Riesgo de explotación sexual infantil aumenta con Internet
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Con cuatro programas a lo largo del país y una cobertura de 200 menores de edad que han sido víctimas de explotación sexual comercial infantil, la experiencia de la Fundación Tierra de Esperanza es sólo es una de las tantas que demuestra que ésta es una realidad de la que Chile no se escapa y que muchas veces está más cerca de lo que se cree.
En Concepción no ejecutan un programa específico para atender esta problemática que deja grandes huellas en sus víctimas, pero eso no significa que no exista, plantea Ricardo Suazo, psicólogo y coordinador técnico de la Dirección Nacional de Tierra de Esperanza.
Es por esta razón que realizaron una jornada en el que participaron los directores de los Programas Especializados en Explotación Sexual Comercial Infantil (PE) de la fundación (en Iquique, Antofagasta, Calama, Temuco y Valdivia) junto a la Escuela de Trabajo Social de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, con el fin de abordar las acciones que van a llevar a cabo en el marco de un convenio de colaboración, donde investigar y especializarse es la meta.
"La explotación sexual comercial muchas veces está asociada a bandas criminales organizadas y por lo tanto las formas que van adoptando cambian. Es muy importante que quienes trabajamos por la promoción de los derechos de niños, niñas y adolescentes, y por la interrupción de estas situaciones, generemos estos espacios que nos den datos más concretos para tener mejores mecanismos para restituir los derechos de la infancia", manifiesta.
Los resultados de una investigación que Tierra de Esperanza realizó el 2015 a través de sus proyectos que trabajan en materia de explotación sexual comercial infantil fueron abordados en la jornada. Caracterizar a las víctimas era parte de los objetivos del estudio.
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS
Suazo precisa que la mayor prevalencia de víctimas femeninas (89%) y una edad promedio de 15 años son parte de los datos del estudio, a los que el psicólogo agrega que "el tipo de explotación sexual comercial que se da con mayor frecuencia es la del tipo relaciones sexuales por intercambio: dinero, regalos, favores o protección".
Sobre factores de riesgos asociados menciona las negligencias familiares, aunque no existe un perfil que defina quiénes son más vulnerables a ser víctimas de explotación sexual comercial infantil, destacando que "la mayor vulnerabilidad es que existen personas dispuestas a pagar por tener relaciones sexuales con menores de edad. Hay un aprovechamiento de las necesidades materiales y de cariño de los niños, y de la situación de desprotección en la que muchos se encuentran para obtener beneficios sexuales".
Lo anterior es uno de los ítems donde se debe poner el acento, pues tampoco existe un perfil para categorizar a los explotadores sexuales, dice Ivannia Gálvez, psicóloga y directora del PE "Puerta Esperanza" de Antofagasta de Tierra de Esperanza, aunque datos que hay concluyen que pueden ser personas solteras o casadas, un promedio de edad cercano a los 30 años, muchos de ellos con hijos y relaciones de pareja estables, y sin patología asociada.
MÁS VULNERABILIDAD
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Y es que no son pocos los menores de edad manipulados por adultos escondidos tras un computador para que entreguen imágenes (fotos o videos) con contenido de connotación sexual, en una dinámica donde la presión y amenazas para que sigan enviando material se vuelve una constante y los encierra en una situación de las que es muy difícil salir, a costa de su vergüenza, culpa y temor a ser descubierto, plantea Gálvez.
Cuenta que existen plataformas web donde hay adultos que se comunican con menores de edad, a quienes le piden material con contenido de connotación sexual que luego suben para que otros paguen por acceder a éste -algo muy vinculado con la pornografía infantil-. Es la transacción económica la que configura el delito de explotación sexual comercial infantil, pues "la imagen pasa a ser pública y el uso que se hace es con fines comerciales", puntualiza la profesional.
Sobre esto, Ricardo Suazo recalca que "existe la creencia de que las redes sociales son privadas y lo que hay que relevar es que son públicas. Cada video, foto o conversación que se pueda tener se escapa del control de quien la emite una vez que hay un 'enter' de por medio: ese material puede ser utilizado por otra persona".
A ello se suma la incerteza de que quien está al otro lado de la pantalla sea quien dice. "Muchos niños y adolescentes son manipulados por adultos para entregar datos e información con contenido sexual y lo hacen creyendo que al otro lado hay un niño", apunta.
CONTROL PARENTAL
Si lo expuesto no fuera un panorama preocupante, los psicólogos añaden otra dificultad que exacerba los peligros de los menores de edad ante los explotadores sexuales y es la brecha digital que muchos adultos (padres o cuidadores) tienen en cuanto al uso de tecnología, lo que conlleva falta de supervisión a los menores de edad. Todo empeora cuando no hay comunicación al interior de las familiares.
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El control parental es la clave y medidas como que los computadores estén en lugares visibles del hogar, que las claves de acceso sean conocidas por los padres o educar respecto al uso y riesgos de las redes sociales son sólo algunas maneras de orientar y prevenir. "Los padres deben estar atentos a lo que sus hijos hacen en Internet y por eso es importante que revisen, y si toman conocimiento de alguna situación de este tipo, deben tomarle el peso del delito que es y hacer la denuncia correspondiente a organismos como la PDI, Carabineros, Fiscalía o Sename", finaliza Ivannia Gálvez.