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Forestales recogen lecciones y pondrán toda la artillería en enfrentar incendios

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Las lecciones que dejaron los devastadores incendios forestales que afectaron principalmente a las regiones del Maule y del Biobío este verano gatillaron un cambio radical no sólo en las prácticas de silvicultura de las compañías forestales, sino en la necesidad de crear conciencia sobre la responsabilidad de cada uno en la prevención y en la protección de las zonas que separan los bosques de las zonas urbanas, así como en la forma como se combatirán los siniestros en el futuro.

Iván Chamorro Lange, gerente de Asuntos Públicos de Arauco, apunta a que más del 80% de los incendios forestales son intencionales o presumiblemente intencionales y se combaten unos 1.500 al año, por ello lo que se busca es disminuir su ocurrencia, Para ello se diseñó una estrategia integrada que busca en primer lugar prevenir los incendios, luego reducir su propagación una vez que ocurren con manejos silvícolas más adecuados y reordenar la forma de combatir el fuego.

Un cambio de mentalidad que quieren transmitir a las comunidades y a la sociedad civil en su conjunto, un tema clave en un país forestal como Chile.

comités locales

Así, en materia de prevención Arauco impulsa la constitución de una red de comités locales, que son organizaciones sociales en las que participan los municipios, la Corporación Nacional Forestal (Conaf) entre otros actores. "Una de las grandes lecciones que dejaron los incendios fue la necesidad de mejorar la coordinación de todos los actores", dice Chamorro.

La idea es que estos comités se establezcan como instancias similares a lo que son los comités de vivienda o de agua potable rural, porque aquí no se trata solo de prevenir incendios sino en crear conciencia entre los vecinos sobre el cuidado en sus propias localidades.

En este sentido, señala que aquí está el compromiso de respetar las zonas de interfaz urbano-rural de parte de los actores municipales y de la propia comunidad, todos quienes deben colaborar además en identificar otros riesgos que puede tener esta zona de seguridad como basurales, cultivos, corrales, etcétera, lo que implica hacer un levantamiento completo de dichas áreas y donde cada uno tiene que hacer su parte.

En el caso de esta empresa es una tarea en marcha.

"Tenemos 296 zonas de interfaz desde el sur de la región de O'Higgins a Los Lagos y ya llevan 40 comités de prevención constituidos. "El objetivo es llegar a fin de esta temporada con la mayor cantidad de espacios posibles abordados con su respectivo plan de prevención y habiendo hecho las medidas de silvicultura preventiva e implementado nuestros compromisos para que las comunidades estén más seguras", afirma el ejecutivo de Arauco.

Mientras se está a la espera de acuerdo en ciertos estándares a definir por el Consejo de Política Forestal, Arauco generó un modelo silvícola preventivo (ver infografía) que contempla una franja sin plantación que va a tener un ancho variable dependiendo de la condición de riesgo local y al mismo tiempo reduciendo la carga de combustibles (pastos, basuras, ramas, etc) en esa franja o franjas de amortiguación variable y cuyo objetivo es frenar la propagación de los incendios por las copas de los árboles, que es lo más peligroso. Esta franja de amortiguación tiene como fin dirigir los incendios hacia el suelo y de esa manera contenerlo en una segunda franja, donde hay una mayor distancia entre árboles de modo que los brigadistas puedan desarrollar un combate más efectivo.

A lo anterior se suma el levantamiento de una red estructural de protección, que son básicamente algunas condiciones o características que están al interior de los predios forestales, y que puedan ser utilizadas como corta combustibles como caminos públicos, forestales e industriales, fajas eléctricas, cursos de aguas, ríos y donde se requiera hacer algún ensanche adicional de cortafuego para frenar también la propagación y que esta información sea reconocida por los brigadistas y esté en los planes de protección.

Una tercera línea es el nuevo esquema de combate de incendios, lo que implica la inyección de fondos adicionales que no se contaba en temporadas anteriores. Así lo confirmó el ejecutivo de Arauco, quien precisó que la empresa destina anualmente US$25 millones y para esta temporada el programa de prevención y protección implica un incremento de US$15 millones adicionales.

asesoría australiana

Previo a ello, Arauco se hizo asesorar por la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (Csiro), un centro de investigación, creado por el estado australiano, enfocado a soluciones innovadoras en áreas de ciencia y tecnología. El objetivo fue realizar un análisis crítico del actual esquema de combate, medidas de protección y revisión del modelo silvícola de la firma chilena y hacer sus recomendaciones.

