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Competitividad y productividad: el talón de Aquiles de Chile

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Los niveles de productividad y competitividad de Chile están lejos de alcanzar los estándares internacionales. Así lo resumió el ingeniero civil químico y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, Claudio Zaror, quien expuso sobre esta materia en el seminario "Productividad y competitividad: desafíos para la ingeniería y la Región", en el marco del Día de la ingeniería, que se celebró el pasado 30 de mayo organizado por el Colegio de Ingenieros de Chile.

El posicionamiento global de Chile se ubica dentro del primer cuartil entre 138 países, pero tenemos serias debilidades en aspectos críticos, tales como salud y educación primaria (71°), sofisticación en negocios (56°) e innovación tecnológica (63°), muy por debajo de nuestra posición global. Particularmente, preocupante es el bajo desempeño en el pilar de innovación donde los aspectos peor evaluados son la contratación pública de productos de tecnología avanzada (118°), inversión en investigación y desarrollo de las empresas (108°), capacidad para innovación (89°) y colaboración universidad-empresa (64°). Más grave aún es constatar que estos indicadores se han ido deteriorando en el tiempo.

Uno de los problemas centrales es la baja inversión en investigación y desarrollo (I+D) del país que es menos del 0,4% del PIB comparado con sobre 2,0% en el mundo de la Ocde y la contribución del sector empresarial es también minoritaria. Un poquito más de un tercio del sector privado y el resto es del Estado. El sector empresarial no tiene una cultura de investigación y desarrollo, la inversión en I+D del sector privado es muy baja, estamos en el lugar 98 en el Índice de Competitividad a nivel mundial de lo que es I+D. De los pocos sectores que hacen I+D están el sector forestal sin lugar a dudas y de hecho son los que tiran la balanza para arriba, y en parte la minería, pero el resto nada. Hay 2,5 personas que trabajan en I+D en Chile por cada 1.000 versus 22 por 1.000 en el mundo desarrollado.

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No pues y eso es preocupante porque si no cambiamos esa situación no vamos a poder aumentar ni nuestra productividad ni nuestro valor agregado. Pero existen enormes oportunidades.

Gran parte de nuestra matriz productiva tiene enormes retrasos tecnológicos. Hay poca tecnología de la información metida, excluyo a la industria de la celulosa, pero parte de nuestra industria tiene una base tecnológica todavía con modelos de gestión bajo los estándares. Tenemos en general capital humano con enormes espacios de mejoras en las empresas y por supuesto, procesos de innovación basados en innovación tecnológica avanzados en I+D que están esperando (nanotecnología, biotecnología, automatización). Se nos viene la cuarta revolución industrial que no solo se basa en automatización, robotización e inteligencia artificial, sino en interconectividad de máquinas, en producción inteligente. La minería tiene un gran espacio de crecimiento en su productividad a través de la "minería inteligente", con uso de sensores remotos, de modelos matemáticos para optimizar y el país tiene capacidades potenciales para eso.

En la interconexión entre los actores centrales; el Estado, la academia y las empresas, esa trilogía es la que está todavía encontrando dificultades. Nos falta un sentido de propósito común, en el que todos rememos en la misma dirección.

Hay políticas públicas bien orientadas, especialmente en los últimos 7 años. Corfo tiene fondos para eso, pero falta todavía esa capacidad de interconexión. Por ejemplo, si se quisiera tirar un centro de manufactura avanzada, como el que queremos hacer acá, donde la industria 4.0 esté ahí disponible, pero no solo necesita que el Estado de plata sino que también haya contraparte industrial y encontrar esa contraparte no es posible. Está esa incapacidad de ver que también son responsables de la reconstrucción de esas capacidades. El tema es que llegamos al tope de la productividad y la única forma de dar el salto es cambiando la tecnología, la forma de hacer las cosas, los sistemas de gestión.

Están. Veo la cantidad de iniciativas que han surgido.

Si llegan pero muchas son irrealizables porque cualquier iniciativa de ese tipo requiere una contraparte industrial de un 20% a un 30% de plata cash y eso no se da, en esencia porque gran parte de los grandes holdings comerciales o empresariales buscan mantener su propia competitividad. El problema es cuando nos preguntamos cómo seguimos creciendo como país. Yo no puedo hacer inversiones crecientes en celulosa porque no tengo más madera o en la minería porque el mercado me limita, entonces tengo que innovar para incrementar el valor agregado a los productos.

Si. La industria de alimentos tiene enormes espacios. Se puede avanzar entre vender harina de pescado, congelados y productos elaborados y lo mismo pasa con toda la agroindustria en general. En celulosa también, si uno tiene ahí el concepto de biorefinería hoy día como una potencialidad en el sentido saquen productos químicos, una fibra celulósica, etc, pero para que eso tenga éxito real se necesita un trabajo de largo plazo. Me pregunto cuántos doctores hay hoy en día en la industria. Es patético, tenemos más de 1.000 doctores hoy buscando pega. Las universidades no dan abasto y la idea no era para vinieran a trabajar a la universidad sino en las industrias. En los países desarrollados se contrata con posgrados porque se necesitan las capacidades para realizar estos procesos de innovación que se requieren.

