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Científicos de la UdeC estudian efecto del alcohol en el cerebro

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Desde los laboratorios de la Universidad de Concepción, el equipo investigativo liderado por el doctor Luis Aguayo, neurocientífico, está desarrollando un proyecto con un tremendo potencial de impacto no sólo para la Región y el país, sino también para el mundo.

La razón es que el estudio "Mecanismos para la potenciación de receptores de glicina por etanol" llevado a cabo por los científicos, proporciona luces para entender porqué el cerebro humano se hace adicto al alcohol, pues según precisa Aguayo, quien es académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la citada casa de estudios, encontraron que el alcohol interactúa con los receptores de glicina, una proteína presente en la membrana de algunas neuronas involucradas con la regulación de la excitabilidad cerebral y que se ubican en lo que se conoce como "región de recompensa cerebral", que se activa cada vez que un individuo experimenta una sensación positiva o placer.

Así, tal como sucede al beber agua cuando se siente sed, comer o tener relaciones sexuales, al consumir alcohol, de la mano de su efecto inhibitorio, se produce placer, lo que conlleva que al experimentar este alivio y entusiasmo generado por la sustancia, muchos sujetos tengan consumo crónico y generen adicción.

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PRESTIGIO

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He ahí también su interés en seguir profundizando el conocimiento sobre el consumo crónico de alcohol, motivado por su pasión por conocer el funcionamiento del cerebro y por contribuir en el abordaje de un problema médico-social latente y que afecta a millones de personas en el mundo.

Las cifras avalan que la alerta esté encendida. De hecho, Chile no sólo es campeón en la Copa América, sino también de las copas llenas y con cerca de 9,3 litros de alcohol puro consumido al año por persona mayor de 15 años, se posiciona como la nación que más bebe en la región latinoamericana, según la Organización Mundial de la Salud. Por otra parte, datos del Instituto Nacional de Estudios de Alcohol en Estados Unidos, indican que cerca de 90.000 personas mueren cada año a causa del consumo excesivo de alcohol, número más alto de muertes totalmente prevenibles.

MODIFICAR PARA PROTEGER

"Si conocemos cómo actúa el alcohol a nivel cerebral, podemos interferir e inhibir el efecto, de tal forma que podríamos controlar cómo produce efectos adictivos que son tan complejos", afirma.

En ese sentido, comenta que estudiaron un animal experimental con una mutación en los receptores de glicina, el que frente al consumo de alcohol, apunta, "es más resistente y no se le produce el efecto inhibitorio, no se intoxica o se intoxica mucho menos. Interesantemente, la gente que consume más alcohol, es la que se intoxica menos, son más resistentes y eso los hace más propensos a hacerse alcohólicos, porque están bajo una suerte de protección y por ello siguen consumiendo. Distinto a quienes son más sensibles al etanol, quienes experimentan malestar", explica.

-Creemos que hay una predisposición genética bajo la premisa de que la diferencia de la estructura del receptor de glicina, debido a una mutación, impacta sobre la resistencia de un individuo a consumir más o menos alcohol.

En lo biológico, tenemos que saber que si un individuo es resistente al alcohol está en peligro y eso es algo que uno sabe al consumirlo y reconocer la respuesta del organismo.

-Primero, entender si es que si se protege este receptor, el individuo va a consumir una menor cantidad de alcohol. Desde el punto de vista neurobiológico, en algunos sitios el cerebro funciona bajo castigo/recompensa; queremos sacar la recompensa propia del alcohol, entendiendo cómo estos receptores juegan un papel en su consumo y de esta forma tener mejores soluciones a problemas asociados al alcoholismo. Si uno le saca el encanto a una sustancia el individuo no va a consumirla más. Entonces, si tenemos un receptor sensible a sentir placer ante el consumo de alcohol, pero modificamos la forma en que este receptor actúa cuando el individuo lo consuma y no le causa placer, no querrá consumirlo.

-Y ese es nuestro horizonte, potencialmente generar una droga que permita controlar el abuso del alcohol.

Informarse ayudará a elegir la prueba específica para la PSU

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Muchos jóvenes ya sienten la presión de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), pues antes de la rendición del examen, los estudiantes deben enfrentarse a una elección que a muchos genera dudas: ¿qué prueba específica rendir, Ciencias, o Historia y Ciencias Sociales?

La elección generalmente está relacionada con lo que se quiere estudiar, pero podría transformarse en un dilema si se considera que en distintas casas de estudios pueden variar los requisitos para la misma carrera.

