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Día Internacional de la Mujer

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Al conmemorar el Día Internacional de la Mujer quisiera compartir estas líneas para resaltar su grandeza. La realidad habla por sí sola. La mujer cuando el marido o novio va preso lo va a visitar a la cárcel en mucha mayor proporción que cuando ella está en la prisión. A la mujer le basta poner la mano en la frente a su hijo para saber cuánta fiebre tiene, mirarlo para saber que le pasa. El hombre suele abandonar y maltratar a la mujer sicológica y físicamente. La mujer no abandona a su marido y menos lo golpea. Lo acoge, lo recibe y lo perdona. La mujer a pesar de todas las dificultades que pueda tener, de la nada es capaz de celebrar el cumpleaños de su hijo. La mujer sola, cuando falta el pan en la casa, no se queda de brazos cruzados. ¡Con qué abnegación salen en búsqueda del sustento! De ello sólo es capaz el genio femenino, su intuición, su capacidad de trabajo, su fortaleza para enfrentar las adversidades. Si prestamos atención veremos que los hogares de ancianos, de menores, y las escuelas mejor cuidadas son aquellos que están bajo el cuidado de mujeres, muchas de ellas religiosas. Hoy, a todas las mujeres, esposas, mamás, abuelitas, hermanas, consagradas, a todas ellas les deseo envío mi saludo y doy gracias a Dios por su fortaleza. ¡Gracias a Dios no son igual a nosotros! Y es claro que no lo sean. A los hombres Dios nos creó a partir del barro. A ellas, de un material mucho más noble que el barro, su costilla.