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"Concausa 2030" invita a los jóvenes a sumarse a la superación de la pobreza

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Mejorar las condiciones en las que viven las personas, proteger el planeta y asegurar la prosperidad es parte de lo que busca la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Para lograr el desarrollo sostenible, sin embargo, primero hay que superar el principal desafío que hay en el mundo: erradicar la pobreza y ese es el espíritu de "Concausa 2030", iniciativa de la Fundación América por la Infancia Internacional, presente en 7 países del continente, que en noviembre realizará su segunda versión, después de una exitosa respuesta el 2016.

Según comenta Tomás Reyes, director ejecutivo del organismo en Chile, esta iniciativa que cuenta con el apoyo de la Cepal y de Unicef, busca movilizar a personas de entre 15 y 17 años de todo el continente, que presenten propuestas de proyectos de innovación social en sus comunidades. "Invitamos a los que forman parte de la primera generación que podría de verdad superar la pobreza en el continente, según palabras de la ONU. La idea es generar la inquietud desde esta temprana edad", sostiene.

Con cerca de 900 jóvenes que postularon en la primera versión, no quedó duda de que son muchos los que están conscientes y quieren hacerse cargo. "Nos dimos cuenta que no necesitamos formar, sólo encausar, porque son jóvenes que tienen ganas, ideas y fuerza para hacer muchas cosas", recalca el director de América Solidaria Chile, haciendo un llamado a sumarse a la convocatoria que cierra este 9 de julio (ver recuadro).

APRENDER Y EMPODERARSE

El año pasado se seleccionaron como finalistas 12 iniciativas provenientes de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Haití; esta última ganó el premio en dinero.

No obstante, Tomás Reyes recalca que "todos los jóvenes que son finalistas ganan, porque son parte de un proceso de reflexión y aprendizaje que los lleva a ver sus proyectos más profundamente y eso los impulsa a seguir desarrollando sus ideas y acciones".

Una semana de actividades, la exposición de su propuesta en la sede de la Cepal en Santiago y un debate final es lo que contempla la participación como finalistas.

La experiencia del equipo del Liceo Bicentenario de Excelencia Polivalente de San Nicolás, establecimiento municipal de la Provincia de Ñuble, es un ejemplo de lo manifestado por el director nacional de América Solidaria.

Con su propuesta de enseñar idiomas extranjeros a niños de localidades rurales de la comuna a través de tutorías, fueron uno de los 3 proyectos chilenos seleccionados como finalistas el 2016.

Desde la perspectiva de Felipe Bakit, profesor de Historia y Ciencias Sociales del establecimiento, y tutor del grupo, haber sido seleccionados y las instancias que esto involucró, empoderó a los alumnos en la idea de que tenían no debía quedarse en el papel y materializar el proyecto. "La experiencia generó aún más consciencia de lo que es la pobreza y de que no pueden quedarse estáticos, que deben hacer algo para ayudar a cambiar la realidad", recalca.

Por ello, pese a no haber obtenido el financiamiento, los alumnos pusieron en marcha este año el proyecto que utiliza una de las fortalezas del establecimiento como arma de guerra: el proyecto educativo contempla la enseñanza de 4 idiomas extranjeros (chino mandarín, inglés, francés y alemán).

MENOS BRECHA Y

MÁS OPORTUNIDADES

La certeza desde la que basaron su propuesta es que el dominio de uno o más idiomas, además del nativo, abre un mundo de posibilidades de desarrollo a las personas y, por ende, es una herramienta para superar la pobreza en el futuro; una problemática latente en la comuna de San Nicolás, dice Bakit. "Hay altos índices de ruralidad, localidades aisladas, vulnerables y abandonadas", apunta.

Agrega que muchos de los niños que cursan su enseñanza media en el Liceo Polivalente vienen de escuelas rurales. "Lamentablemente, llegan con tan mala base que a cuarto medio no logran desarrollar las habilidades necesarias, como manejar bien el idioma", comenta Bakit, dejando de manifiesto que el espíritu es disminuir la brecha y aumentar las oportunidades futuras a los niños.

En total son 8 tutores (estudiantes del liceo certificados en el idioma que enseñan) quienes hacen clases a alumnos de la escuela básica Piedra Lisa, ubicada en un sector rural de San Nicolás, de cerca de 20 alumnos de entre 6 y 12 años, distribuidos en tres niveles. "La idea es que el 2018 podamos dar la oportunidad a otra escuela rural, para que estos niños lleguen a nuestro liceo con una base sólida en cuanto a los idiomas y que cuando salgan de cuarto medio manejen dos o tres fácilmente", dice.

En ese sentido, el profesor plantea que el proyecto es sustentable pues no requiere mayor inversión económica, sino que el apoyo que da el establecimiento y principalmente las ganas de los jóvenes voluntarios. Y las tienen de sobra.

Desde lo anterior, Felipe Bakit releva que así como para ellos fue inspirador participar en "Concausa", para otros estudiantes chilenos y de la Región del Biobío esta instancia puede ser transformadora, recalcando el rol que como docentes y formadores de personas tienen no sólo de mostrar cuál es el contexto social actual, lleno de desigualdades, falta de oportunidades y exceso de carencias, sino que de despertar la inquietud en los estudiantes de involucrarse y luchar por combatir esa realidad adversa. "Son oportunidades que no podemos desaprovechar, porque son súper potentes para contribuir a que los niños y adolescentes vayan siendo partícipes de la sociedad y de la construcción de ésta", concluye.