Actividad física en verano: a tener cuidado con las altas temperaturas
Con la llegada del verano, la naturaleza y el entorno nos llaman a ejercitarnos al aire libre. Sin embargo, debemos matizar el placer que nos genera la actividad física y deportiva con algunas consideraciones básicas y preventivas que nos faciliten la práctica segura en este periodo que suele estar marcado por las altas temperaturas.
Debemos considerar que no son pocas las complicaciones de salud que nos puede acarrear el ejercitarnos bajo estas condiciones. Algunas de ellas son: fatiga por calor, calambres, insolación, hasta llegar a manifestaciones extremas como síncope y golpe de calor. Este último es un síndrome grave que se genera por la imposibilidad de una termorregulación adecuada ante una sobrecarga térmica, producto de lo cual nuestro organismo falla en disipar el calor en forma adecuada generando un aumento en la temperatura por sobre los 41 grados centígrados. Aquello eventualmente puede generar un compromiso multiorgánico que inclusive puede terminar en la muerte. Algunos de sus síntomas son la fiebre alta, alteración de la conciencia, anhidrosis (ausencia o disminución anormal de la sudoración); factores que pueden ser potenciados con otras alteraciones como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes mellitus y la obesidad, entre otras.
Si tiene alguno de los factores mencionados debería considerar aspectos de seguridad que promuevan la actividad física y deportiva en un rango de seguridad que permita disfrutar de ella sin inconvenientes. Algunas de estas medidas son evitar la exposición al sol y a temperaturas muy elevadas en las horas centrales del día, ya que en estos momentos las temperaturas alcanzan sus máximos niveles. También es importante aumentar la ingesta de líquidos, preferentemente isotónicos si es que la actividad es muy intensa o de larga duración. De no ser éste el caso, bastará con el aumento del consumo de agua. Se debe recordar que la ingesta debe ser permanente durante la actividad física, ya que es importante considerar que la aparición de la sed es un mecanismo tardío que se presenta cuando ya hay un cierto grado de deshidratación.
Ahora, si estamos en un día excepcionalmente caluroso, hay que reducir el ejercicio y descansar en forma adecuada en zonas bien ventiladas y a la sombra para favorecer la recuperación, además de usar ropa ligera que favorezca la disipación del calor. Si la persona toma estas precauciones se minimizan los riesgos y podrá disfrutar de las actividades al aire libre tan atractivas en el periodo estival.