Expertos analizan qué plantar luego de los incendios
Cerca de 300 mil hectáreas de plantaciones y bosque nativo fueron afectadas por los incendios en la zona centro sur del país a comienzos de este año. Frente a ese gran daño una pregunta fundamental ahora se enfoca en qué hacer con los terrenos afectados.
Las grandes empresas ya iniciaron un proceso de producción de semillas y plantas para reforestar -y restaurar si se trata de bosque nativo- su patrimonio amagado. Una tarea que también deben desarrollar pequeños y medianos productores.
No demonizar especies
Tras los incendios surgieron voces que abogaban por reemplazar las plantaciones quemadas de pino y eucalipto por bosque nativo. Uno de los argumentos es que dicha medida podría reducir en el futuro los incendios forestales. A juicio de Julio Torres, "esa idea contiene varios errores. Supone que la vegetación nativa no se quema o se quema menos, lo que no es verdad. También supone que el Estado puede determinar lo que los privados pueden plantar en sus terrenos, pero "no tiene esa atribución".
Sostiene que las plantaciones forestales tienen una función productiva clara, producir madera de manera eficiente. El hecho de que se vean afectadas por incendios no justifica su reemplazo por otras especies. Primero, porque todas las especies se queman y segundo, porque forman parte de un sistema productivo de grandes, pequeños y medianos propietarios y empresas, que no puede ser desmantelado sólo por el hecho de que se produzcan incendios. No tiene lógica", enfatiza.
Schlatter, por su parte, afirma que "demonizar especies forestales es una exageración utilizada para causar un temor público y obtener una reacción social que apoye visiones particulares sobre el uso del suelo, pero que no considera aspectos socio-económicos sino sólo aspectos ecológicos o conservacionistas". Agrega que el pino radiata y las distintas especies de eucaliptos usadas en el país son consecuencia de previa experimentación y "su expansión fue la respuesta a una necesidad económica de poner en producción terrenos que o no tenían uso, o estaban erosionados por actividad agropecuaria previa o abandonados por ésta, principalmente por razones económicos".
La visión de Berti es que las especies pino y eucalipto no tienen nada de malo per se. "Han logrado sobrevivir bien en estas zonas gravemente erosionadas y con veranos secos y calurosos durante muchas décadas, además de producir bienes para el propietario. Las plantaciones también mejoran los suelos por el inmenso aporte de materia orgánica durante muchos años; la escasa materia orgánica es la mayor debilidad de estos suelos previamente erosionados", asegura.
COSTO DE REFORESTACióN
A juicio de Simón Berti, el costo de retirar material, preparar terreno y volver a plantar sea pino radiata o bosque nativo depende mucho de la situación particular. "Si se incendió todo es más barato. Si hay que derribar árboles quemados es más caro. Plantar pino cuesta unos $700 mil/ha. Plantar especies nativas y garantizar su sobrevivencia por 5 años, que es lo que hoy se exige a las empresas de energía renovable como compensación, cuesta entre $10 millones y $17 millones/ ha., pero para asegurar la sobrevivencia del nativo hay que regar cada planta en los veranos y esto es lo que más lo encarece".
Para Juan Schlatter el costo depende de la forma en que se gestionará el proceso, ya que pueden ser considerablemente inferiores si se considera la capacidad natural de los ecosistemas. "Muchos de ellos podrán recuperarse por brotación o germinación espontánea, tanto en especies nativas como en el caso del pino radiata: existiendo suficiente semilla viable o raíces vivas (nativas), la vegetación podrá cubrir y recuperar el terreno rápidamente, sin mayores costos. En el caso del pino esto se facilita si la plantación quemada tenía la edad suficiente para producir conos y, especialmente, si la calidad de las plantas utilizadas anteriormente promete una generación de árboles de calidad suficiente".
Esta visión es compartida por Eduardo Peña: "Al recorrer plantaciones jóvenes hemos visto bastante pasto debajo y eso también afirma el suelo".
Sí es categórico es el nivel de daño sufrido por el pino y eucalipto. Tras sus evaluaciones en terreno, el eucalipto resistió en gran medida el fuego y está mostrando gran capacidad para rebrotar, lo que permitiría a sus dueños recuperar esos bosques. No así, los pequeños propietarios de bosques de pino donde definitivamente se quemó todo, y dado que es una especie que no rebrota y tampoco tiene atractivo como leña, necesariamente habrá que volver a plantar.