Toda Latinoamérica, sumando desde México hasta Chile, representa solo el 8% de la economía global. Es un continente que trabaja mucho, pero es poco productivo, con luces y sombras.
Por eso es que Francisco Unda, conferencista internacional en temas de liderazgo, motivación, comunicación interna y transformación cultural, plantea que para avanzar hay que "desaprender", una propuesta de varios pensadores, entre ellos un divulgador científico catalán llamado Eduardo Punzet, que plantean que para prosperar hay que aplicar eso dentro de una organización.
El director de Clarke and Partners, que ayer estuvo en Concepción participando del seminario "Desarrollo del Capital Humano 2017" organizado por Otic Sofofa y Sence, comentó a este medio que "desaprender" significa "progresar, reunirse menos, hacer menos comité, hablar de manera franca y directa, porque el latino utiliza una semántica para confundirlo todo, se llena de encuentros innecesarios, de burocracia que finalmente inhabilita".
MÁS PRÁCTICO
"Esto tiene que ver con la posibilidad cierta de ser mucho más práctico, pragmático, y apuntar a que Latinoamérica pueda alcanzar el desarrollo con una visión más real, lo que quiere decir que en el mundo corporativo, lo que hemos vivido en Chile, se empieza a hablar de simplificar y eso es desaprender", apuntó.
Agregó que esto de complicar las cosas es común en el continente, producto que la generación de entre 30 y 40 años, que tuvo acceso masivo a la universidad, cuenta con una formación y a la vez un deformación en este mundo de la academia, porque le entregó herramientas, pero a la vez convirtió a la gente en tecnócrata, muy desde la teoría.
Hoy, a su juicio, la gente que brilla es la que deja eso de lado o toma solo lo que le funciona. Ejemplificó en Jack Ma, gerente y fundador de Alibaba, quien cuando busca a la gente no solo ve en qué universidad se graduó ni sus notas, sino lo que saben hacer. "Esto es desaprender, que significa que en el futuro inmediato a las personas se les contratará por lo que saben hacer, no por donde se graduaron. Antes el título era lo más importante, pero eso ya no es así y en adelante será lo menos trascendente", expuso.
En ese sentido, Unda estima que la capacitación tiene un rol clave, porque cuando se va a entrenar a alguien siente que será sometido a un lugar aburrido, previsible, lleno de eslóganes y clichés, cuando una instrucción, algo que están logrando algunas empresas en el país, puede estar llena de verdad, ser práctica, poseer herramientas concretas que permiten alcanzar productividad.
De ahí que cree que la lógica de la capacitación está cambiando a algo mucho más concreto, práctico y reducido en tiempos, pues ya no se puede tener a una persona capacitándose una semana, los formatos tiene que ser más breves.
HAY UN CAMBIO
Con todo esto, el experto de origen venezolano sostuvo que el rol de las empresas tradicionales chilenas está cambiando. Citó al Banco de Chile, que tiene más de 100 años, donde su gerente general, Eduardo Ebensperger, habla que el futuro de la entidad está en que sea querida y para eso propone simplificar los procesos. Por eso, estima que no importa cuán longeva sea la organización, porque siempre se puede volver a empezar y desaprender.
"Creo que una pyme o una empresa tan grande como un banco, está la capacidad cierta de simplificar, no hay edad para eso, cualquier compañía puede lograrlo y hay cosas concretas que se pueden empezar a ver y que aplaudo, que tiene que ver con empoderar, delegar y, sobre todo, donde la verdad esté presente", destacó.
El director regional del Sence, Daniel Jana, indicó que tiene una buena impresión de las empresas de la Región en ese sentido, las que hacen bien su trabajo, cuentan con su objetivo natural, que buscan la justa ganancia, pero que de a poco han ido tomando conciencia de la importancia de tener una transversalidad con sus trabajadores, de poder entender que la capacitación no solo es por hacerla, sino que debe tener un sentido.
"Generalmente, la gente que asiste a este tipo de encuentros, ve los beneficios existentes, los anota y ejecuta, pero si no tiene el sentido del por qué se va a llevar a cabo, se pierde en la práctica el valor y eso es productividad", apuntó.
Señaló que las empresas no siempre notan esto, porque si a un trabajador no se le dice el objetivo de la especialización, cómo va a ser su cambio o qué va a tener de distinta su vida laboral, no habrá sentido.
En esto, según el personero, juega un rol importante el clima laboral, que si es bueno, también mejora la productividad, algo que en el país ha estada baja. Por eso, manifestó que toda organización, sea pública o privada, que no se preocupa de ese ítem, va destinada al fracaso, porque cuando hay un espacio adecuado, la gente es más feliz y tiene disposición para hacer tareas distintas, va más allá de hacer bien su labor.
Otro tema clave es la certificación de competencias laborales, algo que está siendo valorada por las empresas locales y que Sence está fomentando a través del programa "Impulsa Personas" y por medio de financiamiento directo.
A su juicio, se produce la paradoja que un trabajador que tiene 20 ó 30 años desempeñándose en una empresa, sabe más que cualquiera porque la experiencia de vida le ha dado todo, puede enseñarle a muchos pues sabe las mañas, las trampitas, más rápido o lento, pero por no tener un título gana menos que aquel que así lo tiene y que quizás pueda ser su aprendiz.
Por eso es que al servicio otorgan una certificación a través de un organismo que va a terreno, aplica un cuestionario, observa lo que hace y queda legitimado de inmediato.
De ahí que esperan que el reconocimiento tenga que ver con la remuneración ya que esto es un círculo virtuoso, pues a la larga todos ganan con la formación de un colaborador.