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Cambiando malos hábitos del emprendimiento

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Mes a mes, cuando se informa el índice de empleo, se constata el aumento del trabajo por cuenta propia. Esta situación que es circunstancial, posiblemente llevará a muchos a un camino perdurable: el emprendimiento. ¿Qué hacer para que quienes se sumen a la iniciativa personal tengan un éxito duradero? Modificar los malos hábitos y concepciones erradas, que obstaculizan en impulso al emprendimiento.Primero que nada, no obnubilarse con la tecnología. Existe la errada identificación de emprendimiento con innovación digital. La cultura de las Apps o aplicaciones domina el entorno emprendedor y absorbe gran parte del soporte financiero y de organismos de asesoría.El resultado es que muchos emprendimientos no digitales y con potencial de éxito no despegan, viendo con frustración que el apoyo pasa por la vereda del frente.Otro mal hábito nace de la cultura de la inmediatez, que lo impregna todo. Muchos emprendedores caen en la ansiedad de esperar resultados rápidos, exhibiendo poca tolerancia a la frustración y las innumerables respuestas negativas a las que seguramente deberán hacer frente antes de obtener resultados.Un tercer factor es desaprovechar un espacio de tanto potencial como los cowork. Se instalan en barrios de moda, crean un ambiente juvenil y atractivo, pero se convierten en negocios inmobiliarios de arriendo de lugar de trabajo, donde frecuentemente escasea la colaboración real entre emprendedores y mentores guía.Si queremos impulsar la iniciativa personal, debemos replantear la cultura del emprendimiento y el respaldo que reciben.Es necesario ampliar la comprensión de emprendimiento, dado que no es sólo digital. La asesoría y apoyo financiero también debe llegar a productos tangibles, al negocio viejo que busca revitalizarse o al servicio que da solución a nuevos problemas de la sociedad.El emprendedor tiene que comprender que debe dedicar esfuerzo, trabajo duro, planificación, tolerancia a la negativa y persistencia en el tiempo.Debe comprender que las planificaciones son solo una guía. Porque si nos apegamos a las planificaciones perdemos plasticidad frente a un mundo dinámico y cambiante, y desde ahí seguramente perderemos oportunidades.Asimismo, los cowork de emprendimiento deben tener efectivamente un sello colaborativo. Convertirse en un espacio donde los emprendedores puedan conversar sus experiencias, inspirarse juntos y cooperar de modo efectivo. En estos espacios todas las preguntas deben ser legítimas, abriendo un mundo de posibilidades y expandiendo la creatividad y la innovación.Estos espacios deben estar basados en el respeto, y en una dinámica horizontal donde nadie se sienta superior. Es básica la presencia de mentores guía dedicados que aconsejen y monitoreen cada etapa del proyecto, exijan planes, metas y ajustes de táctica cuando no se alcanzan, e incluso tengan la sinceridad para detener o reformular completamente un proyecto cuando se vislumbra que puede conducir al fracaso.Los emprendedores, así, navegarán con la orientación y apoyo que necesitan para llevar adelante los sueños con los que están comprometidos, pues detrás de cada empresa no sólo hay un cálculo monetario, sino un sueño personal que busca ser realizado.

Encuestas políticas y liderazgos

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Hace pocos días, y con mucha expectación, se conocieron los resultados de la última encuesta CEP. Como es costumbre con estas mediciones, diversos analistas y personajes políticos dieron su opinión, ya sea para concluir que la carrera presidencial está definida o que está abierta a cualquiera. Algunos, ya instalados en la primera opción, se aventuraron a analizar el tipo de liderazgo de los candidatos "relevantes".

Viendo esto, dos preguntas surgen. Primero, ¿es lógico concluir liderazgos desde las encuestas? En mi opinión, no, debido a que las encuestas políticas lo que están mostrando es justamente lo contrario. Por un lado, la encuesta CEP incluye una pregunta sobre intención de ir a votar, donde un 46% declaró que lo hará con toda seguridad. Por otro lado, en la última elección presidencial (la primera con voto voluntario), votó un 49%, menos de la mitad de los posibilitados para hacerlo. Aunque esto podría entenderse como un efecto del descrédito de los políticos, no es así, ya que desde 1989 hasta ahora han votado en promedio un poco más de 7 millones de personas en cada elección presidencial. Entonces, claramente el problema actual es que los políticos no logran encantar al resto de los votantes, el que sí es un problema de liderazgo. En promedio, los que votan son siempre los mismos, por lo cual, sea cual sea el candidato elegido, representará a muy pocos, no pudiendo asumir un real liderazgo nacional. Por ejemplo, la Presidenta Bachelet ganó la segunda vuelta del 2013 con apenas el 25% de los votos posibles.

