Fibra y agua ayudan a limpiar al organismo de los excesos
Navidad y Año Nuevo, dos festividades con siete días de separación cuya celebración se traduce en cenas especiales y abundantes, y preparaciones típicas como pan de pascua y cola de mono, las que no sólo están presentes durante la noche de fiesta, sino que también en diversas actividades sociales que se realizan en este contexto y que, para muchos, comienzan semanas antes y se extienden por varios días después de recibir al nuevo año.
Todos los anteriores son factores que pueden ser determinantes a la hora de analizar las consecuencias que el festejo puede traer para el organismo, sobre todo cuando éstas se transforman en el motivo perfecto para traspasar los límites, comer en demasía y aumentar la ingesta de alcohol.
Así, sin la moderación requerida, las personas pueden llegar a incrementar hasta en tres kilos su peso corporal tras las fiestas, afirma Alejandra Sánchez, jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás Concepción, agregando que el riesgo está aún más latente cuando a esto se suma la falta de actividad física.
Desde allí, la profesional recalca que, en general, todo exceso puede desatar alguna patología aguda o en su defecto agravar una crónica presente. "Como consecuencias inmediatas por excesos podemos encontrarnos frente a algunos casos de intoxicaciones alcohólicas y problemas digestivos. Estas últimas están determinadas por el exceso de grasas. Además, en pacientes con antecedentes de problemas hepáticos, se pudiese incluso manifestar una pancreatitis aguda", cuenta la profesional.
Sobre el temido aumento de peso, dice que está la consecuente inflamación orgánica, la que si no se modifica puede desatar distintas condiciones en el corto plazo. Resistencia a la insulina y triglicéridos altos con el riesgo asociado de infartos o accidentes vasculares, crisis hipertensivas en pacientes hipertensión arterial o prehipertensos son algunas de las que menciona.
DEPURAR
Considerando el anterior panorama, se vuelve importante tomar medidas que contribuyan a mitigar las consecuencias de los excesos y, precisamente, si los excesos actúan como enemigos, el llamado es volver a una alimentación sana y equilibrada (ver recuadro).
Al pensar en los alimentos como aliados para el organismo, Sánchez detalla que los nutrientes contenidos en estos son los que cooperan en el mantenimiento de la salud de una persona. Es así que existen algunos cuyos componentes permiten un mejor funcionamiento del sistema digestivo y metabólico, tales como la fibra y los carbohidratos complejos, presentes en frutas y verduras.
"Por su parte, el agua, sigue siendo el mejor depurador en el organismo y asociado a una alimentación, donde primen las verduras de hojas verde, las frutas de color rojo (antioxidantes), las carnes blancas (bajo aporte de colesterol) y el aceite de oliva, estarán protegiendo al corazón y promoviendo una desinflamación del organismo", comenta.
La preparación de los alimentos también juega un rol importante y lo ideal es preferir la cocción al agua, vapor o a la plancha.
Respecto al tipo de productos y preparaciones que se deben evitar, la nutricionista destaca a los carbohidratos simples, alimentos procesados y frituras. Por eso, es importante decirle adiós al azúcar y optar por los edulcorantes no calóricos; evitar productos como los embutidos y también la comida chatarra, entre otros. "El exceso de carbohidratos simple promueve la inflamación orgánica y el aumento de peso. Las frituras, aumentan la presencia de grasas saturadas y colesterol en el organismo, pudiendo agravar patologías presentes o en su defecto, provocar una aguda, debido a la presencia de patología de base como es la obesidad. Los alimentos procesados, en tanto, presentan componentes pro inflamatorios y exceso de sodio", detalla.
Sobre el sodio, precisa que resulta nocivo tanto para pacientes hipertensos como para aquellos que aún no lo son pero son susceptibles de presentar la enfermedad en algún futuro; además de personas con sobrepeso y obesidad, donde este compuesto colabora en la posibilidad de presentar hipertensión a corto plazo, además de problemas renales.
Es por lo anterior que otra recomendación fundamental es regular el consumo de sal y de aderezos que acompañan las comidas.