce 1,07 toneladas de Oxígeno y absorbe 1,47 de Co2. Cuando el bosque es maduro, estas velocidades disminuyen".
A modo de ejemplo, "construir una vivienda de madera de 140 m2 equivale a retener la misma contaminación que genera un vehículo tipo Citycar por 9 años de circulación".