Nuevo acuerdo de precios que ofende
La historia es repetida. Hace algún tiempo se hablaba sobre la colusión del papel tissue, y como esto afectó, sin duda, al bolsillo de todos los chilenos. La reputación de las empresas coludidas se vino por el suelo, y una ola de reclamos e indignación colectiva, reflejada en las redes sociales, se hizo presente en la agenda nacional. A pesar de que el caso corresponde a un acuerdo realizado entre los años 2002 al 2009, y que esta información solo fue pública en base a un beneficio de delación compensada hacia una de las partes, llama la atención, que tanto CMPC como Kimber-Clarke, se auto declaren en sus páginas web, como empresas socialmente responsables, con énfasis en aspectos como la sustentabilidad, la relación con proveedores, clientes, entre otros.
Esto nos llama a reflexionar: ¿Qué tan transparente es la información que las empresas muestran al mercado? ¿Qué tan efectivos son los mecanismos de control, como los gobiernos corporativos, que muchas empresas lucen orgullosamente? ¿Qué tan eficientes son las instituciones de gobierno que están llamadas a velar por los intereses de las personas en este sentido?
La colusión, como concepto, genera un mal tremendo a toda la sociedad, que se amplifica cuando esta concertación se hace en productos de primera necesidad como el papel tissue, los pollos o, en este caso, los pañales. Situaciones como la recién develada, hace dudar, con justa razón, sobre la real imagen de esta empresa.