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Comité Ambiental propicia la participación

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¿Quiere reciclar en su barrio? ¿Mejorar las frecuencias de recolección de basura? ¿Que haya más educación ambiental para los niños? Todo esto y más se puede canalizar de mejor forma a través del Comité Ambiental Comunal, organismo encargado de recoger las inquietudes de la comunidad y hacerlas llegar a la municipalidad correspondiente, cumpliendo un rol fundamental para la participación de los vecinos en la construcción de líneas de acción como capacitación de funcionarios, reciclaje y ahorro energético, entre otros.

En la comuna de Concepción, que cuenta con nivel de Excelencia en su Sistema de Certificación Ambiental Municipal, Álvaro Boehmwald Rivera fue recientemente elegido presidente del Comité Ambiental Comunal, órgano participativo esencial para la gestión ambiental local y que tiene como principal misión ser una instancia de apoyo ciudadano para la certificación ambiental del municipio, permitiendo a su vez que la ciudadanía participe y supervise decisiones de tipo medioambientales en las municipalidades.

"Los países desarrollados se caracterizan por cuidar el medioambiente, promover la participación ciudadana y transparentar sus procesos de tomas de decisiones. Estas dimensiones conllevan más trabajo y tiempo pero, más temprano que tarde, generan más beneficios", explica Boehmwald, quien es director de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental de la Universidad San Sebastián. "Con las gestiones correctas, las personas pueden hacer llegar su necesidad o deseo de mejorar las condiciones sanitarias de animales, por ejemplo, o de limpieza de las calles e, incluso, un barrio completo podría organizarse para minimizar la contaminación del aire con el uso de leña adecuada, pudiendo conseguir ayuda del municipio para ello", finaliza.

En el Biobío se busca hacer rentable la energía undimotriz

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En Chile hay una decena y en el mundo más de mil prototipos para obtener energía de las olas del mar. Los mecanismos de algunos son muy distintos entre sí, pero siempre de la mano de los intentos de la ciencia y la tecnología para aprovechar de mejor manera una de las energías renovales que entrega la naturaleza.

Con una costa que baña todo el territorio chileno, el país tiene mucho potencial de energía undimotriz, que es aquella que aprovecha la fuerza de las olas generadas por el viento a nivel local y de las más grandes producidas en alta mar. De hecho se estima que es el tercero más grande del mundo, detrás de Estados Unidos y Australia. Hoy el norte nacional puede generar 19,6 kilowatts por metro de costa y el extremo sur chileno hasta 66 kw/m, siendo desde 20 un potencial de gran calidad.

PROTOTIPO LOCAL

Es así que en la Región del Biobío se está desarrollando un emprendimiento impulsado por Nelson Miranda y apoyado por el Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, que busca generar energía eléctrica a escala humana y sin contaminar.

Natalia Aziares, licenciada en Geofísica y asesora del proyecto, dio a conocer públicamente el avance de la iniciativa , explicando que se trata de un prototipo llamando Generador Undimotriz Hidrostático, que consiste en una base flotante con ocho brazos que se mueven con el oleaje en forma independiente de la base, accionando pistones que succionan agua de mar. Luego, esta agua es subida a piscinas en tierra para después hacerla caer produciendo fuerza y energía eléctrica de la misma manera que una represa hidroeléctrica.

Para probar el prototipo, éste se instaló en la Bahía de Concepción, que en tiempo normal posee bajo oleaje. Ahora se hará una prueba fuera de la bahía, cerca de la Playa Marquiche, a unos 4 kilómetros al norte de Dichato, donde el generador entregará electricidad a la Escuela Rural Burca, con el respaldo financiero del Ministerio de Energía.

En ese sentido, vale la pena destacar que el financiamiento para mejorar lo realizado hasta ahora es de 45 millones de pesos para mejorar lo realizado hasta ahora, ha sido cubierto casi con exclusivo esfuerzo y dinero de Nelson Miranda en unos 20 años de labor. El respaldo del estatal Fondo de Acceso a la Energía permitirá aumentar el estanque actual de 46 mil litros a tres de 100 mil litros de capacidad conjunta, mejorar los materiales de construcción, bajar el tiempo de llenado de los estanques de 25 a 2 horas y pasar de hacer funcionar un generador de 750 watts a otro de 3 kilowatts.

COMPETITIVO

Aziares contó que existe un problema para este tipo de prototipos undimotrices y es que aún no se desarrolla uno cuyo costo sea menor que el beneficio económico que genere por la cantidad de electricidad que entrega y así sea competitivo para el el mercado. Es así que, según su planteamiento, esto provoca una gran cantidad de opciones de prototitpos existentes en el mundo, cifra que podría disminuir cuando uno o varios de ellos se acerquen a la mayor competitivad y, ¿por qué no pensar que desde el Biobío se podría generar uno que haga rentable la energía undimotriz?

"Gente que confía más es la que se moviliza más socialmente"

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Desde tiempos remotos, grandes propósitos de las personas y sociedades han sido alcanzar los más altos niveles de bienestar para abrazar la felicidad. Y es que todos entienden que son dos conceptos íntimamente ligados y que de su presencia depende, en gran medida, la calidad de vida de la que se goza.

