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La vacunación a tiempo previene múltiples casos de contagio

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Variadas son las decisiones que las personas pueden tomar para su vida, independiente de si son positivas o negativas para los demás. Algunos optan por dejar la carne, otros generan iniciativas para cuidar el medioambiente y también están los que deciden dejar de lado ciertas medidas de salud que se han desarrollado con la tecnología y la medicina.

Según lo anterior, el origen de las vacunas data del siglo X en China, manteniéndose a lo largo de los años como una medida de prevención de salud para distintas enfermedades, como por ejemplo, la influenza.

Fadua Latif, académica de Tecnología Médica de la Universidad Andrés Bello, explicó que el virus de la influenza es de cadena sencilla, que pertenece a la 'Familia Orthomyxoviridae'. "Este virus produce enfermedad respiratoria aguda conocida comúnmente como gripe o influenza estacional, con sintomatología más intensa que el resfriado común", comentó.

La especialista mencionó que si bien se puede padecer influenza en cualquier etapa de la vida, afecta principalmente a individuos que se encuentran en edades extremas: personas mayores de 65 años de edad y lactantes, personas con enfermedades crónicas como pacientes cardiacos, renales o portadores de diabetes, y embarazadas, correspondiendo estos al grupo de mayor riesgo.

"La vía de contagio es por contacto directo con una persona afectada o mediante el contacto con fómites u objetos inanimados, contaminados con secreciones de un individuo enfermo", detalló.

VACUNACIÓN A TIEMPO

Así como algunos buscan desprenderse de comidas que incluyan muchos ingredientes químicos o de una vida un poco más saludable y orgánica, otros son más convencionales y siguen utilizando los mismos elementos con los que la humanidad se ha desarrollado durante años.

En este contexto, Latif recalcó que, si bien las vacunas no son una alternativa para todos los estilos de vida, aquellos que sí las utilizan deben ser conscientes con el hecho de vacunarse a tiempo para evitar contagios.

"La importancia es la prevención. Esto lo avalan estadísticas de un 70 % de efectividad, por ejemplo, en niños vacunados versus aquellos que no lo han sido si hablamos de influenza", comentó.

Según lo planteado por la especialista, cuando las personas se vacunan, es una manera de inmunizarse y de adquirir protección contra algunos microorganismos.

"Este hecho tiene efecto directo en la salud de los individuos y uno indirecto a nivel socioeconómico, ya que puede significar no tener ausencias escolares y/o laborales y menores costos económicos asociados a morbilidad", aseguró.

La tecnóloga médico Celia Muñoz, coincidió con Latif respecto de la vacunación a tiempo. "Muchas veces podemos dejar de lado este trámite, por falta de tiempo o interés, pero no tenemos la conciencia de que vacunándonos disminuimos la cantidad de contagios y de casos", aseguró.

Justamente en este punto, es necesario destacar que desde el 14 de marzo del presente año, se está llevando a cabo una campaña ministerial de vacunación que busca destacar la importancia de prevenir, además de disminuir los contagios por el conocido virus.

"Si bien es cierto que está comprobada la efectividad de estas vacunas, es necesario tener en cuenta que puede variar según la edad que tenga la persona. En niños, por ejemplo la eficiencia va desde un 70 a un 80%, y en adultos mayores es aproximadamente de un 55%", aseveró Muñoz.

Finalmente, la especialista afirmó que la fiebre, enrojecimiento y malestar general son síntomas comunes que aparecen con este virus.

Nuestros niños, lo más importante

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A la edad de cuatro años, según diversos estudios neurocientíficos, los niños comienzan a perder la habilidad de prestar atención. Antes de esa edad, están en el cascarón de la casa, son capaces de mantenerse totalmente concentrados en una piedra o en el vuelo de una mariposa por quince minutos, contemplándola y estudiándola en todos sus aspectos. Luego, y en el desarrollo propio de los niños, comienzan a formar sus primeras relaciones personales y a percibir diferentes estímulos, los que van siendo creados por la tecnología, o los primeros años de escolaridad.

Aquella evidencia nos demuestra que todos, sin excepción, tenemos la capacidad innata de prestar atención y estar presentes, pues lo demostramos desde nuestra más tierna infancia. Lo que pasa es que hemos perdido el foco, y con herramientas como la meditación Mindfulness, a través de la respiración o la contemplación como prácticas principales, se puede volver a ese foco perdido.

