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"Taboo" propone un viaje por el lado oscuro del hombre

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"Taboo" es de las series a las cuales hay que darle tiempo y rodaje. Para que se maceren y asuman los ingredientes de una producción ambientada en 1814, y que considera aspectos que están en el revés de una trama ambientada en un oscuro Londres.

En la capital inglesa encontramos a James Keziah Delaney (Tom Hardy). Después de estar una década inserto en el profundo paisaje africano, regresa sin avisarle a nadie. Viene con la intención de cobrar lo suyo, herencia de su recién fallecido padre. El Londres y sus personajes, sin embargo, son otros. Se trata de una ciudad muy diferente a la que dejó en el pasado. Aparentemente, su único tesoro son 14 diamantes robados en el bolsillo. Las piedras comenzarán por abrirle camino en una urbe oscura, sucia, donde pulula el pecado, los intereses y la corrupción en todas las esferas.

El poder lo tienen algunos. El dinero otros. Claro que a todos ellos, Dalaney los enfrenta sin dramas ni miedos, por más que se traten de ataques sin aviso y en su más dura expresión de realidad. La sangre corre bajo un halo de sombría indiferencia, pero que vuelve e interpreta la historia.

Los ocho capítulos de la primera temporada actualmente al aire en FOX Series, están ambientados en un momento bien particular y que se relaciona con la ficción propuesta.

El regreso del protagonista a Londres transcurre mientras se lleva a cabo la guerra entre Reino Unido y EE.UU, en medio de lo cual la disputa del personaje de Hardy se relaciona con el estrecho de Nutka. En este enclave, los intereses españoles también son un hecho. Al medio está James, quien no pretende negociar con los ingleses, apostando por los norteamericanos. Ello provoca que los hilos narrativos de este drama teñido de paisajes oníricos persigan al protagonista sin buenos resultados.

Bajo este marco referencial, el regreso se produce en un halo de misterio y magia, el protagonista va tomando cartas en el asunto, haciéndole frente a una sociedad y momento colmadas de trancas, secretos y deseos ocultos que apelan a la ambición desatada. Pero también, y rosando con el melodrama los celos de un marido, que en este momento tienen el relato transitando por duelos a muerte y negros intereses.

ATMÓSFERAS INGLESAS

Creada por el propio Hardy, y con direcciones de entregas a cargo de Kristoffer Nyholm y Anders Engström; "Taboo" responde a gustos dispuestos a permitirle al relato/trama un desarrollo con pausas. Está llevado a cabo en medio de atmósferas aberrantes que no exponen la cámara.

En ese sentido, la historia se cuenta como corresponde a los mandatos televisivos -se trata de una producción de BBC One- por lo que los planos cuentan de manera clara las motivaciones que hacen avanzar el metraje de cada capítulo en sus 50 minutos.

Uno de los aspectos destacables es el tratamiento del texto, allí donde los diálogos implican una oscuridad interesante de parte de los personajes. Desde el protagonista -un tipo que parece sacado de una relato de terror gótico- la galería de roles tejen una trama que por momentos agobia al espectador. La luz, de carácter expresionista, expresa bien el sentimiento de almas sufrientes, donde los estados relativos son pan de cada día. Hay escenas que lo dejan claro, como también un guión donde los temas están tratados con estilo.