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Estudian el impacto de endulzantes y edulcorantes en la salud

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El 2016, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluyó por primera vez a los edulcorantes en el listado de nutrientes críticos, que son aquellos productos alimentarios sobre los cuales recomienda mantener especial vigilancia, como el sodio, el azúcar y las grasas saturadas. Y aunque gran parte de los nutricionistas considera que aún faltan estudios para determinar el real impacto de estos endulzantes, todos coinciden en evitar su consumo en niños menores de dos años.

Para Samuel Durán, Ph. en nutrición de alimentos y presidente del Colegio de Nutricionistas de Chile, es importante entender que "los edulcorantes no aportan vitaminas, ni macronutrientes, ni minerales, no aportan nada, solo dan sabor. Endulzan sin aportar calorías. Y si bien se debe vigilar los índices de consumo, no se trata de 'satanizar' los alimentos".

Como investigador Durán, ha realizado diversos estudios sobre características y uso de edulcorantes en el país, detectando cifras como que, incluso antes de la Ley de Etiquetado, más del 90% de escolares y universitarios consumían endulzantes, y hasta un 98% de las mujeres embarazadas también lo incluían en su dieta.

Ante la preocupación del Minsal por el aumento en el uso de endulzantes para reemplazar el azúcar, debido a la implementación de la Ley de Etiquetado, Durán explica que "todos los edulcorantes que hoy se consumen en Chile, están aprobados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y son los que se conocen como aspartame, acesulfamo de potasio, ciclamato, estevia y sucralosa".

En la misma línea el investigador detalla que "del aspartamo, que es el que tiene más mala fama, se sabe que afecta a las personas que padecen fenilcetonuria. Y hay muchos estudios que dicen que afectan la microbiota, pero son estudios muy controversiales. Hay que tener cuidado al interpretarlos porque trabajan con dosis no reales, como si alguien se tomara 25 latas de bebidas".

Así, cada edulcorante tiene una Ingesta Diaria Aceptable (IDA) específica, que es la cantidad máxima que se puede consumir diariamente por kilo de peso corporal sin que represente un riesgo para la salud del consumidor. Entre los que se comercializan en Chile, están:

CONSUMO EN NIÑOS

Sobre los grupos en los que sí hay que tener cuidado con el consumo de edulcorantes es en los lactantes menores de 2 años, quienes para todos los especialistas, no deberían consumirlos en ninguna dosis por estar en etapa de crecimiento. "Un niño menor de dos años no debería tener en su alimentación ni azúcar ni edulcorantes", enfatiza el nutricionista.

"Como profesionales hemos escuchado que muchas mamás a las mamaderas en vez de agregarle azúcar le agregan estevia y eso no debe ocurrir, no se debe agregar ninguna. Tenemos que acostumbrar a los niños al menor sabor dulce posible", concluye.

Los nuevos hábitos culinarios que pueden significar un riesgo para consumidores

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Muchas veces las personas consumen alimentos sin saber su procedencia o la forma más correcta para comerlos. Si bien es cierto que el sushi y la cocina asiática se han hecho muy populares con el paso del tiempo, también es preciso tener en cuenta algunas medidas de prevención para evitar infecciones o transmisiones. Esto, en particular, porque a veces la venta de estos productos se hacen en las calles u otros puntos que no cuentan con la fiscalización adecuada.

Las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), se producen por la ingestión de alimentos o bebidas que están contaminados con microorganismos patógenos que afectan la salud de quien los consume.

El doctor René Garcés, profesor titular y secretario académico de Medicina Veterinaria de la Universidad San Sebastián, explicó que las infecciones son ocasionadas por bacterias, virus y parásitos. "Por estos días está dando mucho de qué hablar la infección producida por nematodos, conocidos popularmente como 'gusanos redondos', pertenecientes a la familia Anisakidae, conociéndose la infección como Anisakidosis", comentó.

Según lo que planteó el especialista, la afirmación anterior sería un caso de zoonosis, es decir, enfermedades de los animales que se transmiten al ser humano, que muchas veces se generan a través del consumo de alimentos. "El nemátodo, por ejemplo, es un parásito que se adquiere por la ingesta de pescado crudo, ahumado al frío o con cocción insuficiente. Generalmente, la infección parasitaria se asocia al consumo de sushi, sashimi, ceviche y mariscal crudo", mencionó.

HÁBITOS CULINARIOS

Es así como Garcés comentó que nace una problemática respecto de la forma de cocinar y consumir alimentos hoy. De acuerdo a su experiencia y conocimiento, cada día surgen nuevos hábitos culinarios que se esparcen, desde las culturas originales, hasta llegar a convertirse en costumbres universales.

