Fue en el tradicional Open Regional de Tenis de Mesa de Los Angeles celebrado en el primer semestre cuando Javier Inostroza (25), jugador de Huachipato, dio el golpe al coronarse campeón. Después de eso recibió el inesperado llamado de Marcelo Toledo, nacional radicado hace años en España, quien junto con felicitarlo por su cometido en el torneo le extendió la invitación para ir a jugar a dicho país, específicamente al club Helios donde él milita. Javier no lo duda.
"En un comienzo me menciona 3 ó 4 meses de permanencia, pero por mi trabajo sólo pude aceptar por dos meses y que coinciden con el periodo de vacaciones de la escuelas", comenta el trabajador social de la Escuela Diferencial Chile España y donde ejecuta un taller con estudiantes en situación de discapacidad (el año pasado se adjudicó un proyecto FNDR para ejecutar un taller de tenis de mesa inclusivo).
Ahora Javier inicia la aventura y que lo mantendrá hasta el 28 de febrero en el club afincado en la ciudad de Zaragoza. "¿Mis expectativas? Son las de aprender demasiado, nutrirme de la cultura deportiva de España y poder ser un aporte tanto en lo deportivo como en lo humano, además de buscar mejorar mi calidad técnica como tenimesista", apunta.
Y es que la oportunidad que se le presenta es única. "Reconozco que no soy un jugador talentoso y con eso me refiero a que soy un jugador que depende sólo de su constancia entrenando. Pero nunca he bajado los brazos ni mi motivación por practicar y aprender del deporte", precisa.
De hecho, su camino en el tenis de mesa no ha sido fácil. "Practico la disciplina hace 16 años, siempre me ha gustado y nunca he dejado de practicarlo. Quizás no tuve todos los logros que me hubiese gustado tener durante mi trayectoria pero siempre he sido constante y esforzado. Y eso ha hecho que el deporte me entregue muchas cosas, como por ejemplo estudiar becado en la universidad o la posibilidad de ser también entrenador certificado", comenta Javier, quien además dicta clases de tenis de mesa en el Liceo La Asunción.
Por lo mismo valora esta invitación a España. "A nivel personal interpreto esto como un reconocimiento a la trayectoria, a todo los esfuerzo que mi familia hizo para que yo pudiera jugar siempre, incluyendo el costear una operación de caderas muy costosa que me dejó algunas secuelas y por las que estuve casi un año sin poder jugar", comenta.
A PURO ESFUERZO
Su pasión por la disciplina lo obliga a desdoblarse. "Los esfuerzos que actualmente hago son grandes porque es muy difícil conseguir apoyo a nivel de deportes, especialmente aquellos que no son tan económicamente atractivos como el tenis de mesa. También todo lo que significa ser jugador amateur, compatibilizando trabajo, actividades sociales y políticas (también participa de una organización socio ambiental de Talcahuano). La idea es no morir en el intento y saber organizarme, ojalá entrenando mínimo tres veces a la semana", cierra.