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Los números de la Región, sin Ñuble

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¿Pierde Biobío su peso específico como la Región chilena que por historia, población, cultura y capital humano puede significar un verdadero contrapeso al poder centralista de Santiago?

Esta pregunta es la que para muchos subyace a la discusión pública sobre la creación de la Región del Ñuble y se vincula a la división político-administrativa de un territorio que, dependiendo de la perspectiva en que se mire, gana o pierde en un escenario donde se contraponen varias posturas.

Una de ellas, apunta a la necesidad de que, en materia de regionalización, se apunte a la creación de macroregiones, es decir, territorios más amplios y vinculados desde una perspectiva de sus vocaciones productivas. En esa línea, la creación de una nueva región en la provincia del Ñuble iría en sentido contrario.

Por otra parte, desde la perspectiva de los gestores del proyecto de Región del Ñuble, se apela a la necesidad de impulsar una descentralización administrativa, donde se cuente con un mayor poder de decisión local, más cercano. En ese marco, se cuestiona la denominada "centralización regional", que por su tamaño y condición de área metropolitana ejercería Concepción en el escenario regional.

Con todo, lo que muestran las cifras es que, muy probablemente la Región del Biobío dejará de ser la segunda más poblada de Chile -la supera Valparaíso, a partir de los números del último Censo, del año 2002- lo cual debe ser corroborado en el proceso que se efectuará este año.

Adicionalmente, el territorio que ocuparía Ñuble, de aprobarse el proyecto de ley que se someterá a su segundo trámite legislativo en la Cámara de Diputados, sería el más pequeño de una Región de Chile.

Y si bien territorio y población no determinan necesariamente el éxito de una región, el debate sobre el impacto de la división regional debería considerarlos como un factor más a tener en cuenta.