Bebidas energéticas y alcohol generan riesgos
Las noches de verano, de vacaciones, son ideales para extender la fiesta hasta tarde.
Son muchos los jóvenes que extienden sus fiestas y consumen, especialmente, bebidas energéticas para seguir bailando y disfrutando hasta altas horas de la noche.
Las bebidas energéticas son productos que no contienen alcohol, generalmente están gasificadas y compuestas básicamente por cafeína, azúcares, aminoácidos (taurina), vitaminas, sales minerales, extractos vegetales, conservantes, saborizantes y colorantes. Han sido diseñadas para brindar vitalidad al consumidor cuando necesita esfuerzos extras, físicos o mentales.
Sin embargo, hay una luz de alerta frente al consumo de éstas. Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, advierte que la asociación de cafeína y alcohol reduce los efectos depresores de este último en el sistema nervioso central.
"Por lo tanto, la persona percibe menos la embriaguez y bebe mucho más, esto aumentaría la probabilidad de una intoxicación por alcohol sin los síntomas característicos, ya que éstos se enmascararían", sostiene el experto.
Entre los efectos de la cafeína contenida en estas bebidas energéticas, complementa el químico farmacéutico, está el aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, incremento del flujo sanguíneo hacia los músculos y disminución del flujo sanguíneo hacia la piel y órganos internos, además de promover la liberación de glucosa por parte del hígado.
"La cafeína, así como el alcohol y la taurina aumentan la diuresis, provocando deshidratación y pérdida de sodio", finaliza el especialista.