"El riesgo que esta globalización puede traer a veces es subestimado, lo que aumenta aún más el potencial daño a los consumidores, ya que por falta de información de éstos se puede continuar con una modalidad de consumo que, a largo plazo, será perjudicial", señaló.

Asimismo, el especialista apuntó que los daños se verán reflejados tanto en la persona afectada como en los organismos estatales, porque se requerirá destinar más recursos en enfrentar una enfermedad que es más fácil atacar con prevención que con tratamiento de los pacientes.

"De seguro hasta hace un par de décadas en Chile existía la ETA por pescados, y se debía probablemente al consumo de ceviche. Pero la ingesta de este tipo de comidas también es habitual en otras áreas de Sudamérica, que con el correr del tiempo aumentó por la globalización, mayor contacto e información de las personas y también nuevos hábitos culinarios", aseveró.

De esta manera, el académico explicó que se comenzó a ingerir pescado crudo o poco cocido, debido a la expansión de la comida japonesa, como el sushi y el sashimi, o alimentos de la comida española como las anchoas en vinagre.

"La prevención de este tipo de ETA está relacionada con la manipulación apropiada, la cocción adecuada y el almacenamiento en frío del pescado. Como toda medida preventiva, ésta debe orientarse hacia la educación sanitaria de la población, especialmente lo que dice relación al consumo de pescado congelado o cocido", aseguró.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN

Susana Bustamante, nutricionista y magíster en Gestión Alimentaria en Servicios de Alimentación y Nutrición de la Universidad de Chile, comentó que las ETA suelen ser bastante comunes, y que muchas veces son por falta de información de los consumidores.

"Los síntomas más comunes que se producen al sufrir una infección alimentaria son la diarrea, dolor abdominal, vómitos, náuseas y en algunos casos fiebre", comentó.

Como parte de las medidas básicas para prevenir, según la nutricionista es necesario mantener las carnes, pescados y mariscos, alejados del resto de los alimentos, tanto en el refrigerador como en el congelador.

Por otro lado, la especialista mencionó que las industrias de la carne y el pescado recomiendan algunas técnicas para matar a los parásitos que transmiten las enfermedades alimentarias.

"Lo que más sugieren es una congelación rápida, pero por sobre todo es necesario cocerlos para matar a los nemátodos", detalló.

Finalmente, la nutricionista recalcó que es preciso integrar temperaturas altas en las partes más gruesas de la carne. "Es importante hacer esto para matar los parásitos, además de cocinar filetes o carnes que tengan más de 4 centímetros de espesor por 10 minutos mínimo", especificó.

De esta forma, la experta destacó que el Reglamento Sanitario de Alimentos obliga que los pescados que son comercializados estén desparasitados, pero no siempre se cumple.

"Es por esto, que las medidas de cocción o de congelamiento rápido, que se hacen en casa, son tan importantes", finalizó.

Peligros en la calefacción

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Pasadas las 02.00 de la madrugada de este martes, dos mujeres fallecieron en un incendio ocurrido en el restaurante Chiloé, en Temuco, Región de la Araucanía. El primer piso de este inmueble se ocupaba como restaurante, mientras que el segundo era la casa habitación de esta familia. Según las informaciones preliminares dadas a conocer en un canal de televisión, el fuego comenzó producto de una estufa a leña sobrecargada.

Este tipo sucesos, además de lamentables, son recurrentes durante la temporada otoño-invierno. Es entre abril a julio cuando el frío se hace presente con mayor fuerza y los sistemas de calefacción se convierten en actores relevantes en el interior de los hogares.

El mantenimiento preventivo que nosotros debemos realizar a todos nuestros sistemas de calefacción se vuelve un factor de profunda importancia, idealmente antes de la llegada las bajas temperaturas.

Algunas de las recomendaciones a considerar son limpieza del ducto de la chimenea, con la finalidad de retirar todo el material particulado que no alcanzó a combustionarse (hollín) y que se adhirió en su interior; no sobrecargar el uso de la estufa; y evitar dejar materiales combustibles, como ropa, próximos a los sistemas de calefacción.

Pero no tan sólo nos debemos preocupar por el mantenimiento de las fuentes de calefacción para evitar incendios. Otro aspecto relevante en esta época son también los gases que se producen en la combustión, como por ejemplo el monóxido de carbono generado por la combustión incompleta. Acá, más que una buena mantención de los equipos es necesario tener precaución al momento de encender y apagar los sistemas de calefacción, procurando que sea en un lugar con buena ventilación.