La contaminación es responsabilidad de todos

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En Chile, durante 2016 fallecieron 1.675 personas producto de accidentes de tránsito. Una cifra dramática y que ha llevado, por ejemplo, a los legisladores a endurecer las penalidades por conducción bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, ¿sabía usted que durante el mismo año otros 4 mil chilenos murieron producto de los efectos de la contaminación ambiental, según cifras de la Organización Mundial de la Salud? Es decir, hoy en Chile un 44% más de personas mueren afectadas por el aire que respiran, que quienes pierden la vida en calles y carreteras. ¿Violento no?

Otro dato, pese a lo terrible de esta realidad, es que el 70% de la población del Gran Concepción sigue utilizando leña para calefaccionarse, siendo este "combustible" el principal asesino silencioso de quienes vivimos aquí y en ciudades como Chillán, Los Ángeles, Temuco u Osorno, por nombrar algunas. Es decir, tenemos una baja conciencia que la responsabilidad por proteger el aire que respiramos es tarea de todos y no sólo de las empresas o las autoridades.

¿Pero existen alternativas para calefaccionarse además de la leña? Primero observemos la variable medioambiental. Si comparamos, por ejemplo las emisiones de gas natural con el Material Particulado Respirable que emiten diversos tipos de energías usadas para calefacción, encontramos que una chimenea es 6.600 veces más contaminante; una estufa a combustión lenta -que cumple la norma chilena- 170 veces y una estufa a pellets 60 veces más.

Para Gas Sur esta problemática ambiental es de suma urgencia y es por ello que se ha hecho parte de su solución tomando una postura proactiva. Estamos convencidos que el gas natural puede ser un verdadero aporte a la descontaminación, por lo que hemos puesto a disposición de la ciudadanía un combustible amigable con el medio ambiente, cómodo, seguro, y a un precio muy competitivo. Hoy, el gas natural es 12% más barato que la parafina y es realmente competitivo con el pellet, ya que requiere una menor inversión inicial. En este cuadro resulta imposible competir con la leña, cuya gran mayoría es de abastecimiento ilegal, no paga impuestos y su fiscalización ha demostrado ser ineficiente.

Un ejemplo concreto de nuestro compromiso con la descontaminación es un acuerdo realizado entre Gas Sur y la inmobiliaria Aitue en un proyecto que involucra 500 casas en Los Ángeles, las que utilizarán gas natural para calefacción lo que beneficiará a esta comuna evitando que se emitan 3,2 toneladas anuales, adicionales, de MP 2,5. Nuestra intención es seguir sumándonos en el proceso de descontaminación de las comunas, creando más iniciativas que vuelvan más atractiva aún esta alternativa de combustible, que es catalogada la más amigable con el medioambiente.

Mayores riesgos geopolíticos desplomaron precio del cobre

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Con una baja de 0,82% cerró ayer el cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME), ante mayores riesgos geopolíticos. El metal rojo se transó en el mercado internacional US$2,51313 la libra contado `grado A`, nivel que se compara con los US$2,53399 del lunes. Producto de lo anterior, el promedio del mes cayó a US$2,53139 y el anual a US$2,60928. Luis Sanhueza, analista de Mercados Capitaria, dijo que esta caída se da ante la búsqueda de refugio por parte de los inversionistas ante las mayores tensiones vistas en el Medio Oriente. "Esta búsqueda de refugio se refleja en la caída de los activos de mayor riesgo y ligados al ciclo económico como los commodities de uso industrial, de la renta variable estadounidense, europea y japonesa, mientras que los activos principalmente usados para resguardar el capital de los inversionistas como el oro y el yen japonés muestran importantes alzas", mencionó el analista. De todas maneras -añadió- hoy por la noche nos mantendremos atentos a la publicación de la balanza comercial de China, principal consumidor de cobre a nivel global, lo que podría motivar importantes movimientos en su precio.

Producción manufacturera sufre caída más grande del año: -9,5%

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La producción manufacturera de abril cayó -9,5% respecto a igual mes de 2016. Este resultado se explicó principalmente por un desfase del ciclo productivo de productos agroindustriales. Diferencias en la temperatura anticiparon procesos productivos de la agroindustria en febrero y marzo, viéndose mermada la de abril. Cabe mencionar que abril de este año registró tres días menos trabajados respecto a igual mes de 2016. Al descontar este efecto, la producción manufacturera cayó -5,5% anual.

En tanto las ventas industriales totales, que incluyen las realizadas al exterior, cayeron -6,6% anual, mientras que las ventas que se destinan al mercado interno disminuyeron -9,4% en relación a abril de 2016.

Al descomponer el indicador de manufactura por divisiones se aprecia una caída generalizada. De las nueve divisiones, ocho de ellas -equivalentes al 90% del valor agregado de la industria- registraron una variación anual negativa o nulo crecimiento. El resto de las agrupaciones muestra crecimiento.

Las divisiones que incidieron principalmente en la caída anual del indicador de producción de manufacturera fueron la división de "Bebidas y Tabaco", al disminuir -19,3% anual y restar a la industria 3,1 pp., lo que se explicó, principalmente, por una menor producción tanto en el ítem de Bebidas como en el de Tabaco, al caer -13,4% y -31% anual, respectivamente. Le sigue la división de "Alimentos" que cayó -10,5% anual y restó a la industria 2,8 pp. Estos resultados responden al desfase del ciclo productivo en productos agroindustriales. La división "Química, Caucho y Plástico" también incidió negativamente en los resultados, al bajar -10,1% anual y restar 1,4 pp al indicador. "Productos Metálico, Máquinas y Equipos" cayó -11,6% anual y restó 1 pp al total del indicador. Este sector ha estado altamente influido por el deterioro de la inversión.