SEGURIDAD Y CLARIDAD

Para facilitar el proceso, Fabián Martínez, creador del preuniversitario online puntajenacional.cl, explica que en el caso de Ciencias, que se puede optar por Biología, Física o Química, lo mejor es rendir aquella en la que el estudiante se sienta más seguro y haya obtenido sistemáticamente mejores resultados tanto en las notas del colegio como en los ensayos para la PSU. La anterior, afirma, "porque la postulación a las universidades no diferencia entre rendir una especialidad u otra. Lo único que importa es obtener el puntaje que requiere la universidad".

En el caso de escoger la de Historia o Ciencias Sociales, está directamente ligada a la opción de a una carrera del área humanista, pues en éstas es requisito haberla rendido.

INFORMARSE

Un punto a considerar es que también está la alternativa de rendir ambas pruebas específicas, en caso de no tener certeza respecto a la futura elección. Eso sí, en opinión de Martínez, "si hay claridad de qué estudiar, ayuda mucho rendir una u otra. Así es posible enfocarse y preparar bien la elegida".

Desde allí, aclara que en Chile no existen universidades que requieran rendir ambas pruebas específicas para ingresar a una carrera, siempre es una o la otra. "Incluso, hay instituciones que dejan libertad al estudiante de decidir entre Ciencias o Historia, con la misma ponderación asignada, dejando la decisión sobre cuál rendir en manos del alumno", cuenta.

Por lo anterior, Fabián Martínez sostiene que fundamental informarse claramente respecto a los requisitos de la carrera en las distintas casas de estudio que baraja como opción para estudiar, para saber qué específica rendir o si es mejor darlas ambas.

Movimiento es vida

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Uno de los datos más interesantes del ser humano es que nuestro alto nivel de evolución como especie, o la complejidad de nuestro cerebro, se relaciona directamente con nuestra amplia y variada gama de movimientos. Estos nos permiten realizar todo tipo de acciones, desde las labores más cotidianas a las más específicas, llevando adelante nuestro día a día, pero de los que no somos conscientes en la mayoría de los casos.

Esto sucede porque, en general, tenemos poca educación respecto al movimiento. Un claro ejemplo de ello es que el común de las personas piensa y cree que una buena postura implica pararse lo más derecho que se pueda, apretar el abdomen y sacar pecho. No obstante, esa postura es sólo adecuada en algunas situaciones, también nos rigidiza y hace que inhabilitemos otros movimientos. Lo natural para las personas es moverse siempre, buscando la comodidad y funcionalidad para cada evento.

Se suma que, como seres humanos inteligentes y eficientes, cuando aprendemos algo y nos funciona, nos quedamos con esa fórmula y la repetimos de manera automática, porque nos sirve. Así, dejamos de hacer otras cosas. Lo mismo sucede a nivel de movimiento, donde en vez de girar todo el tronco, usando caderas y hombros para mirar hacia atrás mientras estacionamos el automóvil, sólo usamos el cuello, que nos parece una acción suficiente, pues así lo aprendimos.

Además, nuestras creencias nos señalan que a cierta edad ya no están las condiciones, ni es bien visto, trepar un árbol, rodar por el pasto o bailar sin pudores. Es más, muchas veces se cree que el dolor está asociado a la edad y que nada hay que hacer al respecto.

Lo bueno de todo esto es que existe la posibilidad de aprender, mediante la educación somática, a movernos. Y no de cualquier forma, sino de la más natural posible, adquiriendo hábitos saludables e integrando en nuestro cerebro los nuevos patrones que nos permitirán ejecutar las acciones de una manera beneficiosa para nuestro cuerpo, poniendo en relación las diferentes partes del cuerpo y permitiendo que el cerebro construya nuevas conexiones y caminos.

Fue lo que propuso el ucraniano Moshe Feldenkrais al crear el método que lleva su nombre y permite tomar consciencia del movimiento, pensar en "cómo hago lo que hago", y alcanzar así movimientos placenteros, que no generan dolor, e incluso permiten aliviar enfermedades. Yo lo experimenté con una hernia discal, para la que se indicó cirugía; mas yo escogí otro camino, quizá más lento, pero que me permitió tomar consciencia de mi cuerpo y mis movimiento, y con la práctica de Feldenkrais, recuperarme.

Todos pueden intentarlo, en todas las condiciones y edades. El movimiento no tiene por qué ser doloroso. Es más, el dolor no tiene por qué ser parte de nuestra vida, ni objeto de resignación. La invitación es a olvidar aquella creencia de que los años implican dolencias o que coartan la movilidad.

Desde la educación somática la vejez porque dejamos de movernos, no llega por el carné sino porque limitamos nuestras opciones y comenzamos a sentirnos mal. Cuando uno se mueve bien se siente bien, es agradable y se expresa también al mundo esa sensación, ya que el cuerpo muestra cómo nos sentimos y manifiesta nuestro estar en la vida. Mientras más uses tu cuerpo en consciencia, más aprendes: a vivir en juventud la buena vida!

instructora método Feldenkrais,

Rukalihuen