Pero, ahí es donde surge una gran diferencia. Mientras los niños se muestran totalmente dispuestos y no tienen aprehensiones a descubrir cosas nuevas, los adultos muestran sus juicios y miedos ante todo, con cuestionamientos que los niños no tienen, quizá por un proceso de maduración aún no vivido. Todo se basa en el querer aprender, en la motivación que hay detrás de esta intención.

¿Cuántas veces hemos escuchado a nuestros hijos acercarse a nosotros gritando nuestro nombre, tirando de nuestra ropa y pidiendo nuestra atención? Esa podría ser una de las mejores razones para decidir volver al momento presente, pues si nosotros como adultos notamos cuando otro no nos está prestando atención, con mayor razón lo notará nuestro retoño.

Y más aún cuando estamos inmersos en una sociedad como la actual, de hiperconexión y estímulos a cada paso, que se traspasan desde los padres hacia los más pequeños. El tema no es sólo observar que un niño cuente con un Smartphone a tan corta edad, sino ver quién es la persona que adquiere este aparato por él, y por qué siente la necesidad de hacerlo. Por qué un niño tiene un celular en el colegio, en vez de acudir allí a aprender y a entablar relaciones. Un tema complejo, que se asocia al susto enorme de los padres a no controlar, no soltar, no dejar que sus hijos sean niños y vivan las experiencias que les corresponden.

Hoy los niños están acelerados, no existe el sentido de la reparación o el cuidado de los objetos, y así como son capaces de tirar juguetes a la basura, también pueden desechar las emociones, los pensamientos, o los sentimientos. Igual que los adultos, cuando están en una reunión con ocho personas, pero con un teléfono en la mano, conectados con otras personas fuera de aquel encuentro, en vez de entablar una relación con la persona que está junto a ellos.

Esas relaciones que tenemos de contacto visual las hemos perdido y las hemos traspasado a nuestros hijos. Y no se trata de la cantidad de tiempo, sino de la calidad que le brindamos. Vamos a estar junto a ellos con nuestro teléfono en la mano, o más bien, los acompañaremos en la contemplación de aquel vuelo de mariposa por quince minutos, tal como ellos lo hacen.

Proyecto que trasciende la formación académica

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Con la finalidad de contribuir a la formación integral de los alumnos, vinculándolos con el ámbito de la discapacidad e inclusión, la Unidad de Apoyo y Bienestar Estudiantil (UABE) de Duoc UC sede Concepción, está desarrollando el curso Introducción a la Lengua de Señas.

"Esta iniciativa se encuentra en concordancia con uno de los ejes de nuestro Proyecto Educativo, que es la 'Formación Humana Integral Distintiva', puesto que el objetivo trasciende a la formación académica", señaló la Coordinadora de la UABE de la sede, Marcela Muñoz, añadiendo que también pretende entregar una importante herramienta que puede ser útil en el mundo laboral.

El curso surgió por medio del interés explícito de los alumnos, ya que en sus carreras se enfrentan o tienen la necesidad de obtener habilidades complementarias para facilitar su interacción con personas en situación de discapacidad, quienes cada año se matriculan en la sede. Aumentando este año los alumnos con discapacidad auditiva, por lo cual la disciplina se vuelve una necesidad para mejorar la interacción entre compañeros y desarrollar una cultura inclusiva.

EL CURSO

Comenzó en abril y se extenderá hasta junio, con clases tres veces a la semana, que duran una hora y media. Es impartido por la alumna de Administración de Empresas, Constanza Alarcón, quien es hipoacúsica y con anterioridad ha participado como monitora en cursos de introducción a la lengua de señas, realizados en establecimientos educacionales.

"Los alumnos del curso han recepcionado el rol de Constanza de una manera positiva, la respetan y también validan. Esta instancia ha servido para fomentar la empatía entre pares y para demostrar que la discapacidad no es un obstáculo para lograr lo que te propones", expresó Marcela Muñoz.

Agregó que a través de una metodología práctica se desea que los estudiantes logren conocer y manejar conceptos de la cultura e identidad sorda, también comprender aspectos linguísticos de la lengua de señas y manejar elementos básicos para favorecer la interacción con personas sordas.

La iniciativa se extendió a todos los alumnos de la sede ubicada en Concepción y el único requisito es tener motivación y compromiso para contribuir a la inclusión de toda la comunidad.