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Ottone busca la forma de motivar la cultura en el sector privado

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Se queda pensando. "Yo creo que al Biobío he venido más de 6 veces". Una cifra que, con dos años en el cargo, pone a Ernesto Ottone como el ministro de Cultura que más ha visitado la zona, por lo menos en la última década.

"Y siempre uno queda con gusto a poco", acota el también gestor cultural de 44 años, mientras busca ponerle calma al diálogo que establece con una de sus hijas, al otro lado de la línea.

"Es que su mamá está en Buenos Aires", argumenta este porteño de cuna que a principio de esta semana -lunes y martes- estuvo nuevamente en la zona. Aunque no lo reconozca públicamente, sino que por la mirada, le tiene bastante apego.

Y aunque habla con mucho entusiasmo del proyecto del Ministerio de Cultura, actualmente bien encaminado en su trámite, y con posibilidad de confirmación antes de fin de año; cuando proyecta el Teatro Regional del Biobío ya abierto y en funciones, simplemente, el rostro se le ilumina.

Digamos que eso no ocurre, precisamente, por su cargo en el área cultural en el segundo mandato de Michelle Bachelet. Por el contrario, se relaciona más a cuestiones de menor escala, pero no por ello menos trascendente. Ottone estuvo detrás de la puesta en marcha y funcionamiento del centro cultural Matucana 100, inaugurado en 2001, como también de la dirección del Museo de la Solidaridad Salvador Allende, entre los años 2010 y 2011.

De ahí el entusiasmo, pero del Ottone ciudadano y autoridad, que habla con orgullo sobre la obra de casi 10 mil metros cuadrados emplazada mirando al Biobío. Un espacio que, no duda, logrará visibilidad mundial sólo por la estética de la obra proyectada por Smiljan Radic, y cuya inauguración se proyecta en noviembre próximo (lleva 62% de avance).

"De verdad, creo que será un orgullo como obra arquitectónica", dice. "Sin duda, va a ser uno de los más modernos del país. Y eso sin desfavorecer a Chillán, pero hablamos de una infraestructura donde la arquitectura también fue un diseño que no me cabe duda ganará premios internacionales. Cuando hablo de este proyecto y lo muestro en los viajes al extranjero, la gente no solamente reconoce al arquitecto, sino que se queda con el lugar donde está emplazado, la estrategia de la ciudad, lo que va a implicar también de cambios de ruta, de creación de hábitos culturales, y porque el paisaje es maravilloso", destaca.

Pero también entiende lo que significa hacer funcionar un espacio de estas dimensiones, sin que se sea un elefante blanco.

Es en estas capas, antes de atender cuestiones como la parrilla -"en la que se trabaja actualmente", o la inauguración -debe determinarse la fecha de apertura para programar artistas- donde aparece el tema del financiamiento.

Y no digamos el que implica los meses de noviembre y diciembre, asegurado por el Gore, sino los meses y años venideros. El futuro.

Con ese objetivo es que el pasado martes se reunió con el intendente Díaz de manera privada. "Y uno de los temas que abordamos es una preocupación que tiene él, yo y los municipios. Por lo tanto hay que cubrir las demandas completas, porque es un Teatro Regional, no municipal. Hay 54 comunas. Y, sobre todo por la envergadura que tiene".

-Efectivamente, los caminos son múltiples, pero tiene algunos ripios que tenemos que solucionar. El primero, no es tan evidente (que esté) en la Glosa Presupuestaria (dineros accionados de manera directa por el Estado). Hoy en día, y esto lo hemos hablado con Hacienda, si uno quisiera podría encontrar un listado de 300 instituciones por Glosa. El Consejo o futuro ministerio no se puede transformar solamente en un proveedor de financiamiento para otras instituciones. Hoy en día hay 13 que están por Glosa y hay otras 31 que reciben (fondos) por el OIC (Otras Instituciones Colaboradoras) de las cuales hay 3 en esta Región (Artistas del Acero, Setsur y Fundación Cepas). Por lo tanto eso que, como usted sabe es un programa, no se podría poner una Glosa, sino debería pasar a 50 instituciones más (...) Y no hay ningún ministerio que tenga traspaso a 50 instituciones.

Ottone apunta de que antes de que existiera el Teatro Regional del Biobío, hay otros símiles. "Por ejemplo el del Maule, que también tiene vocación regional".

