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Javiera Poch: la marca de zapatos que se consolida en el segmento de lujo

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Javiera Poch Weisser es la heredera de la dinastía Poch que inició su bisabuelo en 1927 José al fundar la fábrica de Calzados Caprice y que hasta hoy mantiene firme sus operaciones donde siempre, en la calle Andrés Bello 113 en el sector Aurora de Chile, en Concepción.

De niña ansiaba esas idas a ferias de la industria con su abuelo o su padre, mirar los nuevos modelos y volverse cargada de zapatos nuevos que recibía de regalo. Fueron actividades inolvidables no sólo por las emociones que le provocaban sino, porque fueron detonante de ideas que a partir de 2009 son las que le inspiran para crear cada uno de los diseños que hace y lanza cada temporada al mercado nacional.

Para ello también se preparó. Estudió diseño de ambientes y objetos en la Universidad del Desarrollo, Concepción, pero luego partió a Milán (Italia) a la prestigiosa Arsutoria School, para especializarse en diseño de calzado, o modelista como también se conoce este oficio.

En días pasados, con delantal blanco, Javiera lideraba una reunión de trabajo con sus encargados de producción y de administración, área en la que todavía participa su padre como parte del directorio.

Aclara que la decisión de estar hoy allí a cargo de una empresa cuyo principal activo es el prestigio de su marca, no fue para sacar la empresa adelante tras una crisis financiera que en 2012 la llevó a la quiebra, ni porque era la empresa familiar, sino porque verdaderamente está convencida que tiene una vocación que comenzó a desarrollarse en la infancia. Esa fuerza es la que le ha permitido, por un lado, enfrentar la competencia de productos importados, agregando valor e innovación y ampliar la gama de productos a cuatro líneas distintas, con bastante éxito.

Así desde la tradicional marca Caprice, que se define con atributos como la comodidad, la tradición y la calidad, se agregó ya hace algunos años la línea 24 Horas; un zapato bajo, más confortable. Y, ya con el sello absolutamente propio, surgió la marca Javiera Poch, un calzado de lujo y que se caracteriza por tener ediciones muy limitadas.

Luego lanzó la marca Catalana, una marca que va con la moda, pero más masiva; todas fabricadas con mano de obra experta y local en la planta penquista, donde trabajan 80 operarios, algunos con más de 40 años de experiencia.

"Esto no significa que haya cambiado el modo tradicional de fabricar zapatos, pero estas últimas líneas van incorporado nuevos materiales distintos a los tradicionales, como el terciopelo, por ejemplo, esto ha significado ir avanzando en mejoras continuas en el proceso de fabricación", explica.

Como marca, Javiera Poch se lanzó en 2013 y era más un producto boutique y con muy poca presencia en tiendas. El calzado fue bien valorado por las chilenas que comenzaron a exigir más. Eso fue lo que la convenció de instalarse con su propia tienda en Santiago, a la cual hoy suma otra en Concepción, además con presencia en otras tiendas en Temuco y Pucón.

La otra línea, La Catalana, en cambio se lanzó recién el año pasado. "Con esta estamos partiendo, pero creemos que tiene un potencial enorme", señala. Se distribuye a través del canal tradicional de las tiendas Caprice o donde esta marca tenga presencia, como en las grandes tiendas de retail.

PRODUCCIÓN ANUAL

Caprice produce unos 50 mil pares de zapatos al año contabilizando sus cuatro marcas.

La joven empresaria, mamá además, sostiene que asegurar la calidad de las materias primas e insumos es clave para mantener la exclusividad y lograr que el público valore el producto.

Cuenta que para la marca Javiera Poch el 70% de los insumos se compra en Italia, España y en Argentina. Las plantas del calzado son españolas e italianas, el cuero es argentino, los herrajes españoles y todos son bañados en oro de 18 quilates.

Destaca, además, que ir a la vanguardia en los temas de moda en este negocio, es crucial. Aquí la diferencia es que los modelos que se lanzan van en la misma tendencia de temporada en el hemisferio norte, y eso significa que el calzado se puede usar por más tiempo, porque si bien las grandes tiendas siguen esa misma lógica, lo hacen con más desfase.

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