La actividad pesquera en la región siempre ha sido importante para la economía local y un ejemplo de ello es que existen más de 370 pequeñas y medianas empresas ligadas al rubro.
Por ello es que bajo el lema, "Emprendimiento: un mar de oportunidades", se realizó ayer un seminario que permitió conocer las experiencias de pequeños y medianos emprendedores y a éstos, a su vez, interiorizarse sobre los desafíos de emprender en una actividad organizada por la Sociedad Nacional de Pesca (Sonapesca) y la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes), y patrocinada por la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech).
Fue precisamente Francisco Fernández, presidente regional de la Asech quien abrió la jornada, relatando su propia historia como emprendedor y la de la entidad gremial que ya cumplió 6 años y cuenta con 28 mil socios emprendedores en el país.
Un ejemplo de unidad por un interés común y que desde Chile se ha extendido a Perú, Colombia, México, Guatemala y Argentina.
de empleados
a empresarios
Juan Peñailillo, hoy dueño de empresa de transportes Sociedad JP Ltda., relató que en sus comienzos prestaba servicios como contratista en redes a la Empresa Camanchaca, pero el terremoto y tsunami de 2010 dispersó todas las redes por la isla Rocuant y para recuperarlas debió pagar por un camión grúa para levantarlas, ya que a mano era un trabajo largo y durísimo. Así es que se "encalilló" y compró un camión que adaptó para estas faenas, equipamiento que ahora le permite prestar servicios a otras industrias pesqueras.
A su turno, Mirta Castillo, con contenida emoción contó que partió de abajo trabajando hace 17 años en Sodexo y llegó a ser administradora de contrato, siempre como prestadores de servicios a la pesquera Alimar y tras el 27/F, todo se vino abajo, pero hoy es quien tiene la concesión de dos casinos en Coronel y San Vicente. "La pesquera me ha dado todo, con ese trabajo yo eduqué a todos mis hijos sola", señaló. Recuerda que partió ganando $300 mil y hoy factura entre 23 y $25 millones y le ha permitido pasar de vivir en una población bien precaria a su casa en las Lomas de San Andrés.
Oriundo del norte del país, Mauricio Silva, recuerda también que por 10 años trabajó como empleado en la pesquera Coloso en Arica. El año 98 se inició con un taller de redes en Talcahuano y hoy cuenta con 20 trabajadores. "Hoy, como empresa chica, tengo más flexibilidad que una grande lo que nos permite ser más eficientes. Nos hemos adaptado a la baja progresiva de las cuotas, hay menos barcos que salen a la pesca". Destaca que el hecho de estar formalizados también le permite poder capacitar a su gente. "A los mismos rederos los capacitamos ahora en el proceso del jurel y la jibia".
Juan Vargas, administrador de la Pesquera Hoki, y capitán del Pesquero de Alta Mar (PAM) Terranova de la empresa Alimar. A los 18 años se fue a trabajar a la pesca artesanal, partió como tripulante, hasta que se hizo piloto. En 2006 se le presentó una oportunidad de pesca de media agua que entonces no existía en la empresa Alimar, y se hizo cargo. Formó a gente, especialistas para este arte de pesca. "Esto nos permitió seguir desarrollándonos en esta aventura, donde la pesquera Alimar ha sido fundamental, con la que ya cumplió 10 años y que le permite emplear a 15 personas que conforman su especializada tripulación.
A su tiempo Gonzalo Brahm, director Ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica, detalló la importancia de la asociatividad y cómo ésta permite fortalecer a los emprendedores. "Por qué no pensar en llegar a un mercado con tanto potencial como el latinaomericano, donde hay 70 millones de personas que dejaron la pobreza, donde hay altos niveles de educación, donde los emprendedores generan el 61% del empleo", se preguntó.
Advierte no obstante, que hay problemas todavía por resolver, como el pago efectivo a 30 días y un mayor nivel de bancarización, porque más del 85% de los emprendedores se financia con recursos propios, pero para ello es crucial también que las pymes se formalicen.
Yuri Salinas, presidente de Pescapyme, organización que representa a 58 pequeñas y medianas empresas que ofrecen servicios a la industria pesquera, destacó que "nuestra misión es clave, seguir fomentando y apoyando a los emprendedores de nuestra Región, siendo una institución facilitadora del desarrollo económico y social de nuestra gente. Somos muchos los que generamos empleo de calidad gracias a la industria pesquera".
La pesca industrial genera a nivel nacional 36 mil puestos de trabajo directos, de los cuales 8 mil se concentran en Biobío, concretamente en las comunas de Tomé, Talcahuano, Coronel y Lota. Pero también genera trabajo indirecto a 370 pequeñas empresas que prestan servicios al rubro industrial pesquero de la zona. Se estima que estas, a su vez, emplean a más de 3.700 personas.