En ese sentido, Chamorro explica que lo que se está haciendo es fortalecer la estrategia de ataque inicial, vale decir, atacar los incendios en su fase primaria. Está demostrado en todo el mundo que cuando ya están fuera de control son muy difíciles de manejar por muchos recursos que existan. Para ello hay que tener equipamiento aéreo y terrestre, con una cobertura adecuada del terreno a proteger, que estén ubicados a distintos puntos geográfico y que permitan llegar en tiempos mínimos a los focos, mientras son pequeños y poder controlarlos con una fuerza de golpe suficiente con el primer protocolo que se despachó.

El patrimonio forestal de Arauco suma 720 mil hectáreas a desde el sur de la región de O´Higgins hasta Los Lagos, por lo que la estructura de combate tiene que estar distribuida en distintos puntos. Cuentan con 19 pistas de aterrizaje y 120 torres de vigilancia.

los planes de CMPC

En Cmpc también hay planes que se concentran en tres pilares; manejo silvícola y combate de incendios, precisa Augusto Robert Schwerter, gerente de Asuntos Públicos y MedioAmbiente Cmpc Forestal.

El primero se relaciona con la prevención. Aquí nuestro "Programa de Silvicultura Preventiva" contemplan la instalación de anillos preventivos, que consideran corta combustibles, reducción de vegetación y disminución de combustibles en la interfaz urbano-rural de nuestros predios, dependiendo de las variables de riesgo y exposición".

Dicho programa, detalla Robert, involucra no sólo a Forestal Mininco sino a los vecinos de la interfaz y a las autoridades locales, puesto que es vital que estas franjas se mantengan limpias, que no sean ocupadas ni solicitadas para otros fines más que la prevención y protección. "Involucra también un compromiso de todos los ocupantes y usos de la ruralidad. No somos la única actividad, ni propietario forestal en la interfaz, se requiere la coordinación y el trabajo de todos los agentes, por eso la necesidad de trabajar coordinados. Estamos en estos meses desplegados ejecutando las medidas y capacitando y compartiendo información junto a los vecinos, todos asumimos compromisos y medidas que debemos adoptar de manera asociativa".

El segundo pilar tiene que ver con el control y combate de los incendios. Aquí, los esfuerzos están en fortalecer los tiempos de arribo a las emergencias, mejorando la detección y logística para ser más eficientes en las respuestas a las emergencias. "Acá nuevamente cobra relevancia que la comunidad esté empoderada para dar aviso y tomar las medidas preventivas necesarias", precisa.

Agrega que para esta temporada la empresa dispondrá de una capacidad de descarga o lanzamiento de agua de 1.500.000 lts/día.

Respecto a los montos en los recursos materiales y humanos destinados a los planes de prevención y control de incendios forestales, Augusto Robert dijo que están en proceso de asignación de contratos y no hay números definitivos en estas materias a la fecha.

Un capítulo muy relevante en ambas compañías se focaliza en la recuperación del suelo, del patrimonio afectado, con especial énfasis en las áreas de alto valor de conservación y con fuertes planes de reforestación con especies nativas.

coordinación

Jorge Echeverría, gerente Corporativo de la Unidad Forestal de Masisa, dijo que aunque los resultados en pérdidas ocasionadas por los incendios al patrimonio de Masisa en Biobío fue de menor relevancia en comparación a lo ocurrido, zona (770 hectáreas, equivalente al 1,4% del patrimonio de Masisa) los aprendizajes han sido claves para enfrentar coyunturas de este tipo.

En esta línea, dijo que el reforzamiento del trabajo preventivo será uno de los pilares para enfrentar la próxima temporada.

"Ya se están desarrollando labores de prevención en los predios de la empresa cercanos a zonas de interfaz y trabajando con las comunidades vecinas, educando y generando conciencia y preparación en tareas de autoprotección para que ellos eviten verse afectados por incendios rurales".

En otra línea se trabaja en coordinación con Conaf, otras empresas e instituciones locales y regionales, para abordar medidas conjuntas. Y por último, el trabajo silvícola preventivo, en los bosques, en cuanto a prácticas, como el uso del fuego controlado, que busquen disminuir combustible post cosechas, es un asunto relevante a abordar por las empresas forestales en el corto y mediano plazo", concluyó.