El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, condenó el lanzamiento de un misil balístico en Corea del Norte y exigió a Pyongyang que se abstenga de futuras "provocaciones" que "socavan la seguridad regional e internacional".
"Estas consistentes provocaciones y violaciones de las resoluciones vinculantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas socavan la seguridad regional e internacional", declaró el titular de la Alianza Atlántica.
Stoltenberg agregó que Corea del Norte debe terminar con los "lanzamientos usando tecnología balística militar y abandonar de una vez por todas sus programas de misiles balísticos de forma absoluta, verificable e irreversible, como requiere el Consejo de Seguridad de la ONU".
"Apelo a Corea del Norte a no elevar las tensiones y volver a comprometerse a un diálogo significativo con la comunidad internacional", concluyó el secretario general de la OTAN sobre el lanzamiento norcoreano, que coincidió con la visita del primer ministro japonés, Shinzo Abe, al Presidente de EE.UU., Donald Trump.
El nuevo ensayo, llevado a cabo con un misil de medio alcance que cayó en el Mar de Japón, supone la primera provocación militar del régimen de Kim Jong-un desde que Trump llegara a la Casa Blanca.
Tras un periodo de calma y prudencia en el que Pyongyang no realizó ninguna acción militar amenazante, el Ejército norcoreano llevó ayer a cabo, a primera hora de la mañana, su primer lanzamiento de un misil balístico desde octubre pasado.
Las autoridades surcoreanas y el Pentágono no tardaron en descartar que el proyectil, que recorrió unos 500 kilómetros y fue lanzado desde una base de aérea al noroeste del país, fuera un misil balístico intercontinental.
A falta de confirmación, Seúl y Washington creen que podría tratarse de un misil Rodong o una versión modificada de este, por lo que se trataría de una provocación de mediana intensidad para medir la respuesta de la Administración Trump.