Secciones

Destacados chefs ofrecieron una clase demostrativa de postres

E-mail Compartir

Con una clase demostrativa de preparación de postres se dio inicio oficial del año académico del Área de Hotelería, Turismo y Gastronomía (Hotuga) de Inacap Concepción-Talcahuano. Los protagonistas de la actividad fueron los chefs Gustavo Sáez y Xavier Gil de Castro, ambos de destacada trayectoria en cocinas de Chile y el mundo.

Precisamente, ese fue uno de los aspectos que relevó Sady Ugarte, director de carreras de Hotuga, valorando la instancia como una que le dio a los alumnos la oportunidad de enriquecerse a través de la experiencia de los expertos.

Y es que Xavier Gil de Castro es español y trabajó en el Centre Catala de Santiago y actualmente es chef corporativo de Ñam, también ubicado en la Región Metropolitana. Gustavo Sáez, chileno, fue elegido como el mejor pastelero del continente por el ranking Latin America's 50 Best Restaurants, y actualmente trabaja en 99 Restaurante, elegido en el puesto 46 del mismo ranking.

SIEMPRE INTENTARLO

Junto con preparar tres postres que incluyeron palta y ruibarbo entre sus ingredientes, los chefs aconsejaron a los estudiantes.

Así, Xavier Gil de Castro, enfantizó que la perseverancia es una de claves del éxito en la cocina, afirmando que "si un plato no salió a la primera, no importa. No hay que desanimarse, sino que intentarlo de nuevo". De hecho, en su opinión, "la cocina tiene que ver con repetición. Cuando comencé me costó mucho, pero después me di cuenta que lo que más valioso es tener ganas. Todo lo demás se aprende".

En la oportunidad también hubo tiempo para hablar sobre el panorama actual de la cocina. Sobre esto, el chef dijo que la tendencia que se ve es que hoy los restorantes sean con un menú de muy buen nivel, pero de precio más accesible para las personas. Por el contrario a lo que sucedía antes, cuando estos recintos solían ser más exclusivos.

Por su parte, Gustavo Sáez destacó que hoy en día hay más aceptación de los menús de degustación, lo que permite ampliar a la opciones a la tradicional comida a la carta.

Hablar de depresión en el Día Mundial de la Salud

E-mail Compartir

Hoy, 7 de abril, se celebra internacionalmente el Día Mundial de la Salud, y para este año, el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es a poner atención en la depresión como un problema de salud pública, considerando que es la principal causa de morbilidad y discapacidad en todo el mundo.

Y es que la depresión es un desorden mental que se ha convertido en un problema transversal a todo el ciclo vital, afectando a todo tipo de personas en el mundo, sin importar su nivel socio económico ni educacional. Sin embrago, es sabido también que factores como la pobreza, el desempleo, enfermedades físicas y eventos estresantes en la vida de un ser humano aumentan el riesgo de padecerla.

Según las últimas estimaciones de la OMS, más de 300 millones de personas viven con depresión, un incremento de más del 18% entre 2005 y 2015; y en este sentido cobra importancia la necesidad de que estas personas puedan acceder al tratamiento adecuado.

Actualmente, en Chile las políticas públicas permiten trabajar en esta materia, sin embargo muchas veces la falta de una red de apoyo efectiva para los pacientes, así como también el miedo a ser discriminados por su condición, impide que ellos soliciten la atención de manera oportuna, agravando la condición de base e impidiendo la participación efectiva de éstos en su entorno familiar y social.

En este contexto, se hace imprescindible trabajar enérgicamente en dos aspectos: por una parte, hacer eco del llamado a conversar del tema e incentivar en todo el mundo la búsqueda y obtención de ayuda; y por otra, trabajar en el único método sostenible para reducir la carga causada por estos trastornos: la prevención.

Es aquí donde el rol inherente al profesional de Enfermería vinculado a la promoción de la salud ocupa un rol protagónico, potenciando el desarrollo de una salud mental positiva, considerándola como un recurso, como un valor por sí mismo y como un derecho básico del ser humano.

