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Distintos tipos de té ayudan a mejorar los procesos digestivos

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Es durante el invierno cuando las infusiones y los distintos tipos de té son un gran acompañamiento para combatir las bajas temperaturas. Mientras algunos prefieren el té rojo, otros optan por el té verde o el negro.

Pero si bien es cierto que la planta que da origen a estas antiguas infusiones es la misma, las propiedades de sus distintos tipos son también variadas.

Según lo anterior, es preciso tener en cuenta que el té proviene de la "Laureacea", también denominada Camellia, y por lo tanto, los diferentes tipos se generan debido a distintos procesos de oxidación de la planta.

Carmen Gloria Fernández, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, dio a conocer que, comúnmente, se cree que los diferentes tipos de té nacen por procesos de fermentación, pero esta es una denominación mal utilizada. "Digo que esto está mal llamado, porque no se producen en presencia de bacterias, por lo tanto, lo correcto es mencionar que son distintos tipos de oxidación", aseguró.

Este líquido, en sus múltiples presentaciones y sabores, es la tercera bebida más consumida en el mundo, y su historia se remonta al año 250 Antes de Cristo cuando, por primera vez, se utilizó y consumió en China para luego expandirse a nivel internacional.

Si bien pueden ser muchos los tipos, la nutricionista señaló que según su clasificación, éstos ayudan al sistema inmune, tienen funciones cardiovasculares, ayudan a la prevención del cáncer y también pueden cumplir una función antioxidante.

CLASIFICACIONES

Así como las variedades de té son diferentes, todas entregan propiedades distintas a la hora de ingerirlas.

En ese sentido, la especialista explicó que el té negro, por ejemplo, se hace extendiendo las hojas al sol durante un día, hasta que se pongan mustias, para luego enrollarlas y calentarlas al vapor. "Este tipo de té es el que más cafeína tiene, pero aún así, favorece la conservación del colesterol, protege el sistema cardiovascular y entrega flavonoides beneficiosos para el sistema inmune", agregó.

Por otra parte, Fernández indicó que el té verde, otra variedad de esta infusión, es rico en antioxidantes, lo que favorece la función cardiovascular y funciona como diurético. "Este tipo también se ha relacionado con la prevención del cáncer y a mejorar procesos digestivos", apuntó.

El té verde también es conocido como "no fermentado", es decir, que no fue sometido a los procesos de oxidación. "Las hojas de té verde cosechadas se secan de inmediato, se amarran y se exponen al vapor, con la idea de que no se oxiden", especificó.

Por otro lado, también está el té blanco, que es el más caro de producir, y corresponde a los brotes de la planta secados por largos períodos. Éste tampoco es sometido a procesos de oxidación. "Su poder en la protección cardiovascular es mayor que en la del té verde y ayuda a mejorar el colesterol y los triglicéridos. Además, tiene menor cantidad de cafeína que los demás tipos de té", afirmó la académica.

Por su parte, Angelines Nicoletta, directora de la carrera de Gastronomía de Duoc UC sede Concepción, agregó que el té rojo es un tipo de té verde donde se extraen las hojas y se colocan en barricas de madera para inocularles un tipo de bacterias. "Después de un tiempo, fermentan las hojas, logrando así, un té rojo más oscuro que el verde y con un mayor porcentaje de cafeína", explicó.

De igual forma, esta clasificación es considerada por la medicina china como un excelente producto para adelgazar. "El té rojo ayuda a desintoxicar y depurar el organismo, pero también contribuye a reforzar el sistema inmune y facilitar la digestión", mencionó.

BREVE HISTORIA

Con sus raíces en China, el té comenzó a ingerirse en la gran potencia de Asia, pero además los especialistas empezaron a estudiarlo y a describir sus propiedades medicinales y también digestivas, dando paso a su consumo en Japón y luego en todo el continente asiático.

De esta forma, llegó a manos de los holandeses, que lo llevaron a Europa a principios del siglo XVII, y los ingleses comenzaron a encargarlo directamente a los precursores. Finalmente, se favoreció el cultivo en la India, Ceilán y Madagascar, pero no fue hasta 1902, cuando Thomas Sullivan, un comerciante neoyorquino, comenzó a ofrecer té en bolsitas, llegando a expandirse completamente por el mundo. Bajo esta popularidad, se estima que el consumo anual de té en la actualidad es de 40 litros per cápita.

"Actualmente, India es el mayor productor y exportador de té del mundo, siendo las zonas de mejor calidad Assam, Darjeeling y Nilgiri. Por su parte, Japón produce té verde casi exclusivamente, sin embargo, exporta poco hacia otros países", describió Nicoletta.

OTRAS FUNCIONES DEL TÉ

La especialista en gastronomía sumó a esta información que el té también puede cumplir con otras funciones relevantes. "Lo podemos utilizar para preparar mascarillas anti-acné o para tónicos faciales, pero además para reducir el dolor de pies luego un largo día caminando", comentó.

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"Por otra parte, si se tiene cabello graso, podemos utilizar una infusión de té verde en el último enjuague, lo que ayudará a disminuir el sebo del mismo", detalló.

Al mismo tiempo, el té también puede utilizarse para disminuir bolsas y ojeras, o bien, para dar luminosidad extra a la piel.

Por último, Nicoletta apuntó que el té también puede ser parte de las elaboraciones culinarias diarias de comidas, algo no muy común, pero que suele entregar un gusto diferente a los alimentos. "El té lo podemos incluir en múltiples preparaciones, como por ejemplo, las carnes y las pastas, pero también se puede agregar en distintos tipos de arroces y dulces", concluyó.

Terapia chilena para Lupus se testeará en pacientes

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El lupus es una enfermedad autoinmune, de alta prevalencia y que afecta considerablemente la calidad de vida de los pacientes, quienes cuentan con poquísimas alternativas terapéuticas.

Aún así, un equipo de investigadores pertenecientes al Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia, Imii, liderados por el doctor Alexis Kalergis, estudió el potencial terapéutico de una enzima del propio cuerpo, que empleada en modelos experimentales permitió disminuir síntomas de la enfermedad, que se comenzará a testear en pacientes reales.

"Hoy, los pacientes con patologías autoinmunes reciben terapias inespecíficas, como inmuno-supresores que lamentablemente se acompañan de efectos adversos y que no curan la enfermedad. Actúan sólo disminuyendo los síntomas", mencionó.

En este caso, el estudio del Imii logró crear una terapia para frenar el avance del lupus, dirigida exclusivamente a células que contribuyen a la enfermedad, a diferencia de tratamientos generalizados como los corticoides anti-inflamatorios, que hacen bajar la respuesta inmune en general. "El novedoso tratamiento, cuyo fin es reestablecer el equilibrio de reactividad y tolerancia del sistema inmunológico, consiste en la manipulación y reprogramación de las células dendríticas, aquellas defensoras que cumplen un rol fundamental en la eliminación de elementos patógenos, virus y bacterias que ingresan al organismo, y las cuales se encuentran alteradas en personas con lupus", explicó.

De esta manera, el proceso busca modular la función de células dendríticas, provenientes de la misma sangre del paciente, para luego ser procesadas y reingresada a la persona. En este proceso se aplica una modulación farmacológica in vitro de la enzima HO-1, con la finalidad de modificar a la célula dendrítica para disminuir la promoción de una respuesta autoinmune.

Asimismo, los pacientes con lupus presentan una desregulación de la enzima HO-1, es decir, una disminución de su efecto inmunosupresor y regulador, que ayudaría a promover la continuidad y progresión de la enfermedad a un estado más inflamatorio, y este tratamiento, lograría frenar dicha situación.