Secciones

Ejercicio para reforzar vitamina D reduce riesgos de derrames

E-mail Compartir

Una investigación difundida por el Dole Nutrition Institute realizada por el Centro Johns Hopkins, Estados Unidos, confirmó la relación entre la vitamina D y el ejercicio, mostrando que al realizar actividades físicas se refuerza la acumulación de este nutriente, y que la combinación de las dos parece ser más beneficioso para proteger el sistema cardiovascular.

En Chile, estas patologías, afectan a un tercio de la población de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud (Minsal).

Los investigadores recabaron información de 20 años de 10.000 registros de salud para analizar el predominio de ataques cardiacos y derrames. Los participantes con los mayores niveles de vitamina D tuvieron el menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. En particular, hubo un 23% menos de probabilidad de manifestar un evento cardiovascular cuando se cumplía con los niveles de actividad física y los niveles séricos sanguíneos del nutriente eran adecuados.

MÁS CONSUMO VITAMINA D

Las personas que consumen entre 600 a 800 unidades internacionales (UI) diarias recomendadas de esta vitamina, alcanzan una cantidad adecuada de 20 nanogramos por milímetro en su sangre, lo que puede lograrse fácilmente consumiendo una dieta balanceada con alimentos que contengan Vitamina D y manteniéndose activo.

Asimismo, en un nivel netamente comparativo, con sólo 15 minutos de exposición segura al sol se producen 3.000 UI de esta sustancia dependiendo de su ubicación, lo mismo que bebiendo 30 vasos de leche.

En tanto, estudios recientes sobre suplementos, no han demostrado tener los mismos beneficios para la salud cardiaca. La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar más de 150 minutos de actividad física moderada por semana. Aunque esto puede sonar abrumador para un comienzo, si ese tiempo se divide en 5 días, son sólo 30 minutos al día.

El auge de la oratoria

E-mail Compartir

Desde tiempos remotos, los seres humanos nos hemos comunicado oralmente, sin embargo la época en que vivimos a menudo nos desconecta de la oralidad, haciéndonos centrar nuestra atención hacia poderosos estímulos visuales propagados por distintos medios de difusión masiva, (la publicidad y las redes sociales virtuales, entre otras). Esto nos priva de valiosas tradiciones, como las conversaciones de sobremesa, las tertulias y reuniones sociales, en donde el único fin es el intercambio de historias y experiencias personales ricas en emociones, de la manera en que lo hacíamos cuando formábamos parte de tribus reunidas alrededor de fogatas al caer la noche.

No obstante, existe un despertar cada vez más masivo de personas interesadas en aprender a dominar el arte de hablar bien en público, que comienza por conocerse a sí mismo y continúa al observar a los demás e identificar que absolutamente todo lo que hacemos está comunicando algo: la ropa que elegimos para vestirnos al comenzar un nuevo día; nuestra postura corporal; la forma en que miramos a nuestros compañeros de trabajo; el movimiento de nuestras manos; las expresiones de nuestro rostro cuando hablamos de un tema que nos apasiona; el tono de voz que ocupamos cuando le hablamos a un niño…

Resulta fundamental, por lo tanto, saber utilizar los atributos que nos definen como seres humanos, teniendo en cuenta que el 90% del tiempo nos estamos comunicando de forma oral, (por ejemplo, cuando vamos a la tienda de la esquina, cuando nos subimos a un taxi, cuando exponemos nuestros proyectos, cuando postulamos a un trabajo), por lo que quién comunica mejor, tiene más posibilidades de éxito y de ser comprendido.

Cuando dominamos la oratoria, nos vemos y sentimos más plenos: el poder conectarse y transmitir con claridad una idea a nuestro interlocutor o - siendo más ambiciosos - a nuestro público, nos hace sentir satisfechos. En efecto, no hay nada más potente que poderse comunicar con otro ser humano y, en conjunto, desarrollar ideas y proyectos. Y es que -a mi parecer - la humanidad sólo logrará grandes cosas si trabaja en conjunto, por lo que el saber comunicar y dominar la oratoria es esencial para nuestro desarrollo como sociedad.

Directora General Escuela Chilena de Oratoria