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Abstracción y racionalidad se despliegan en la adolescencia

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La etapa adolescente es una de las más importantes para la vida del ser humano, que marca un antes y un después luego de pasar por la infancia. Aspectos sociales, cognitivos y psicológicos se comienzan a desarrollar en esta fase, que muchas veces se puede transformar en un proceso difícil para los padres, pero así también para los jóvenes.

Según un estudio de la Universidad de Victoria, en Canadá, son tres las etapas que caracterizan este ciclo: la preadolescencia, adolescencia temprana y adolescencia tardía. Los investigadores concluyeron que es durante esta etapa donde los jóvenes comienzan a pensar más críticamente y a desarrollar un razonamiento más profundo, situación que no ocurre durante la infancia, por lo que el aprendizaje y desarrollo cognitivo es sumamente diferente.

Paula Guzmán, psicóloga y académica universitaria, especificó que la etapa de aprendizaje durante la adolescencia es fundamental, ya que los jóvenes de esta edad comienzan a reflexionar y a desarrollar el razonamiento como parte de su enseñanza. "Los adolescentes comienzan a desplegar su pensamiento abstracto, a diferencia de los infantes, porque además comienzan a aparecer los rasgos de la adultez, tanto físicos como psicológicos", comentó.

Por otro lado, la psicóloga mencionó que los adolescentes dejan un poco de lado la memorización para aplicar el pensamiento simbólico y sus representaciones. "Empiezan a generar el pensamiento sistemático de relaciones lógicas y también comienzan a solucionar problemas de manera más autónoma, a través, de la reflexión" afirmó.

DIFERENTES ETAPAS

Para comprender cómo funciona la mente de los adolescentes que pasan por esta etapa, es preciso tener en cuenta que la preadolescencia, la adolescencia temprana y la adolescencia tardía recaen entre los 12 y los 20 años, aproximadamente.

De esta manera, la preadolescencia va desde los 8 a los 11 años, y es la transición desde la infancia a la adolescencia. "En este proceso, la capacidad de pensar más abstractamente es muy notoria y también comienzan a tener consciencia sobre las situaciones hipotéticas y las operaciones matemáticas y lógicas", explicó.

Luego, en la adolescencia temprana, que va desde los 11 a los 15 años, los jóvenes logran la capacidad total del pensamiento abstracto. "Es importante destacar que a esta edad también empiezan a tener consciencia plena de su aspecto y a crear su propia identidad en base a sus propios gustos y no al de los padres necesariamente", expresó.

Por último, la adolescencia temprana, que comprende entre los 15 y 19 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se caracteriza por terminar el desarrollo de la consciencia social, realizar planes más a largo plazo e interesarse por temas como política, economía o materias científicas.

"En todas las etapas el aprendizaje es diferente e incomparable a lo que entiende un infante. El adolescente deja de memorizar un poco para comenzar a racionalizar y encontrarle un sentido a sus materias escolares", agregó.

De igual forma, la especialista manifestó que además de reforzar su capacidad lógica y racional, los adolescentes comienzan a ser capaces de mejorar su procesamiento de información a través de la atención y de distintas estrategias de aprendizaje que adoptan en esta etapa. "Nace el razonamiento deductivo y la capacidad de argumentación, además de la planificación, el planteamiento de objetivos y la elección de estrategias para comprender mejor", apuntó.

EXPERIENCIA EN AULAS

Sergio Gómez, profesor de historia de educación media y magíster en Intervención con Jóvenes y Adolescentes, comentó que este grupo etario comienza a percibir poco a poco nuevas capacidades de deducción y estrategias para el estudio y la comprensión.

El académico aseguró que sólo de esta manera los adolescentes logran manejar conceptos y a comprender procesos históricos y a relacionarlos con lo que ocurre en el presente. "A diferencia de los niños pequeños, los adolescentes puede plantear hipótesis más concretas y aumentan su velocidad de procesar la información", advirtió.

Otro punto que Gómez quiso destacar, fue que la tecnología presente en la actualidad ha logrado que los adolescentes en las aulas fomenten, aún más, sus capacidades de operaciones matemáticas, solución de problemas e incluso su nivel de codificación.

De acuerdo a lo planteado por el experto "hay un desarrollo muy grande en la función ejecutiva y la memoria alcanza su máxima capacidad durante esta etapa, pero bajo un nivel de comprensión y no solamente de repetición".

De esta manera, los adolescentes demuestran que su proceso cognitivo se basa en el desarrollo del razonamiento y en el pensamiento crítico que sirve para reflexionar y entender mejor los contenidos vistos dentro del salón de clases.

Según lo anterior, el profesor explicó que este proceso de aprendizaje es para los adolescentes un periodo en el cual sufren cambios físicos, psicológicos y sociales, por lo tanto, están aprendiendo a independizarse y manejar su vida de manera más autosuficiente.

"Si comparamos alumnos menores de 12 años con aquellos mayores, la diferencia es notoria. Los infantes basan sus conocimientos en la repetición, el juego, observación y los experimentos concretos. No así los jóvenes, que ya crean sus propios intereses y relacionan los contenidos más teóricamente", manifestó.

Finalmente, Sergio Gómez recalcó que el conocimiento sobre las propias habilidades es otra característica de esta etapa que los infantes no tienen. "Se genera una consciencia sobre las habilidades propias, lo metacognitivo, que incrementan los procesos de planificación, organización y autorregulación del alumno", concluyó.

Proyecto "Bee Smart" se adjudicó el Fondef VIU de Conicyt

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Con su proyecto "Bee Smart", Ignacio Correa, diseñador industrial de la Universidad del Bío-Bío, resultó ganador de la Segunda Etapa del Sexto Concurso del Programa de Valorización de la Investigación en la casa de estudios, que es impulsado por Fondef VIU de Conicyt.

Son $24 millones el aporte que recibió para desarrollar su iniciativa que es apoyada por la incubadora "Creando UBB", que ya ha asesorado a más de 33 adjudicadas en primera etapa y 14 en segunda.

Para el director de Creando UBB, Víctor Mora, cada proyecto que se adjudica es una puerta de entrada al encadenamiento de una economía del conocimientoque se inicia con la tesis y se consolida como emprendimiento para pasar a contratos de transferencia.

Justamente, lo que partió como una idea motivada por cumplir con los requerimientos de su tesis universitaria con un interés personal, mostró a Ignacio Correa la trascendencia que podía tener su iniciativa, dándole el ímpetu de buscar oportunidades para consolidar lo avanzado en etapas iniciales y desarrollar su investigación para llevarla a una validación mayor.

TRASCENDENCIA

En cuanto a "Bee Smart", si bien por un protocolo relacionado al patentamiento no puede dar detalles, Correa contó que es un dispositivo que transforma las colmenas de abejas en un habitáculo inteligente que permite regular temperatura, ventilación y humedad a través de una ventilación pasiva, aportando a su bienestar.

Es que todos los anteriores son factores tranversales para el desarrollo y contagio de enfermedades, y agentes de riesgo externos que amenazan al colmenar, lo que releva el impacto que podría tener la iniciativa. De hecho, cree que puede ser de gran ayuda para investigadores y apicultores, "pudiendo incluso dejar una huella en Chile y el mundo", finalizó con entusiasmo.