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La apertura hacia Cuba peligra con Trump

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Dos años después del inicio del deshielo entre Cuba y Estados Unidos el panorama es menos optimista. Ayer se conmemoró el segundo aniversario desde el mensaje que entregaron Barack Obama desde Washington y Raúl Castro, desde La Habana, anunciando al mundo el comienzo de la normalización de sus relaciones.

Sin embargo, tras la elección de Donald Trump como Presidente de Estados Unidos y la salida del garante del acuerdo, Obama, quien entregará el cargo el próximo 20 de enero, el panorama no es el mismo.

Trump ya ha anunciado que se encargará de acabar con gran parte del legado de Obama, incluido el pacto con Cuba.

El Mandatario electo ha dicho que renegociará el acuerdo exigiendo a Cuba más compromiso en materia de derechos humanos, precisamente el flanco más criticado a Obama tras el pacto, cuando se le acusó de haber sido blando con Castro.

cambio en el horizonte

El 17 de diciembre de 2014, Obama y su homólogo cubano anunciaron un acuerdo que se ha traducido en aumentos de viajes, intercambios, negocios y remesas entre los dos países, la reapertura de las embajadas tras más de medio siglo de enemistad y el colofón de la histórica visita del mandatario estadounidense a la isla en marzo pasado.

En octubre, Obama emitió una directiva presidencial para sellar su política de apertura hacia Cuba y hacerla "irreversible", confiado entonces en que la candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ganaría las elecciones y daría continuidad, como había prometido, a la normalización con la isla.

Sin embargo, las elecciones las ganó Trump, quien tras la muerte de Fidel Castro a fines de noviembre, amenazó con poner fin a la normalización a no ser que el Gobierno de la isla firme con él "un acuerdo mejor".

Según explicó entonces un portavoz, Trump exigirá a Cuba "la liberación de los presos políticos, el retorno de los fugitivos de la Justicia estadounidense y también la libertad política y religiosa para todos los cubanos que viven bajo opresión".

lo que implica

Para Ben Rhodes, asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, dar marcha atrás en el proceso de apertura hacia Cuba sería "increíblemente dañino" para EE.UU. y también para la isla además de "impopular", dijo esta semana en una conferencia telefónica con periodistas.

Al admitir la "incertidumbre" en torno a qué hará Trump, Rhodes dijo "tener esperanza" en que el Presidente electo entienda que la política de acercamiento impulsada por Obama "es mejor que la anterior de aislamiento, que no funcionó".