Hábitos de estudio: padres siempre deben estar presentes
Facilitar los estudios, dar seguridad y aprovechar mejor lo que se aprende a diario en clases es parte de los beneficios que tener hábitos de estudio trae a los alumnos; algo que sin dudas conlleva un impacto positivo que se puede ver reflejado en el desempeño académico.
Lo anterior deja de manifiesto la importancia de que los estudiantes mantengan esta costumbre, que una vez arraigada, perdurará en el largo plazo. Es por lo mismo que es fundamental que los padres guíen a sus hijos en la adquisición de los hábitos de estudio, afirma la profesora Soledad Feliú, del programa "Aprender en Familia" de la Fundación CAP.
Si bien reconoce que nunca es tarde para comenzar a inculcarlos, lo ideal es hacerlo desde etapas tempranas, aseverando que uno de los pilares que sustenta la formación de hábitos de estudio son las rutinas de los pequeños: la base es brindar un ambiente predecible para ellos desde un inicio en cuanto a rutinas de alimentación, sueño y juego. "Si los padres nos esforzamos en esta etapa, la tarea será más fácil cuando crezcan", afirma.
ACOMPAÑARLOS
Constancia, paciencia y refuerzos positivos de los pequeños logros que vayan alcanzando los hijos es parte de la tarea que tienen los padres y/o apoderados en el camino hacia la formación de los hábitos de estudio, quienes deben orientar y acompañar a sus hijos para que desde sus primeros años de colegio incorporen a su vida cotidiana la importancia de cumplir con las responsabilidades que la vida escolar conlleva, recalca Feliú.
Esto también es una de las claves del éxito para que el proceso sea menos complejo para las familias, opina. Es por lo mismo que plantea que una acción que contribuye en esta tarea es construir junto a los hijos un horario en el que se establezca un momento para jugar, para estudiar y/o para descansar.
Plantea que acompañar y apoyar a los hijos en la formación de los hábitos de estudio debe darse bajo la premisa de "la menor ayuda posible". "Los padres pueden acompañar a los hijos mientras hacen su tarea, pero nunca deben hacerla por ellos. Dependiendo de la edad de los niños, esto puede ser de diversas maneras, como preguntándoles qué están viendo en el colegio, revisando sus agendas escolares, ayudándolos a buscar información cuando lo necesitan o supervisando que realicen las tareas y estudien, por ejemplo. Lo importante es estar presentes", menciona.
HACIA LA AUTONOMÍA
De lo anterior se desprende que es fundamental que los padres conozcan a sus hijos para que sepan en qué necesitan apoyo y qué cosas pueden hacer por sí solos, motivándolos a ser cada vez más autónomos y dando espacio para que cometan errores, destaca.
"Si bien no es recomendable que los padres tomen toda la responsabilidad, sí deben acompañar, supervisar, recordarles las tareas y revisar si están cumpliendo con lo que se les pide, de acuerdo a la etapa del desarrollo en que se encuentren, hasta que ellos puedan hacerlo por sí solos", comenta.
Y es que a medida que los niños van desarrollándose también se irá produciendo la transición que los llevará a ser capaces de ser responsables de su acción de estudiar a diario y sobre las señales que indican que el niño ha avanzando en la adquisición de los hábitos de estudio, Feliú destaca la capacidad de planificar su horario semanal de estudio, en el que se reparta y organice el trabajo y las tareas en varios días.
"Realizar preguntas a los padres, a otros estudiantes o al profesor, es un buen índice de que se muestra interesado y avanzando en los contenidos o tareas solicitadas. Así como también lo es avisar a amigos y familiares que no lo interrumpan durante sus horas de estudio, para evitar distractores", dice.
Otros indicadores son la aptitud de controlar los tiempos de estudio, y la revisión de su agenda y cuaderno, donde realice una selección de contenidos en la que comience siempre a estudiar los más complejos.
Desde allí, la profesora Soledad Feliú afirma que es importante considerar que cuando un niño o niña va haciéndose más responsable y autónomo en su trabajo escolar, ya no es necesario estar pendiente de ello todo el tiempo, pero que siempre será fundamental estar disponible no sólo para ayudarlo, sino que también para animarlo y felicitarlo por sus progresos. "Es muy difícil que un niño sea un buen estudiante sin la guía e incentivo de sus padres. Incluso, este apoyo puede hacer la diferencia entre un niño o niña que rinde el mínimo y uno que se desarrolla al máximo de su potencial", finaliza.