Adicionalmente, en las encuestas actuales, la intención de voto por los candidatos Ossandón y Piñera, es un 4 y 24% respectivamente, mientras que para Lagos y Guillier, es un 5 y un 20% respectivamente. Con estos porcentajes, el panorama de liderazgo que nos esbozan las encuestas no ha variado mucho durante el año, ni con respecto a la elección anterior, es decir, todos los candidatos siguen sin ser representativos y sin la capacidad de re-encantar al votante.

La segunda pregunta es si los diferentes candidatos tienen la capacidad de liderazgo que el país necesita. En este caso, independiente de los números que nos muestran las encuestas, entre los cuatro candidatos nombrados anteriormente, al menos tres sí han mostrado esa capacidad en el pasado. Sebastián Piñera por su rol como empresario y su labor como Presidente; Ricardo Lagos, como líder de la concertación, Ministro de Estado y Presidente; y finalmente Manuel José Ossandón, en su labor como alcalde de Puente Alto, re-elegido en tres periodos consecutivos, y como senador. En el caso de Alejandro Guillier, aunque con números positivos en aprobación e intención de voto, poco se ha visto de su labor senatorial y, actualmente, es el partido que lo designó el que plantea sus ideas de gobierno.

Gobernar no es sólo administrar, ni ser aprobado o caer bien. Es necesario liderazgo para lograr los objetivos país que la gran mayoría busca, es decir, que sea capaz de aunar fuerzas con distintos colores políticos con el fin de crear un país desarrollado, con dignidad y posibilidades para todos.

La pirámide del engaño, perjuicio y codicia

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A la luz de lo ocurrido en el último tiempo, y cada vez con más frecuencia, nos encontramos con las denominadas estafas piramidales, las cuales tienen su origen en el delito masa o de sujeto pasivo múltiple, en virtud del cual la acción defraudatoria se dirige en contra de una pluralidad de personas sin ningún lazo o relación entre ellas, acción que permite entonces desde la posición del sujeto activo obtener una ganancia pecuniaria de carácter ilícita.

Los primeros atisbos de esta figura aparecen en la Italia de los años 20, a través del conocido esquema Ponzi, que hasta la fecha ha sido muy utilizado a nivel mundial. Chile no queda al margen, en casos como la coneja, La Cutufa, o el esquema de los quesitos, como asimismo los últimos casos que han salido a la luz este año como por ejemplo AC Inversions.

Tomando como antecedente lo anterior, en términos concretos "la estafa piramidal es un esquema cuyo objetivo apunta a la captación de clientes (víctimas), para así ofrecerles una alternativa de inversión que promete alternativas de rentabilidad altas y supuestamente garantizadas".

Desde la perspectiva del suscrito evidentemente, de un inicio el sujeto activo busca la obtención de los dineros por una vía que camina hacia la defraudación, que no es sino su objetivo final, lo cual se aparta del mercado formal, esto es, existe desde un comienzo dolo directo, vale decir, intensión defraudatoria, descartándose el dolo eventual y para que decir la culpa o negligencia, figura en la cual se cumple con todos y cada uno de los elementos de la estafa: engaño, error, perjuicio patrimonial y disposición patrimonial.

¿Cuál es el problema de fondo para objeto de sancionar este tipo penal? En muchas legislaciones, este delito no esta tipificado, por tanto sancionar esta figura por la vía de conductas similares, vale decir, haciendo uso de la analogía, vulnera el principio de legalidad y todas sus manifestaciones, particularmente el principio de tipicidad, taxatividad o determinación, consagrado a nivel Constitucional en su artículo 19.

Al respecto una situación que sustenta lo anterior ocurrió en España en el año 1995, donde se consagro expresamente en el Código Punitivo de dicho país la figura antes mencionada, lo cual zanjo el problema de vulneración del principio de legalidad penal permitiendo entonces sancionar la conducta defraudatoria aludida.

Al mismo tiempo existen otros ejemplos en la misma línea, esto es, E.E.U.U, Reino Unido, Rumania, Alemania, Colombia, Ecuador, Perú entre otros países que definen con claridad y en forma expresa esta figura, como también sucede en Chile, sin perjuicio que a juicio del suscrito, no hay claridad en cuanto al tipo penal en nuestra legislación, lo cual podría prestarse para discusiones, esto es, si efectivamente se vulnera o no el principio de legalidad, cuestión que es relevante dado que dicho principio forma parte de los limites formales a la potestad punitiva del Estado.

En cuanto a las razones supra legales, que llevan a los potenciales sujetos pasivos a involucrarse en este tipo de actividades ilícitas, hay una que resulta indiscutible y transversal, y que la encontramos tanto en los inversionistas informados como no informados: La codicia patológica del ser humano, cuestión que así como la normativa penal, también debe ser analizada y con urgencia.