Académicos explican diferencias en las construcciones chilenas y mexicanas
México y Chile son países que tienen muchas características en común, lamentablemente una de ellas es que son países con un latente riesgo sísmico, lo que obliga a cada nación a adaptarse a estos eventos naturales.
La nación azteca sufrió el 19 de septiembre un terremoto que ha dejado cientos de muertos y muchas construcciones en el suelo, coincidiendo con el día en que se recordaban los 32 años transcurridos del movimiento sísmico que acabó con la vida de miles de personas.
Según los reportes llegados desde México, varias de las edificaciones que sobrevivieron al sismo de 1985 ahora quedaron destruidas, por lo que cabe preguntarse si algo similar es posible que ocurra en Chile y en nuestra zona ante la eventualidad de un terremoto, considerando que hace siete años también fuimos afectados por un sismo de proporciones.
Patricio Cendoya, director del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Concepción (UdeC), comenta que las culturas constructivas de Chile y México son diferentes, ya que en el país norteamericano se apuesta por estructurar en base a marcos, mientras que localmente se hace con muros.
"La experiencia chilena ha demostrado que los muros trabajan mejor. Ellos (los mexicanos) apuestan por los marcos dúctiles, ahora, tampoco estamos hablando de marcos armados con palitos de fósforo, sólo son diferentes maneras de construir. En Chile, por lo general, el 3% del área total de una planta son muros", aclaró el académico.
Esta puede ser una primera diferencia entre ambos países, pero hay más. Cendoya recuerda que el distrito federal, en donde se suscitaron los terremotos mexicanos, fue construido sobre lagos, por lo que el terreno es muy blando y responde de distinta manera a los movimientos sísmicos.
Fernando Cerda, también ingeniero civil y académico de la UdeC, complementó al señalar que esto se relaciona con un tema dinámico y la manera en que el suelo se acopla con una estructura.
Explicó que un suelo blando con una estructura rígida puede funcionar más o menos bien, en cambio, un suelo blando con una estructura blanda, no. Tampoco un suelo rígido con una estructura rígida.
NORMAS
Los dos profesionales mencionaron que los terremotos son "laboratorios naturales" para los ingenieros, ya que permiten analizar qué fallas o problemas pudo tener una estructura.
Esto redunda en actualizaciones de las normas de construcción. En el caso de Chile, luego del terremoto de 2010, se publicaron dos decretos, el 60 y 61, los cuales complementaron la norma NCH 433 (de diseño sísmico de edificios), la que data de 1996 y que ya había sido actualizada en 2009.
A la rigurosidad de la norma se suma, explicó Cendoya, el hecho que en la actualidad hay revisores estructurales independientes, una figura que antes no existía. "Si desarrollas un proyecto de ingeniería, hay un tercero que lo revisa, es una especie de doble sello de calidad", indicó el ingeniero, quien estudió dos meses en el país azteca, gracias a una beca, en la Universidad Autónoma de México (Unam), por lo que conoce la realidad de esa nación.
Otro elemento a considerar ante la posibilidad de daños en una estructura se relaciona con los usos que se le da a ésta y su eventual cambio.
Cendoya explicó que por la presión inmobiliaria las construcciones destinadas a habitación pueden transformarse en oficina, lo que hace variar su sobrecarga. "En una casa, la carga es de 250 kilos por metro cuadrado y en una oficina es de 400 kilos. En otras palabras, a la misma estructura le modificas la masa y eso significa cambios en sus propiedades dinámicas, el edificio ya no vibrará como se pensó originalmente, sin contar que la gente puede botar muros o hacer otras modificaciones", detalló.