Penquista no para de agradecer poder tocar con Dave Liebman
Está relajado. Pancho Molina está pasando por una etapa en su vida en que disfruta cada instancia artística en la que se embarca, ya sea produciendo cuatro temas para el hiphopero local Jodelase que, confiesa, lo tienen muy entusiasmado; o cuando imagina lo que será el concierto de este fin de semana en el Anfiteatro de San Pedro de la Paz.
En el escenario natural, el baterista penquista de 47 años tocará junto al destacado saxofonista norteamericano Dave Liebman, quien fuera parte de la armada de Miles Davis en los años 70, y actualmente uno de los referentes vivos de su instrumentos en las variantes del tenor, soprano, además de otros vientos como flauta y clarinete.
Una figura de talla mundial, sin duda, y que en el decir de Molina se torna en un referente. "Una máquina, el músico más 'groso' con el que he trabajado en mi vida", apunta el penquista, feliz de integrar un cuarteto, donde aparecen dos nombres conocidos de él: Leo Genovese (piano) y Francesco Marcocci (bajo).
"Son músicos de constante y sonante trayectoria en la industria del mundo (del jazz)", resume el baterista, sobre estas cuatro figuras citadas para mañana, a las 18 horas, en tierras sampedrinas.
EL CRUCE DE LOS ASTROS
Fue, justamente, Marcocci quien gestionó el año pasado que sus amigos -Molina y Genovese- conocieran, compartieras, tocaran y grabaran con Liebman.
Aquella primera experiencia en Nueva York, en abril del año pasado, rindió frutos que Molina destaca, incluso, por sobre lo profesional. "Fue bien impresionante poder trabajar con alguien tan serio, muy profesional y que tiene mucho respeto por la música y los músicos", señala el ex baterista de Los Tres.
Musicalmente, luego de realizar un par de shows, que Liebman les pidió para conocerse en el escenario; se metieron a estudio para darle forma a un disco que esperan lanzar a mediados de este año en vinilo y digital.
En esas sesiones realizadas en el estudio en el que John Lennon grabó "Double fantasy" (1980), y donde este cuarteto le dio forma a temas originales y dos de Víctor Jara; se dieron verdaderos instantes que sólo el jazz permite.
"A veces empieza a ser natural lo que uno hace (tocar) y aparece la partes espiritual que se expande y se proyecta en los otros músicos, siendo muy respetuosos de la personalidad de cada uno", cuenta, quien hace un año está reinstalado en la ciudad que lo vio nacer artísticamente a los 14 como parte de Dick Stones.
- Trabajar con él en el estudio fue impresionante. Ordenó todo, estaba muy atento (... ) Grabamos dos temas de Víctor Jara, a quien no conocía. Cuando escuchaba 'Luchín' nos decía que bonita melodía, le contamos la historia y se sorprendió. Fue una sesión que para todos caló hondo por lo natural. Se dio esa magia del jazz como lenguaje, que te acerca entre los músicos con una propuesta de sonido (...) Y ahí tienes una melodía como la de 'Luchín' que Dave percibió de inmediato. Es bellísimo lo que hizo. Es natural de su sonido y quedamos muy impresionados. Siempre estaba proponiendo.
- Fue esa apertura un tipo de 70 años para meterse con gente más joven, aceptando mi nivel y diciendo, bueno hagamos algo. Por supuesto está la parte económica, donde siempre las preguntas son ¿te gustaría tocar conmigo y cuántos cobras? Imagínate, tener a alguien con esa historia, a quien no le vas a contar cuentos, y lo que él te ofrece, eso es lo espiritual y es el respeto. Alguien que sabe tanto, pero igual te abraza y te dice vamos todos juntos, aquí no hay ninguno mejor ni peor, estamos juntos. Te abraza y te dice, vamos que todo está 'cool'.
- La concentración que tiene para tocar, leer la música y escuchar cada detalle es impresionante. Me marcó muchísimo sus detalles de foco perfecto, mucha concentración. Sabes lo mismo me pasó con Joe Lovano (saxofonista con quien Molina grabó un set de temas propios en 2016), quien se acordaba de todo lo que había tocado, y no hubo ensayos.
- Bueno un poco del disco y lo que sintamos más cómodo tocando. Personalmente, me gustaría tocar "Luchín" y uno que otro de John Coltrane. Pienso que lo vamos a disfrutar, saxo al aire libre, Liebman y que lleguemos a otro estado mental. Son músicos bien generosos en una cadena de generosidades, de la corporación cultural de San Pedro y el mismo Dave que quiso venir.