Calambres sin realizar esfuerzo físico pueden ser signo de afecciones de salud
Ocurren mientras se realiza algún tipo de ejercicio o esfuerzo físico, cuando se está en reposo e incluso hay quienes lo experimentan en medio de la noche, interrumpiendo las horas de sueño. Lo cierto es que todos, algunos de maneras más recurrentes que otros, han sufrido de un doloroso calambre o espasmo muscular y las posteriores consecuencias de éste, pues suelen dejar resentida la zona que se vio afectada.
Pero, si bien son comunes y en algún punto normales, vale la pena preguntarse por qué se producen, si es posible evitarlos o si podrían ser el síntoma de alguna afección que no está diagnosticada y requiera tratamiento.
Para aclarar al respecto, el director de la Clínica Kinésica de la Universidad Santo Tomás, Jonathan Pascal Medina, explica que los espasmos musculares o calambres, una fuerte contracción de la musculatura involucrada en el movimiento del cuerpo, la que queda paralizada en contracción sin poder relajarse, produciendo un aumento de tensión muscular y provocando dolor, son una respuesta espontánea e involuntaria de un músculo o grupo muscular.
El kinesiólogo agrega que con mayor frecuencia se producen a nivel de las extremidades inferiores, que suele ser la zona más expuesta a sobreexigencia debido al constante movimiento del cuerpo. "Es por esta razón que es una condición que se asocia más a nivel deportivo", apunta, lo que no significa que a una persona que no haga deporte no le pueda pasar, ya que la actividad intensa que sobreexija la musculatura también puede darse en la recreación o en labores cotidianas relacionadas con ciertos rubros de trabajo o lo doméstico.
DISTINTAS CAUSAS
Siguiendo la línea de lo expuesto, Horacio Herrera López, docente de Kinesiología de la Universidad del Desarrollo, cuenta que existen distintas razones por las que se producen los calambres y una de éstas es el agotamiento muscular, generalmente asociado a actividad física y que normalmente sucede cuando el músculo está contraído, aunque podría ocurrir varias horas después del ejercicio.
Sin embargo, cuenta, "el calambre no depende del trabajo muscular en sí, sino del aumento de la estimulación nerviosa sobre el o los músculos. Puede ocurrir un calambre si se irrita el nervio que lo dirige, como en el caso de una compresión nerviosa. Por otro lado, si se alteran las condiciones en las que el músculo desarrolla su trabajo, se hace vulnerable a sufrir calambres".
Otra causa de los espamos pueden ser los cambios electrolíticos debido a mala hidratación y falta de minerales como calcio, magnesio y potasio en la sangre, muchos de los cuales se pierden con el sudor, razón que explica también la mayor frecuencia de esta condición en personas que realizan una rutina de ejercicio o esfuerzo físico. "Sin el líquido suficiente, el cuerpo no puede transportar los nutrientes con fluidez, y también es el caso de los minerales", dice.
Una circulación sanguínea alterada es también otra causa de los espasmos musculares, al verse afectada la irrigación y nutrición de los músculos.
Sobre esto precisa que durante una rutina de ejercicio los músculos requieren oxígeno como combustible para convertir la energía química en energía mecánica, pero si los vasos sanguíneos no transportan oxígeno en cantidades suficientes, las células musculares no podrán procesar los impulsos de una forma correcta y a consecuencia de ello se tensan. "El uso de ropa que comprima las vías circulatorias, como calcetines apretados, puede influir para la predisposición a calambres", añade.
UN SÍNTOMA
Si bien los calambres provocan dolor mientras ocurren y que muchas veces persiste, estos por lo general no se constituyen como una emergencia médica, afirma Jonathan Pascal, y que el abordaje de estos es dejar de realizar la actividad que estaba realizando para darle un descanso a la musculatura y masajear la zona para relajar el músculo.
No obstante, existen otras ocasiones en que sería importante consultar con un médico, afirma. "Cuando se acompañan de otros síntomas como fatiga general, fiebre, pérdida de peso o la molestia está generando incapacidad funcional (afectando el diario vivir), es relevante acercarse a un facultativo de la salud", apunta.
Sobre esto, advierte que los espasmos musculares podrían ser una consecuencia de otro problema de salud de base que requiera tratamiento, entre los que menciona la insuficiencia renal.
A lo anterior y según expuso Horacio Herrera sobre los calambres y la circulación sanguínea, su ocurrencia también podría dar luces de que se está en presencia de alguna patología vascular como trombosis venosa profunda, várices o enfermedad arterial periférica oclusiva. "También pueden ser síntomas de enfermedades que afectan al sistema nervioso como la diabetes que puede producir una polineuropatía", añade el profesional, dejando de manifiesto que hay casos en que los espasmos deben mirarse con mayor seriedad, sobre todo cuando no hay causas aparentes para que se produzcan relacionadas con el esfuerzo muscular y son frecuentes, donde será necesario descartar o diagnosticar una patología que esté afectando el correcto funcionamiento de los músculos.