Así, dice, otros (teatros) municipales pero con vocación regional son Temuco, Rancagua, Viña del Mar, además de Iquique y Coquimbo (en etapa de diseño). "Lo que vamos a tener que buscar a largo plazo, es de qué modo se estructura un financiamiento mixto/tripartito que es lo que debería producirse".

En relación a los centros "regionales", donde se toma la decisión de crearlos en tanto que éste es un gobierno presidencialista.

"Es una demanda regional y, por lo tanto, lo que hemos hablado con todos los intendentes, es que hay un compromiso por parte de los Cores de que si uno asume como Región la capacidad de crear un teatro regional, tiene que haber una voluntad de que los recursos regionales que se entregan de nivel central a las regiones asuman hacerse cargo de su espacio. Lo que no podemos hacer ni a nivel central ni regional es crear elefantes blancos. Eso es lo peor que uno podría hacer, no sólo para lo que viene, sino como significado para las comunidades. Estamos diciendo 'le construimos (un teatro), ahora hágase usted cargo'".

- Por concurso llegó la nueva directora (Francisca Peró), y la Corporación Teatro Regional está llamando (vía concurso) a 5 cargos, entre ellos un gerente. Tendrá que buscar recursos, que tiene que ver con un sistema mixto, como todas las instituciones que reciben financiamiento a través de OIC o directo: buscar recursos en el sector privado.

- Biobío tiene diversas empresas y uno observa que hay distintas formas de financiar. Sin embargo, la Ley de Donaciones en la Región la deja como una de las dos regiones que menos recursos tiene del sector privado y eso es preocupante. Es una de las tres más bajas en Chile.

- Una de las cosas que vamos a hacer en la Región es mostrarles que, efectivamente, las donaciones han aumentado en el país para cultura, en desmedro de todas las demás donaciones. Hoy en día estamos llegando (al año 2015) a 31 mil millones de pesos. O sea, pasamos de 22 mil a 31 mil millones.

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- Sin embargo, no se condice la inversión del sector público con la bajísima inversión del sector privado en cultura y eso hay que dinamizarlo. Yo creo que acá las capacidades están, las empresas están y yo veo que también hay una voluntad y un desconocimiento con las herramientas para verse favorecidos. Eso también lo tenemos que mejorar en el país. Y pese a las crisis que ya conocemos esta cifra ha ido aumentando, por lo tanto, el instrumento está validado por parte del sector privado y ahora hay que difundirlo mayormente.

Una tercera vía para la máxima autoridad cultural del país, tiene relación con buscar un sistema tripartito de financiamiento. "En este caso, creo que acá tiene que haber cierta participación de los distintos municipios que conforman la Región", señala.

- Por la infraestructura que se está pensando y viendo un poco lo que sucedió - se refiere a la firma de convenio con el GAM- creo que efectivamente permite no sólo ser difusor de las culturas locales, agrupaciones regionales, sino obviamente convertirse en un faro de otras regiones que están produciendo cosas de muy buen nivel y que muchas veces, por lo menos, en el Gran Concepción, no encontraban espacios.

OTRA FORMA DE REGIÓN

Actualmente, la realidad de un Ministerio de Cultura está en manos de los legisladores y no del Ejecutivo. "Estamos a 42 indicaciones, en la Comisión de Educación y Cultura, o sea hemos realizado 160 indicaciones en las últimas cinco sesiones: hoy en día estamos ad portas", señala Ottone, sobre el proyecto que después del 8 de mayo pasaría a la Comisión de Hacienda del Senado.

- Bueno, los ministerios regionales se convierten en seremías, por lo tanto, llegan a tener el mismo rango. Además, se crea algo que era fundamental, el Servicio Nacional del Patrimonio, con direcciones regionales que hoy no tiene, por lo tanto, no es descentralizado. De este modo, vamos a tener una seremía, que definirá políticas con sus consejos regionales (7 a 8 miembros) y Direcciones Regionales del Patrimonio, que podrán ejecutar programas, planes y las políticas que se rigen desde la Subsecretaría del Patrimonio. Por primera vez, a nivel regional vamos a contar con entidades, que no sólo van a tener arraigo, sino todo el abanico de la diversidad que significa hacerse cargo del territorio.