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Control glicémico en los más pequeños

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Cada vez es más común encontrar a personas jóvenes con enfermedades crónicas no tranmisibles como hipertensión arterial, diabetes y dislipidemias; siendo esto atribuible, en gran medida, a los estilos de vida asociados a una alimentación alta en azúcares, grasas, sodio y una vida sedentaria.

De hecho, la prevalencia de la obesidad ha aumentado notablemente en los últimos años y se estima que el porcentaje de niños y adolescentes obesos ha tenido un incremento de casi un 50%.

Aunque la población pediátrica tiene un bajo riesgo de desarrollar obesidad, si uno de los padres es obeso, esta cifra se incrementa hasta en un 50%. Si ambos lo son, aumenta entonces hasta un 80%. Por lo tanto, los hijos de padres obesos deben tener un especial cuidado en su alimentación y estilos de vida para no desarrollar esta patología.

Una de las complicaciones y/o gravedad de la obesidad, es su relación con enfermedades como la Resistencia a la Insulina, común en niños obesos, sobre todo en aquellos que tienden a acumular su grasa a nivel abdominal, ya que predispone a otras enfermedades o grupo de enfermedades como la Diabetes Mellitus y el síndrome metabólico.

Por lo anterior es importante fijar la atención en aquellos niños y niñas con problemas de sobrepeso u obesidad, y observar algunos signos físicos de la resistencia a la insulina, como la acantosis nigricans, que es un oscurecimiento y engrosamiento de la piel en algunos sectores específicos del cuerpo como cuello, axilas, codos y rodillas. Otra sintomatología a la que hay que poner atención es la sed y apetito excesivo, y la baja de peso anormal, que puede indicar una diabetes.

Las indicaciones ante esta sintomatología es consultar un médico para un control de glicemia, pesquisar una posible patología e indicar el respectivo tratamiento.

Sabor determina el aporte calórico de un helado

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De tradicional chocolate a un innovador pie de limón e incluso mote con huesillo. La variedad de sabores de helado que es posible encontrar en el mercado es tan grande como se pueda imaginar.

El punto, sin embargo, es que este producto que encanta a grandes y chicos es altamente calórico y, justamente, la elección del sabor puede marcar, para bien o mal, la diferencia.

Así lo explicó Stefanie Chalmers, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad del Pacífico, quien detalló que aquellos helados que se preparan con crema como el de chocolate, bocado o lúcuma; o los que incluyen caramelo u otras salsas dulces, son extremadamente calóricos.

"Si la bolita de helado de crema tiene frutos secos, como el sabor de pasas al ron, pistacho o avellanas, debemos sumar unas 50 calorías más", contó la nutricionista.

De lo anterior también dan fe los resultados de una investigación realizada por la Fundación Inteligencia en el Tratamiento de la Obesidad y la Diabetes, de Argentina, llamada "El lado más oscuro del helado", que tomó en cuenta una porción de 150 gramos, lo que equivale a un vaso mediano de heladería. En números, se encontró que los sabores que más calorías aportan son el helado granizado de crema americana (629), chocolate con cookies (516), tiramisú (509), chocolate con praliné y caramelo (508), chocolate con chips (498), chocolate a la suiza (494), almendrado (492) y frutos del bosque (489).

FRUTA NATURAL

En la vereda opuesta, los sabores que menos calorías aportan serían frutilla al agua (202) y limón al agua (201). Sobre esto, Chalmers dijo que "los helados de agua no aportan grasas, por lo que tienen menos calorías".

En ese sentido, destacó que es fundamental fijarse en los ingredientes utilizados en la elaboración del helado con el objetivo de evitar una alta ingesta de calorías, siendo ideal si es preparado en base a frutas naturales y endulzantes no calóricos, sin colorantes ni preservantes añadidos. De esa forma, no debería aportar más de 65 calorías, que es lo que tiene una fruta, dijo.

Afirmó que "el helado es un alimento que puede ser muy nutritivo si se prepara con dicha intención, pero también puede ser muy tóxico si se descuida la elección de sus ingredientes y el volumen de ingesta", enfatizando que el cuidado debe estar en que los niños no crezcan familiarizados con los helados extra dulces y adornados con diferentes formas y colores de azúcar.