Finalmente, la invitación es a trabajar en aquellos factores individuales de prevención, tales como la autoestima, fortaleza emocional, pensamiento positivo, entre otros, y dedicar tiempo al conocimiento personal, autocuidado y desarrollo de actividades complementarias (o de esparcimiento), que permitan mejorar la calidad de vida de las personas.

Pan: erradicarlo no es siempre la alternativa más saludable

E-mail Compartir

Adoptar estilos de vida que beneficien el estado de salud del organismo es una tendencia cada día más potente. Prevenir de enfermedades, manejar ciertas condiciones o lograr mejoras estéticas son algunas de las razones que motivan a las personas a realizar diversas acciones, algunas de las cuales se incorporan a la rutina cotidiana como un complemento y otras que llevan a cambiar completo ciertos hábitos considerados como nocivos.

Aquí la alimentación cobra un rol protagónico, porque en muchas ocasiones se encuentra en ésta la causa de un sinfín de complicaciones como el sobrepeso, diabetes e hipertensión entre muchas otras. Ante eso, no son pocos los que optan por eliminar ciertos alimentos de la dieta y el grupo de los carbohidratos es uno de los primeros. Así, el pan blanco, un producto de alto consumo en el país y que encanta a muchos, es uno a los que primero se dice adiós.

Pero, este cambio tiene un lado amable y otro que podría ser desfavorable.

El nutricionista Edison Hormazábal, coordinador de Nutrición y Ejercicio de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad del Desarrollo, dice que la composición química del pan blanco destaca por ser alta en carbohidratos de alto índice glicémico, además de sodio y grasas.

Desde ese punto de vista, afirma que eliminar por completo la amada hallulla o el crujiente pan francés de la dieta diaria puede ser una decisión favorable, pero siempre teniendo la precaución de reemplazarlo por alimentos similares, que sean altos en fibra dietaria y de bajo índice glicémico.

Pan integral con centeno, galletas de salvado de trigo o de avena, muesli con frutos secos o cereales integrales son algunas de las alternativas que se pueden considerar. "La cantidad de calorías totales presentes en esto alimentos puede no variar mucho, lo importante es la calidad de estas otras nuevas opciones", aclara.

ESCOGER BIEN

En la vereda contraria, sin embargo, es necesario considerar que las harinas, ingrediente primordial del pan y de un sinfín de preparaciones, han sido suplementadas con hierro y ácido fólico, comenta Claudia Pérez, académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián. Según explica, hace más de una década, el déficit de estos nutrientes causaban problemas de salud pública que se controlaron al fortificar la harina.

"Considerando esto, el problema no es el pan como alimento, sino el excesivo consumo de éste, el que ha contribuido a aumentar las cifras de sobrepeso y obesidad en nuestra sociedad", asegura.

Es por lo mismo que su recomendación no es erradicar el pan, sino que respetar las porciones y escogerlo bien, planteando que hay que optar por uno que sea bajo en grasas saturadas, prefiriendo el sin manteca. "Las grasas saturadas contribuyen a aumentar el colesterol en la sangre y a aumentar el peso corporal", apunta. También debe ser alto en fibra, pues ésta contribuye a prevenir la constipación y el cáncer de colon, a la vez que reduce el colesterol en la sangre; es por ello que debe ser elaborado con harina integral.

"Se deben consumir dos porciones de pan al día (50 gramos), lo que equivale a una hallulla pequeña, pan pita pequeño o media marraqueta", dice.

VARIAR

Junto con una ingesta de pan que está por sobre lo recomendado, la profesional opina que uno de los problemas es que la alimentación de los chilenos es monótona, por lo que variar a la hora del desayuno a la once no es una mala idea.

En ese sentido, dice que se recomienda intercambiar el consumo de pan por avena integral (3 cucharadas), galletas de agua, soda, salvado o de avena (ver recuadro).

Llama a tener precaución con los alimentos procesados como los cereales o barras de cereal, pues pueden contribuir a aumentar la prevalencia de sobrepeso y obesidad. "Su consumo debe ser esporádico y hay que elegir aquellos que contengan menos sellos negros, ya que así consumiremos los que contengan menos sodio y azúcares simples", recalca.