Es un mito que ellas no tengan habilidad para las matemáticas
Hipatia de Alejandría, Sophie Germain, María Gaetana Agnesi, Sofía Kovalevskaya, Emmy Noether, Julia Robinson, Mary Cartwright, Katherine Johnson, María Wonenburger y Maryam Mirzakhani. ¿Qué piensa al leer estos nombres?
Imaginaría que estas mujeres por sus aportes a las ciencias, y algunas particularmente a la matemática, son conocidas a nivel mundial en distintas épocas. Detallando vagamente sólo a dos de ellas, tenemos que los aportes a la matemática de Sophie Germain son principalmente a la teoría de números, el último teorema de Fermat y sobre los números primos. De hecho, hay un tipo de números primos que se denomina primos de Germain. En el caso de Julia Robinson fue la primera mujer miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos y también la primera mujer que fue presidenta de la American Mathematical Society con aportes centrados principalmente en las ecuaciones diofánticas.
La lista es bastante grande. Sólo mencioné diez nombres de mujeres que hicieron contribuciones reconocidas a nivel mundial.
Luego de lo anterior, queda muy claro que es sólo un mito que las mujeres no tengan habilidades para aprender, enseñar o desarrollar matemática. Nosotras, en general, poseemos características muy favorables para el proceso de enseñanza-aprendizaje: somos sensibles, muy preocupadas, entendemos con facilidad el lenguaje no verbal y no somos propensas a la agresividad, particularidades muy importantes al momento de enseñar la matemática y de comprender el cómo se aprenden.
Por otro lado, algunas características femeninas que nos permiten desarrollar la matemática son nuestra intuición, rigurosidad, tenemos buena memoria, somos observadoras y sobre todo muy detallistas, peculiaridades que nos permiten realizar aportes reales en investigaciones tanto en los procesos de enseñanza aprendizaje como en lo disciplinar.
En general podemos decir que a medida que han pasado los años las mujeres hemos ido derrumbando los mitos que tendían a direccionar nuestro desarrollo profesional, demostrando a través de resultados que nuestras características son las principales fortalezas al momento de desarrollar cualquier actividad en las distintas áreas del conocimiento.