Biobío mantiene estables sus cifras sobre los campamentos
Desde 2013 que la Fundación Techo-Chile actualiza los datos de los asentamientos precarios en Chile a través de su Monitor de Campamentos, con el objetivo de indagar en las estadísticas que reflejen, de manera concreta, cuál es la realidad de las personas que viven en las condiciones más vulnerables y desfavorecidas del país.
Uno de los aspectos que dan cuenta los más recientes datos es el dinamismo de la problemática, pues mientras se cierran campamentos, emergen otros. De hecho, entre 2016 y 2017 se cerraron 45 campamentos, pero se abrieron 87 más; y por cada dos familias que salieron de estos asentamientos, llegaron tres a vivir en esta situación.
Sumando y restando, el Catastro Nacional de Campamentos arrojó que el número de familias en asentamientos humanos informales aumentó de 38.770 a 40.540, mientras que el número de campamentos se incrementó de 660 a 702.
REGIÓN DEL BIOBÍO
Respecto a la realidad local, Nicolás Villanueva, director regional de Techo-Biobío, precisa que la Región logró mantener una estadística estable entre 2016-2017 que sigue posicionándola como la segunda con más campamentos en el país después de Valparaíso, evidenciándose una sutil disminución. Así, si el año pasado se contaron 132 asentamientos precarios en el Biobío, este año fueron 130, mientras que el número de familias viviendo en estos se redujo y actualmente serían 26 menos que en 2016.
Eso sí, uno de los puntos en los que hace énfasis Villanueva, es que esta ligera disminución no debe quitar la atención de la creación de nuevos campamentos, principalmente debido a la negativa relación que hay entre los salarios y la posibilidad de acceder a una vivienda. Lo anterior, comenta, debido al contraste que hay entre la leve variación del crecimiento del ingreso promedio familiar corregido de la Región del Biobío (12,6%) según datos de la encuesta Casen de 2011, 2013 y 2015, y el aumento del precio del suelo urbano; siendo uno de los factores que complejiza el acceso a un crédito hipotecario. "Asimismo, es muy difícil cubrir con el subsidio del Fondo Social de Elección de Vivienda la compra de terrenos en áreas urbanas bien localizadas", apunta.
"La especulación de los suelos urbanos no permite que las familias de los primeros quintiles puedan ingresar de buena forma al mercado inmobiliario, pues ya tenemos el antecedente de que los precios de los terrenos urbanos ha crecido un 45% en los últimos seis años. Esto nos indica que vivir en campamento no es una opción, sino que se perfila como una necesidad, como una situación urgente", reflexiona para finalizar.