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Músicos locales conocen formas de cómo producir

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Un ciclo de talleres especialmente centrado en la producción musical y técnica es el que se está desarrollando en el marco de las Escuelas de Rock, con el fin de potenciar ambas áreas entre los músicos locales.

Con sesiones programadas en Concepción y, paralelamente, en Chillán, la apuesta iniciada entre lunes y martes, respectivamente, se extenderá hasta la audición y concierto de cierre. En la capital del Biobío se desarrollará el próximo 28 de julio, mientras que el sábado 29 se efectuará en Chillán.

Los talleres, enmarcados en la Política Nacional del Campo de la Música 2017 - 2022, se fundan en que "la comunidad de músicos de la zona nos planteó la necesidad de realizar talleres y encuentros en torno a estas (dos) temáticas", apuntó Marcos Moraga, encargado de contenidos de las Escuelas de Rock y Música Popular del Cnca.

En esta oportunidad, en Concepción se inscribieron 15 proyectos relacionados, aunque el mismo lunes llegaron otros dos que también fueron aceptados.

"Son 17 bandas o solistas, o sea, en rigor son muchas más personas las que asisten", apuntó el representante del Consejo, indicando que cualquier interesado puede asistir como oyente. "Lógicamente, no participa en la audición de concierto de cierre", dijo sobre el show programado en nuestra ciudad en el Aula Magna, a partir de las 16 horas, abierto a toda la comunidad penquista.

TRABAJO EN EQUIPO

Las tres temáticas que comprende el ciclo -las Escuelas de Rock parten a fines de los 90- son "Comunicación y redes sociales", con Eduardo Fernández (hasta ayer), "Producción musical", dictado por Ricardo "Charro" Núñez, desde hoy y hasta el próximo martes. Cierra "Producción técnica de tocatas y festivales", de Rodrigo Palma, los días 26 y 27 de julio (todas las clases son entre las 18 y 22 horas, en el Centro Cultural y Artístico de Concepción, CAC, Rengo 269).

Uno de los objetivos, apuntó Moraga, es relacionarse con los nuevos creadores que surgen en torno a la música popular. "Invitarlos a activar un trabajo en colaboración con las asociaciones, bandas y otros actores relevantes de este campo, así como aprovechar y conocer la institucionalidad cultural y sus herramientas de financiamiento", señaló.

- Si bien tenemos un trabajo permanente con asociaciones que se toman su trabajo muy en serio -MIC, Mubb o el Sindicato del Rock de Chillán-, visualizamos la necesidad de integrar las nuevas voces. Y en Concepción nos damos cuenta de un patrimonio inmenso en torno al rock y pop. Las bandas que nos acompañan en nuestros procesos dan cuenta de eso, lo conocen, y saben que ellos pueden ser los continuadores de este legado.

Violeta Parra inspira montaje fundamentado en danza butoh

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Tras una serie de presentaciones durante el año pasado entre los 6 integrantes de la compañía Bayku, surgió la iniciativa de montar biografías chilenas. Así llegaron a Violeta Parra, de quien concluyeron que tanto su vida como su obra eran una fiel representación del estilo butoh.

En el marco del centenario de la cantautora y folclorista chilena, comenzaron a preparar un proyecto de danza relacionado con ella desde diciembre del año pasado.

En Santiago, el grupo fundado en 2004 visitó el museo dedicado a la artista, para informarse, conocer la cultura y legado de la creadora de "Gracias a la vida".

Pronto se dieron cuenta que el enfoque que buscaban darle no era biográfico, sino que "algo más propio y con nuestra mirada".

Fiel al estilo que los identifica, Bayku analizó el trabajo de bordado y pintura que Violeta Parra hizo. "A través de esto generamos una obra", cuenta Andrés Gutiérrez, director del grupo, sobre el montaje titulado "Canto nuevo", y estrenado en marzo pasado.

"Es una obra sin música de Violeta Parra, ni imágenes de los bordados. Nosotros quisimos abordar el trabajo de la Violeta, pero transformándolo bajo nuestra visión, y a través de nuestra abstracción creamos esta obra separada en 5 cuadros", comenta Gutiérrez.

Precisamente, la apuesta llega por primera vez a nuestra ciudad, con funciones programadas en Artistas del Acero, mañana y el sábado, a las 19.30 horas.

EL CUERPO

Originalmente, la compañía fue fundada en el Valle del Elqui, el mismo año que estrenaron su primera obra llamada "Bay, el emperador de los mil vientos".

Dirigida por Andrés Gutiérrez (42), también coreógrafo, han desarrollado hasta la fecha siete obras, con buena recepción del público.

El elenco de bailarines es el mismo desde 2004 compuesto por Marco Marcel, Constanza Muñoz, Daniela Suárez, Sergio Millahuala, Lina Billeke y Paola Montano.

"Además, en cada obra trabajamos con el apoyo de iluminadores, músicos, escenógrafos y vestuaristas", explica el encargado, conformando así un equipo multidisciplinario. Esto, cuenta, les ha permitido potenciar el estilo butoh en nuestro país.

También conocida como la danza de la oscuridad, esta expresión corporal surgió hacia 1950, "a cargo de los japoneses Kazuo Ohno y Tatsumi Hijikata".

Ambos, conmovidos por las secuelas en la ciudadanía de los bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki, crearon una nueva búsqueda centrada en lo corporal. "A través de movimientos lentos y expresivos transmite una evolución a un nuevo cuerpo", señala Gutiérrez, quien realizó algunos seminarios de esta danza en Concepción desde el año 2006.

TRABAJAR CON VIOLETA

Como compañía, Bayku ha tenido un sello particular al abordar el butoh, planteando historias concernientes al ser humano. "Reacciones frente a los desastres naturales" o, también, una historia de amor en torno a la fiesta nortina de La Tirana. "Hemos trabajado en distintos aspectos de la vida del ser humano", ilustra el director de la compañía.

- Realizamos obras de danza desde una mirada no tan japonesa, sino más bien latinoamericana. Nuestras coreografías son más luminosas, la puesta en escena se centra en la luz del ser humano.

- En su caso, nos encontramos con paisajes muy oscuros de ella y como generó su obra con todo ese dolor y desenfreno, pero también transmitiendo un mensaje luminoso con la rabia que ella tenía con su vida. Nos sentimos honrados de llevar todo el arte plástico que -a veces- es más desconocido, como pasa muchas veces con Violeta. La gente la conoce más por su música y el rescate folclórico, pero lo que hizo en la ciudad de París, trabajando mucho el aspecto del bordado y las pinturas, sentimos que debemos mostrarlo.

Antes del estreno en el Biobío, la producción suma dos presentaciones previas realizadas en el Centro Arte Alameda y la Casa de la Cultura en La Cisterna.

"En particular hemos sentido que ha llegado al público, y como equipo el trabajo está más maduro", reconoce el también bailarín.

- Estamos ansiosos por saber cómo será la recepción, pero el público al ver la coreografía podrá reconocer el sello de la compañía. Luego de varios años trabajando juntos se ve el avance. En esta obra cada cuadro se narra a través de la simbología corporal. En el primer cuadro que llamamos "Mala madre", transmitimos textura, olor, movimiento, respiración como introducción y a través de eso llegamos a una coreografía.