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"Las cambios que queremos los vamos a trabajar a través de las mujeres"

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Los años pasan, avanza el desarrollo y se producen cambios que llevan a las sociedades a evolucionar en los más diversos aspectos. Pero, también van variando las temáticas y problemas en los que se debe enfocar la atención, además de ampliar o innovar en la forma de abordar y dar solución a las que siguen estando presentes.

Es que el progreso no sólo es científico y tecnológico, sino también humano y eso ha obligado a muchas profesiones a ir dando paso junto a las necesidades que demandan los tiempos.

De eso la Matronería es un ejemplo patente. La matrona Alejandra Ceballos Morales, cuenta que cuando esta profesión comenzó a ejercerse en el país (se imparte desde 1834 como carrera universitaria en la Universidad de Chile), su quehacer estaba enfocado en el cuidado de la mujer en el embarazo y parto. No obstante, en la actualidad tienen una presencia que acompaña en todo el ciclo vital femenino.

Por eso, la profesional afirma con orgullo que la Matronería ha sido tanto testigo como protagonista del desarrollo de la mujer y porque "se deben a ellas", recalca, no es coincidencia que el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) fuera escogido por la carrera de Obstetricia y Puericultura de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción para comenzar la celebración de un importante hito: sus 50 años de existencia.

JUNTO A LA MUJER

Ceballos es directora del Departamento de Obstetricia y Puericultura, que trabaja muy de la mano con la carrera, y destaca que la fecha es una que le dio mucho sentido a todo lo que se quiere relevar de las cinco décadas de presencia en la Región del Biobío, aportando desde la profesión.

Plantea que "si retrocedemos cincuenta años llegamos a la década del '60. Algo pasó socialmente que llevó a la creación de la carrera, que se relaciona con la liberación femenina que había en el mundo, pero además con un tema país. En ese momento, el gobierno de turno impulsó el desarrollo económico fuertemente, en alianza con Estados Unidos, y para ello pensaron en las mujeres, en su potencial, creándose políticas para que ellas no estuvieran en la casa sólo para tener hijos".

En aquellos años, cuenta, había una paridad promedio de 6 hijos que impedía que la mujer saliera al mundo laboral y contribuía también a mantener altos los niveles de pobreza. "Desde el punto de vista de la política sanitaria, se piensa que a propósito del desarrollo de la anticoncepción había que impulsarla en Chile para que la mujer tuviera más periodicidad entre embarazos, para que pudiera salir a trabajar", apunta la matrona.

Para instalar los programas anticonceptivos en el país era necesario personal y como existía la Matronería en la Universidad de Chile, se impulsó el desarrollo de otras casas de estudio en todo el país con este fin, que se sumaba al cuidado del embarazo y parto.

"Era una visión futurista que apostaba por el desarrollo de la mujer", asevera Ceballos. Algo que se logró, pero que sigue guiando al ejercicio de una profesión que mantiene latente el desafío de evolucionar junto a las mujeres.

ACCESO A LA FAMILIA

"En la década del '60 había una esperanza de vida que bordeaba los 50 años, hoy estamos sobre los 80. Por eso las proyecciones cambiaron y hoy abordamos el ciclo vital completo", destaca. Desde el cuidado del embarazo y el parto hasta el periodo postnatal; desde la pubertad hasta el climaterio; desde la prevención de enfermedades ginecológicas e infecciones de transmisión sexual, hasta su abordaje terapéutico es parte del quehacer de matronas y matrones, una presencia que les otorgaría una posición privilegiada.

La razón, aclara Alejandra Ceballos, es que "la mujer es la principal cuidadora del núcleo familiar y en una consulta puede llegar con inquietudes relacionadas con su bebé, con su hija pre púber o adolescente, dudas sobre la sexualidad de su pareja o de su madre que está enferma. Como profesionales tenemos la capacidad de responder muchas preguntas o de orientar adecuadamente hacia la solución".

DESAFÍOS

El amplio acceso les da una gran responsabilidad, ya que en la medida que se interiorizan en las necesidades y preocupaciones de las mujeres van también reconociendo en qué están al debe y van contribuyendo a propulsar los cambios necesarios.

Desde el punto de vista de la Matronería, el cáncer ginecológico asociado a mujeres sobre 70 y 80 años, que hoy están incipientes, es uno de los múltiples desafíos y una de las metas es llegar antes con un enfoque promocional y preventivo. "Nuestras mujeres están cubiertas hasta los 64 años por el sistema público como programa. Pero, ¿cómo cuidamos a estas mujeres que les aparecerán estos cánceres a los 70 años? Es fundamental instalar programas para el envejecimiento, porque éste ya está, y tenemos que participar en la formulación de nuevas políticas", sostiene.

Otro reto que tienen es abordar la Matronería desde la masculinidad, pues si bien se relacionan con los hombres en la atención de infecciones de transmisión sexual en el sistema público, reconocen que ellos están abandonados y eso suele ser también una preocupación de las mujeres. "No existen programas preventivos para el cáncer de próstata, por ejemplo", cuenta.

Lo anterior entrega ejemplos del impacto que la Matronería, con cinco décadas de historia formal en la Región, puede tener y su rol primordial en el desarrollo de la mujer, junto a ella y para ella; pero también de la sociedad, lo que les da un poder como profesionales que realza el rol de la mujer. "Las matronas podemos ser un puente para hacer cambios, otros programas, desde la mujer, desde sus inquietudes; creemos y apostamos que los cambios que queremos los vamos a trabajar a través de las mujeres", finaliza Ceballos.