Su relevancia como temática, porque a todos les importa, hace que también sea compleja de abordar, pues más allá de las definiciones del diccionario, hay un componente subjetivo importante en las variables que influyen para que alguien crea que está experimentando más o menos bienestar en su vida y se defina como feliz, y la percepción de una mirada más macro a la sociedad al respecto.

Sin embargo, es posible cuantificar objetivamente el bienestar y por ende pensar en medidas para incrementarlo, según lo planteado por el doctor en Psicología Social, Darío Páez, catedrático e investigador de la Universidad del País Vasco (España), quien precisa que éste contempla distintas aristas. "Por un lado, está el subjetivo, que se relaciona con si estás satisfecho con tu vida, si experimentas más emociones positivas que negativas. También está el psicológico, donde influye estar desarrollándose personalmente, si crees que tu vida tiene utilidad, que estás creciendo, que tienes buenas relaciones con otros y si te aceptas a ti mismo. En cuanto al bienestar social, se define por si confías en las otras personas e instituciones, si crees que la gente sigue las normas, o si hay o no desarrollo social", explica el doctor.

UNA COEXISTENCIA

Es en el bienestar social, dice, donde las personas son mucho más críticas, como han revelado distintos estudios que se han realizado, como la Encuesta Mundial de Felicidad que evalúa a cerca de 140 naciones con muestras representativas de toda Latinoamérica; el "Latinobarómetro" o la Encuesta Casen. De hecho, los datos arrojados por estos y otros análisis son los que usó para desarrollar la charla "¿Es Chile un país feliz?", que recientemente ofreció en la capital penquista como invitado del Doctorado en Salud Mental y el Doctorado en Psicología de la Universidad de Concepción.

"A los chilenos, si les preguntas cuán satisfechos están con su vida, responden que están muy satisfechos. Pero, cuando se le pregunta a la gente por su percepción del entorno, lo percibe con más enojo, tristeza y ansiedad que alegría, también confían poco en la gente en general y en las instituciones", cuenta.

Esta coexistencia de una visión muy positiva del mundo personal y otra más desalentadora del social, plantea el académico, es común en la región latinoamericana y se puede explicar por la consciencia que existe de la realidad de la sociedad. "Que los chilenos estén satisfechos con su vida no es descabellado y es también comprensible que estén descontentos con muchos aspectos de la sociedad, porque en Chile la desigualdad sigue siendo alta, pero ha disminuido; la expectativa de vida ha mejorado y el índice educacional también. Por eso, no es que los chilenos estén inventándose que están mejor, al mismo tiempo son conscientes de las limitaciones e inequidades, sobre todo de funcionamiento social, cobertura sanitaria o de acceso a la educación", sostiene.

-Sí, en parte, porque paradójicamente la gente que confía más es la que se moviliza más socialmente y la que participa más políticamente es la que tiene cierta confianza en la instituciones. Esto no es excluyente, porque también hay gente que está muy indignada y desconfía y se moviliza, pero en general la confianza en la comunidad e instituciones ayuda a que la gente se movilice socialmente.

MÁS CONTACTO

Otro aspecto que explica la dualidad de dos visiones contrapuestas y desconfianza, opina Páez, es que las personas tienen un funcionamiento muy centrado en su entorno primario, familia, amigos y gente más conocida, mientras que es más inhibido en relación a la sociedad más amplia.

-Confiar en la gente en general no se relaciona tanto con que te hagas amigos, sino que conozcas a gente de grupos sociales distintos. Esto no depende tanto de la propia voluntad, sino de las condiciones que favorezcan o perjudiquen esto, como las políticas públicas de recreación de la juventud, como que se realicen más campeonatos deportivos que congreguen a estudiantes de establecimientos educacionales de todo tipo. Eso no depende realmente de la buena voluntad de la gente. Claro que puede existir la voluntad de un chico para conocer a personas de distintas realidades, y eso se puede intentar, pero es poco probable que haya éxito en este tipo de iniciativas que finalmente implican moverse tanto en la estructura social.

-Políticas de integración social, de igualdad de oportunidades y de contacto entre grupos distintos pueden ser una forma. El miedo al contacto entre grupos sociales distintos es uno de los problemas que explica el bajo bienestar social. Un claro ejemplo es que la gente de clase media y alta ven a la de clase baja como delincuentes potenciales, como bárbaros que van a atacar, hay un ambiente de guerra civil contra los sectores pobres, que no es único de Chile, sino genérico de América Latina y mucho más fuerte en otros países.

Si se aumenta el contacto entre grupos sociales distintos, gente de culturas diferentes, va a aumentar la confianza interpersonal y social, y eso va a llevar a una mayor participación.

Por eso, lo importante de la gratuidad de la educación universitaria no es que sólo va a permitir que la gente pueda ingresar, sino que, si las instituciones funcionan bien, que coincidan más jóvenes de todas las clases, de diferentes zonas y culturas, produciéndose el contacto entre grupos sociales distintos que es fundamental para que una sociedad tenga cohesión.