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La Otra Zapatilla y sus 10 años de teatro

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La trayectoria de un grupo, cualquiera sea ésta su índole, tiene directa relación con la sistematicidad y visibilización de su quehacer en el tiempo y espacio. Esto se traduce hoy en el despliegue de dos habilidades fundamentales, además de cierta dosis de obstinación para mantener a un grupo de personas reunidas en torno a un objetivo común: capacidad de gestión y manejo de las redes sociales.

En el caso de los grupos artísticos estas habilidades constituyen una necesidad sin las cuales es imposible mantenerse en cartelera. Según la Academia Chilena de la Lengua, la palabra trayectoria significa línea descrita en el espacio por un cuerpo que se mueve. Interesa particularmente esta acepción para hablar de un elenco teatral recientemente homenajeado en la ciudad, la compañía La Otra Zapatilla que acaba de cumplir 10 años de trabajo escénico y dramatúrgico.

Podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que este conjunto ha aportado desde su fundación a la constitución de las nuevas historias del teatro de Concepción, junto a Teatro Reconstrucción, El Rostro, El Oráculo, La Concepción, Santobordell y, entre otros, Teatrhoy.

Su trayectoria, desde el año 2007, ha liberado gran cantidad de energía traducida en eficacia, poder y virtud para obrar, la que ha quedado en evidencia en sus numerosos montajes, donde ha predominado la dramaturgia propia: "Memorias de la Concepción", "Louta", "El Ganso", "A lo mejor ahora está lloviendo", "Te-evito", "Víctor, un canto para alcanzar las estrellas", "La final", "Ana Frank" y "Geografía del mito y la leyenda".

Los estrenos teatrales para niños es tan o más extenso que esta lista. Desde sus comienzos, este elenco ha creado propuestas que a todas luces exploran en las historias y microhistorias de los barrios y comunas aledañas a Concepción. Equivale a hablar de su gente, sus alegrías, frustraciones, demandas y esperanzas.

HACER DESDE ACÁ

La Otra Zapatilla es uno de los conjuntos teatrales de la ciudad que está en constante proceso de reconocimiento, registro y examen, especialmente, diligente, en el sentido de cuidadoso y activo, no sólo para contar escénicamente nuestras historias, buscando constantemente formas de hacerlo en el aquí y ahora, sino que explorando en el propio ejercicio escénico.

Hay en este conjunto una decisión de hacer visible los rastros de los ensayos, incluso más aún, algunas de sus obras se proponen como un ensayo de comienzo a fin, casi como una obra que no logra avanzar más allá del trabajo de mesa, momento en la que el elenco se reúne a discutir qué obra montar o de qué hablar en la escena teatral de esta ciudad del sur de Chile.

La Otra Zapatilla no suele invisibilizar las huellas de la producción escénica, como habitualmente ocurre con gran parte de los bienes y productos exitosamente reificados, tal como lo afirma Jameson (1998). En sus obras suelen observarse los gestos y posturas alternativas, mientras los actores y actrices construyen sus personajes; así como la confluencia de diversos tipos de textos y lenguajes.

Tal como lo señalamos en un artículo de reciente publicación en Nueva Revista del Pacífico (2017) de Valparaíso, en las obras de este elenco suele convivir una diversidad de materiales y textualidades, lo que además de poner en tensión el principio de representación, genera una polifonía escénica que invita-obliga al espectador a desarrollar formas diversas de interpretación.

ESPECTADOR ACTIVO

Es, precisamente, desde la escena que esta compañía va al "encuentro del texto" (Danan 23, 25). Éste, por lo tanto, no se constituye en fundamento de la escena, sino más bien es uno más de los elementos de la polifonía del espectáculo (33). De ahí que no sorprenda que gran parte de la dramaturgia de La Otra Zapatilla se haya puesto en escritura después o -a lo menos- al mismo tiempo que la creación del trabajo escénico.

Por otra parte, las historias contadas están organizadas en múltiples fragmentos, por lo tanto, el flujo temporal y espacial de las acciones está constantemente interrumpido. para dar lugar a expansiones que llevan a los espectadores a otras historias, a la prolongación de detalles grandiosos o enjundiosos o a la inclusión de anécdotas aparentemente desvinculadas de la historia inicial.

Un ejemplo es "Víctor. Un canto para alcanzar las estrellas". A diferencia de lo que ocurre con otros montajes locales, en los que las historias o el cuentito, como dice Mauricio Kartún, aparece en una secuencia lógico causal y a través del diálogo de los personajes, aquí suele ser habitual el corte del relato en muchas piezas separadas, cada una de las cuales adquiere una independencia y autonomía propias.

Así, en estas propuestas, el espectador está demandado a estar muy atento y activo frente al proceso de autonomización del que es testigo. "A lo mejor ahora está lloviendo" (2011) ilustra muy bien lo afirmado. Está dividida en cuatro cuadros: Prólogo, Despojo, Exilio, Desplazamiento y final.

La obra, tal como lo hemos señalado en otros estudios, es una de las propuestas más escenificadas del elenco, probablemente porque en ella se hace evidente con mayor claridad una poética que, entre otras cosas, desplaza la mímesis para enfatizar la narrativización e instalar la discontinuidad y la distancia.

En síntesis, La Otra Zapatilla nos debe llenar de orgullo por cumplir 10 años contribuyendo al desarrollo y fortalecimiento de la escena teatral del sur de Chile con una calidad impecable propia de una exploración incesante.